Espacios. Vol. 23 (2) 2.002


Empresas transnacionales en Brasil y la descentralización de las actividades de investigación y desarrollo

Transnational enterprises in Brazil and decentralization of research and development activities

Eva Stal 1


Contenido


RESUMEN

En el presente trabajo se identifican y analizan las diversas motivaciones, condiciones y factores desencadenantes para que algunas empresas transnacionales decidan realizar actividades de I&D en Brasil frente a sus estrategias globales de colocación de las actividades de innovación en diferentes países.

ABSTRACT

The purpose of this paper is to identify and analyze the various factors, conditions and motivations as driving forces in order to review how some multinational enterprises decide to develop R&D activities in Brazil in connection with their global strategies in the allocation of the innovation activities in different countries.

1. Introducción

Este trabajo tiene como objetivo presentar los motivos y justificaciones de algunas empresas transnacionales para la realización de actividades de I&D en Brasil, frente a su estrategia global de colocación de las actividades de innovación en diferentes países.

Datos de literatura muestran que hay varias razones por las cuales las empresas deciden descentralizar sus actividades de I&D, destinándolas para otros países, separados de la matriz; entre ellas, la posibilidad de usar financiamientos subsidiados e incentivos fiscales ofrecidos por el país recibidor, lo que parece ser el caso de Brasil, en el segmento de informática, microelectrónica y automatización.

La decisión de diversificar los centros de innovación es más fácil cuando se trata de instalarlos en países desarrollados. En el caso brasileño, uno de los objetivos de este trabajo es saber si las empresas transnacionales de los sectores beneficiados por la Ley de Informática ya consideran que la existencia en nuestro país de profesionales cualificados en determinadas áreas puede contribuir para el desarrollo o para el perfeccionamiento de productos y procesos, o si, apenas desde el punto de vista financiero, es más ventajoso tener algunas actividades de I&D en Brasil, para justificar los incentivos fiscales de la ley.

En el presente trabajo, además de la consulta a una amplia bibliografía y a documentos de evaluación producidos por la Secretaría de Política de Informática del MCT, fueron entrevistadas nueve empresas transnacionales en las áreas de informática, electrónica y telecomunicaciones, beneficiarias de la Ley de Informática 2. Con eso, se espera contribuir para el perfeccionamiento del mecanismo de Incentivos Fiscales y para la atracción de más centros de investigación empresariales.

En las conclusiones, son mencionadas algunas sugerencias de las empresas para superar problemas derivados de la utilización de los incentivos de la Ley de Informática - en especial el proceso de instrucción frecuente a que las empresas son sometidas, y demás informes y controles. Al final, el trabajo pretende ofrecer contribuciones para el perfeccionamiento de los mecanismos de inducción a la innovación y para la atracción de más centros de investigación empresariales.

La Ley de Informática en vigencia en el país desde 1993 (ley 8.248/91) y recientemente prorrogada hasta 2009 (ley 10.176/01), contribuyó para atraer varias empresas extranjeras. Siendo los incentivos concedidos bastante generosos (exentos de IPI y posterior reducción gradual de su valor), ella exige, como contrapartida de las empresas beneficiarias, la aplicación del 5% de su facturación en actividades de investigación y desarrollo en Tecnología de la Información 3, propias o contratadas junto a las universidades e institutos de investigación en el país, incluido ahí el donativo del porcentaje del 0,5% para el CTINFO (Fondo Sectorial para Informática), que apoyará programas de gobierno de estímulo a la producción de software o al perfeccionamiento de los departamentos de computación e informática de las universidades públicas brasileñas.

Este mecanismo se ha mostrado doblemente benéfico, ya que posibilitó la atracción de nuevas empresas para Brasil, al mismo tiempo que contribuyó para la capacitación de los investigadores e ingenieros locales, lo que parece configurar un círculo virtuoso, haciendo con que, al lado de los incentivos de cuño financiero, las empresas puedan realizar investigación de nivel internacional, teniendo a disposición profesionales altamente capacitados.

Este trabajo se incluye, por lo tanto, en el ámbito más general de las preocupaciones con la balanza comercial brasileña y con la definición de políticas sectoriales que puedan atraer inversiones para Brasil, aprovechando también la capacidad científica y técnica local. En el caso específico de la industria electro-electrónica, existe una gran preocupación del gobierno, pues es esperado un déficit en la balanza comercial brasileña referente a los productos electrónicos de un monto de US$ 8 mil millones en 2002.

