ISSN 0798 1015

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Vol. 39 (Nº 41) Año 2018 • Pág. 18

Gobernanza y pragmatismo: una alternativa viable entre el neoliberalismo y el socialismo del siglo XXI en Ecuador

Governance and pragmatism: a viable alternative between neoliberalism and 21st century socialism in Ecuador

Gino G. CORNEJO Marcos 1

Recibido: 24/04/2018 • Aprobado: 10/06/2018


Contenido

1. Introducción

2. Metodología

3. Resultados

4. Conclusiones

Referencias bibliográficas


RESUMEN:

Se revisarán los modelos económicos aplicados en el período de dolarización en el Ecuador 2000-2017. Por un lado el llamado “neoliberalismo”2000-2006 y por otro el Socialismo del Siglo XXI que se puso en vigencia desde el 2007, bajo el gobierno del Econ. R. Correa. Asimismo, se examinarán los efectos de las políticas económicas en aspectos relacionados con pobreza, desigualdad, el incremento de la deuda y el aparecimiento de un sistema de corrupción, producto de la fragilidad del sistema.
Palabras-Clave: Modelo económico, neoliberalismo, gobernanza y socialismo.

ABSTRACT:

The economic models applied in the period of dollarization in Ecuador 2000-2017 will be reviewed. On the one hand the so-called "neoliberalism" 2000-2006 and on the other the Socialism of the XXI Century that was put into effect since 2007, under the government of Econ. R. Correa. Likewise, the effects of economic policies will be examined in aspects related to poverty, inequality, the increase in debt and the appearance of a system of corruption, a product of the fragility of the system.
Keywords: Economic model, neoliberalism, governance and socialism.

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1. Introducción

En los albores del siglo XXI, al Ecuador le toco cambiar su esquema monetario al implementar un sistema dolarizado en su economía y declarar la muerte del sucre en el año 2000. Con esta medida al país le toco nada más que solventar y sostenerlo y para ello tenía que ordenar sus finanzas públicas, además de fomentar y estimular al sector productivo. No obstante, en la dolarización hubo la presencia de dos modelos económicos marcadamente opuestos, por un lado el llamado neoliberalismo, entre los años 2000-2006 y por el otro el Socialismo del Siglo XXI que comprendió la última década.

Como la economía ecuatoriana transitó en base a estos dos esquemas, en el presente trabajo se analizan los conceptos y efectos que conllevaron estos modelos en el país. Para ello se evalúan indicadores como el de pobreza, desigualdad, gasto fiscal y el nivel de endeudamiento. En este marco, se realiza un análisis comparativo entre los dos modelos implementados.

En virtud, de las valoraciones efectuadas se establecen las debidas conclusiones y se hacen las recomendaciones, en función de otros elementos que contribuyen a una mejora del bien común como es el del establecimiento de una buena gobernanza en ámbitos de la política y la política económica.

1.1. Objetivos específicos

Estudiar de manera prolija los conceptos de los dos modelos aplicados en el período de dolarización en el Ecuador.

Analizar cuantitativa y cualitativamente los efectos de la política macroeconómica aplicada en los dos esquemas económicos.

Establecer una estrategia pragmática y de buena gobernanza para mejorar y superar los principales problemas económicos que afectan al Ecuador.

1.2. Conceptualización de los modelos económicos implementados en el Ecuador en el período de dolarización

El período de dolarización 2000-2017, en el Ecuador, se han presentado dos sistemas antagónicos el “neoliberalismo” llamado así por sus detractores, afines al socialismo, y por otro lado, el Socialismo del Siglo XXI. El primero, comprendido entre los años 2000-2006 y el segundo, el gobierno de la revolución ciudadana 2007-2017, liderados por los Presidente R. Correa, cuyo mandato termino en mayo de 2017, para dar paso al régimen del Lcdo. Moreno, militante activo y de la misma línea de su predecesor.

1.3. El neoliberalismo

El término “Neoliberalismo” difiere en cuanto a su concepción y origen. Se especula que el término “neoliberalismo” lo acuñó, el intelectual alemán, Alexander Rüstow, cuyos pensamientos se caracterizaban por ser socialistas. En América Latina, prácticamente el neoliberalismo nace en las políticas elaboradas por Pinochet ex presidente chileno (Kaiser Axel y Álvarez Gloria, 2016). Por otro lado, la frase “La larga noche neoliberal” proviene del título de un libro publicado en 1993 en España, cuyo nombre es: “La larga noche neoliberal: política económica de los 80” varios autores (Acosta Alberto, 2013). Otros autores sostienen, que este esquema económico, nació en 1920 como forma de poner restricciones al liberalismo.

En todo caso, en la actualidad es la doctrina que aboga por la ausencia de controles en los mercados, es la versión moderna del capitalismo liberal; nos dice que el camino óptimo hacia la prosperidad pasa por que los individuos persigan su propio interés particular. Se retoman los postulados de la supremacía del mercado y la no intervención del Estado. Plantea que el Estado debe ser mínimo. A esta doctrina se la identifica con las propuestas del Consenso de Washington acuñadas por el economista John Williamson, la que ha sido promovida por los organismos internacionales FMI y Banco Mundial.

Este recetario recoge las medidas ortodoxas del FMI, del Banco Mundial y demás organismos multilaterales de crédito (BID, CAF, etc.), así como la posición del gobierno norteamericano y de los conglomerados transnacionales de mayor influencia global, sobre todo de Estados Unidos (Acosta Alberto, Breve historia económica del Ecuador, 2013). Para este autor, Los mencionados grupos de poder de la economía mundial impusieron sus condiciones que Williamson las sistematizó acuciosamente.

En esta época, las economías regionales se hicieron altamente vulnerables (Saltos Napoleón y Vásquez Lola, 2013). El programa se hundió sin cumplir sus promesas. Los estragos de la hiperinflación fueron controlados pero a cambio de un gran costo social. Durante más de una década el desarrollo económico se vio paralizado, el modelo neoliberal no dejó resultados positivos en América Latina y tampoco en el país.

Vale mencionar, que este modelo económico en Ecuador no se llegó a consolidar, como sucedió en Argentina, Perú y Chile, donde se privatizaron las empresas públicas. En nuestro país, este esquema llego por intermedio de las cartas de intención emitidas por el FMI, en la que los gobiernos presurosos las trataban de cumplir a cabalidad.  Hay que anotar que desde la perspectiva de analistas de izquierda, el neoliberalismo marco el destino económico y dejó un nefasto legado. Pero desde una visión de analistas liberales, el supuesto capitalismo sin alma, no tomo forma, ni tampoco se profundizó. Para el ex Presidente del Ecuador Oswaldo Hurtado, el “neoliberalismo se aplicó en el Ecuador en forma parcial y transitoria”. (Hurtado Oswaldo, 2017).

1.4. El socialismo del siglo XXI

El Socialismo del siglo XXI [2] (SSXXI), que llegó a propugnar una fuerte injerencia del Estado en la economía, se llegó a consolidar, en países como Venezuela, Bolivia, Ecuador y Argentina, y Nicaragua en