2. Empresas transnacionales y la localización de las actividades de I&D

A partir del fin de la Segunda Guerra Mundial, cuando las grandes corporaciones americanas y europeas pasaron a expandirse por el mundo, en la búsqueda de nuevos mercados para sus productos, la expresión “empresas multinacionales” se volvió común. En algunos casos, especialmente en América Latina, en las décadas de 60 y 70, tales empresas eran vistas como una amenaza al desarrollo independiente de los países de la región, y los beneficios por ellas traídos, como generación de empleos, capital y tecnología, eran minimizados.

A mediados de los años 80, dos nuevas denominaciones surgieron: la “empresa transnacional”, expresión acuñada en conjunto por Christopher Bartlett, de la Harvard Business School, y Sumantra Ghoshal, de la London Business School; y la “multinacional multicultural”, creada por Percy Barnevik, en la época presidente del consejo de la ABB – Asea Brown Boveri. Las dos expresiones reflejan las modificaciones ocurridas en las estrategias de tales empresas, que dejaron de concentrar en sus países de origen las llamadas funciones clave para la creación de valor –investigación y desarrollo, design de productos y marketing – para responder a las necesidades locales, utilizando las competencias locales, considerando los países donde el compuesto de costos y habilidades fuese más favorable. Algunos autores se refieren también a ésta estrategia como “multidoméstica” (Jones, 2001).

SOBEET –Sociedad Brasileña de Estudios de Empresas Transnacionales y de la Globalización Económica–, como el propio nombre lo indica, incorporó ese nuevo concepto a las empresas que constituyen el objeto de su trabajo. No obstante, en la literatura las expresiones multinacional o transnacional aún son usadas indistintamente.

La descentralización de las actividades de investigación y desarrollo de las empresas transnacionales ha sido reportada por varios autores, con análisis sobre las ventajas y desventajas de esa estrategia. Grandes empresas participan de consorcios de investigación cooperativa, en diversos países, pero queda evidente la diseminación de esos arreglos institucionales entre los países desarrollados. Hasta hace poco tiempo, países en vías de desarrollo, como Corea del Sur, Brasil, India, China y México, entre otros, raras veces fueron considerados en esos consorcios, debido a la poca contribución científica que podrían aportar (Stal, 1997).

Entretanto, esos países ya tienen competencia, a plano internacional, en muchas áreas, y empiezan a competir entre sí por la atracción de inversiones de las empresas transnacionales, no sólo ofreciendo incentivos y subsidios para la instalación de plantas industriales, pero buscando mecanismos para hacer que tales empresas utilicen la competencia local en la realización de actividades más nobles, como la investigación y el desarrollo de nuevos productos y procesos.

Al localizar sus sucursales e instalaciones de investigación por todo el mundo, las empresas multinacionales contribuyen para el desarrollo de la capacidad innovadora de los países donde actúan (Dunning, 1994), a pesar de que la actividad de I&D ejecutada por ellas fuera de sus países de origen representa un pequeño porcentaje del que realizan internamente (Kumar, 2001). Así, el desarrollo de asociados nacionales cualificados, con capacitación técnica y gerencial, es condición fundamental para atraer inversiones directas del extranjero y para la realización de acuerdos de cooperación tecnológica (Coutinho y Ferraz, 1994).

Es verdad que una relación más ecuánime y provechosa se establece cuando tales empresas se instalan en países con el mismo grado de avance tecnológico que el país sede de sus operaciones. Pero, al igual que en los países en vías de desarrollo, la presencia de las multinacionales vincula el grado de innovación doméstica. En Corea del Sur, en 1980, las empresas extranjeras invirtieron el 1,8% de sus ventas en I&D, comparado con el 0,47% de las empresas coreanas (Dunning, op.cit.). En la década de 70, cerca del 25% de las empresas extranjeras instaladas en Brasil realizaban algún tipo de actividades encuadradas como I&D.

Existen cuatro tipos de I&D que realizan las empresas multinacionales fuera de sus países-sede. Adaptaciones o mejoras en los productos, procesos o materiales constituyen el principal tipo. Excepto en algunos sectores y en algunos países (Brasil, India, Corea del Sur y México), este es el único tipo de I&D realizado en los países en vías de desarrollo, cuyo objetivo es desarrollar productos adaptados a las necesidades locales.

Las otras formas de I&D son la investigación de insumos o nuevos productos, donde la materia prima es “inmóvil” y exclusiva del país recibidor (plantaciones, minas, condiciones ecológicas o climáticas particulares, etc.), exigiendo pruebas y ensayos permanentes y una contínua interacción con clientes. Este segundo tipo de I&D ejerce una mayor demanda sobre la infraestructura de investigación del país, exigiendo el acceso a las universidades e institutos de investigación. Economías de escala y de propósito constituyen el tercer tipo, concentrando investigaciónes específicas en ciertos países. El cuarto tipo lleva a conocer las actividades de innovación en curso en el país extranjero, mediante la instalación de centros de I&D, que interactúan con universidades e institutos de investigación y acompañan a los desarrollos de la ciencia en aquel país (Dunning, op.cit.).

Existen aspectos favorables y contrarios a la dispersión de las actividades de I&D empresariales. A favor de la descentralización, podemos citar los siguientes factores (Duysters y Hagedoorn, 1996):

A favor de la concentración de las actividades de I&D, pueden ser citadas:

Esos diferentes conjuntos de factores sugieren que esta es una decisión que debe ser tomada de manera empírica, no existiendo “a priori” un balance de sus efectos positivos y negativos. Sin embargo, estudios recientes muestran que I&D global aún es una práctica restringida. Las principales empresas multinacionales realmente han aumentado sus inversiones externas en I&D, en especial colocándolos en los países desarrollados; no obstante, tales inversiones representan, hoy, del 10 al 20% de los gastos totales de esas empresas en I&D, índice que cae bastante en el caso de firmas japonesas (Duysters y Hagedoorn, op.cit.).
Por lo tanto, aunque reservada, está ocurriendo la descentralización de las actividades de I&D, por parte de las empresas transnacionales, y una parte de tales inversiones están siendo realizadas en Brasil (Kumar, op. cit.). Existe una clara concentración de los laboratorios de I&D en los países desarrollados (cerca del 91%, en 1994). Los restantes 9% están localizados en los países en vías de desarrollo, entre los que están citados, en orden decreciente por inversiones, Brasil, México, Hong Kong, Singapur, Taiwan e Israel.
Al dispersar sus núcleos de investigación tecnológica, esas empresas muchas veces subcontratan I&D. Para tal, es necesario crear una política de atracción de esos recursos, principalmente por la construcción de factores de progreso (infraestructura física y de ciencia y tecnología, mano de obra calificada, proveedores capacitados, servicios de extensión y consultoría, escuelas técnicas, difusión de informaciones tecnológicas), aumentando el nivel de competitividad sistémica (Coutinho y Ferraz, op. cit.).

De acuerdo con Kumar (op.cit.), la existencia de un gran mercado doméstico, la abundancia de personal de I&D de bajo costo y la escala del esfuerzo tecnológico nacional favorecen la instalación de centros de I&D de multinacionales en un determinado país.

Para Fusfeld (1994), las estrategias tecnológicas de las empresas están basadas en las necesidades y oportunidades para sus productos en escala mundial, y las características del país sede vienen perdiendo importancia. Las actividades de investigación y desarrollo son realizadas en varios países, en las filiales de las empresas o en arreglos cooperativos con universidades e institutos de investigación, aumentando la complejidad de la gestión tecnológica. El acceso a las fuentes de ciencia y tecnología externas es una consecuencia y una medida de la menor autosuficiencia técnica de las empresas, incapaces de sustentar, solas, a las demandas actuales de su propio crecimiento.

Un pre-requisito es la existencia de personal técnico calificado, además de una infraestructura responsable por avances tecnológicos constantes. No es de extrañar que la mayoría de los laboratorios de grandes empresas en el exterior sean establecidos en los países desarrollados, como muestra la Tabla 1 (114 laboratorios de 30 empresas transnacionales americanas).

Tabla 1.
Centros de I&D de empresas americanas en el exterior

Local Número de laboratorios
Inglaterra 21
Alemania 14
Japón 11
Francia 10
Bélgica 8
Canadá 8
Italia 8
Australia/Nueva Zelandia 5
España 5
Suiza 5
Holanda 4
Suecia 3
India 1
América Latina 5
Otros países asiáticos 3
Otros países europeos 2
África 1

(Fuente: Peters, 1991, citado en Fusfeld, 1994)

En un esfuerzo similar, empresas alemanas poseían, de acuerdo con la misma fuente, 86 laboratorios de I&D en los Estados Unidos, mientras que Inglaterra contaba con 21, Francia con 8, Japón con 6 y todos los otros países juntos, 71.

Boddewyn (1985, apud Cheng & Bolon, 1993) identificó tres aspectos que influyen en las inversiones externas en I&D – condiciones, motivaciones, y factores o circunstancias desencadenantes:

1. Condiciones – reflejan los factores internos o externos de la empresa que tornan la I&D descentralizada, posible o económicamente viable. Tres son especialmente importantes:

2. Motivaciones – reflejan los beneficios organizacionales que la empresa puede esperar obtener como resultado de las inversiones externas en I&D. Entre las más citadas están:

3. Factores desencadenantes – son eventos internos y externos para la empresa que “aceleran” la decisión de realizar I&D en otros países, por el cambio en algunas de las condiciones o por reforzar una motivación:

Después de decidir por la dispersión de las actividades de I&D, la elección del (los) país(es) está muy influenciada por las leyes y reglamentos específicos, tales como exigencias para el aumento del contenido tecnológico local de las actividades de la empresa (en Brasil, el Proceso Productivo Básico, de la Ley de Informática), permiso de trabajo para científicos extranjeros, leyes de patentes efectivas y subsidios e incentivos fiscales para apoyar a las actividades de I&D (De Meyer y Mizushima, 1989, apud Cheng y Bolon, op. cit.).

Camargos y Sbragia (2000) afirman que algunas empresas deciden centralizar las actividades de I&D en un laboratorio corporativo, debido a la mejor racionalización de los recursos disponibles, la proximidad de los centros de toma de decisión, sinergia entre investigadores de diferentes áreas y reducción de costos de utilización de equipamientos. Esos autores mencionan la tendencia actual de formación de redes de I&D global, distribuyéndose, en diversos países, laboratorios responsables por actividades de I&D originales y exclusivas, coordinadas por una estrategia corporativa centralizada.

Esta tendencia también es confirmada por Meyer-Krahmer y Reger (1999), al describir las formas de internacionalización de I&D adoptadas por empresas multinacionales desde los años 60. En los períodos iniciales de expansión internacional (décadas de 60 y 70), las empresas multinacionales primeramente organizaron las operaciones de ventas, distribución y montaje en los países extranjeros. En las etapas posteriores (final de los años 70 e inicio de los 80), los esfuerzos se orientaron hacia el soporte a las filiales por medio de la capacitación en investigación aplicada, desarrollo e ingeniería.

A pesar de que las tareas en esa época se limitaron a la adaptación de tecnologías de producto y proceso desarrollados en la matriz, para atender a las exigencias de los mercados locales, hubo una clara tendencia, a partir del final de la década de 80, de reforzarse la I&D en varios países, aumentando la capacidad innovadora global de las empresas (Meyer-Krahmer y Reger, op. cit.).

Esos autores afirman que, actualmente, la estrategia de internacionalización de I&D de las empresas refleja una tendencia a la concentración y focalización en algunos centros de excelencia, instalados en locales donde predominen las mejores condiciones para la innovación y la generación de conocimientos, en su segmento de producto o campo de la tecnología.

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1 Centro Universitario Nove de Julho (UNINOVE). eva.stal@terra.com.br
2 Motorola Industrial Ltda., Northern Telecom do Brasil Indústria e Comércio Ltda., Lucent Technologies Network Systems do Brasil Ltda., Hewlett Packard Computadores Ltda., Compaq Computer Brasil Indústria e Comércio Ltda., Flextronics International Tecnologia Ltda., Ericsson Telecomunicaç&Mac245;es S.A., Siemens Ltda. e Dell Computadores do Brasil Ltda.
3 Las actividades se encuentran descritas em el Artículo 8o del Decreto no 3.800, del 20/04/2001, que reglamentó la Nueva Ley de Informática.

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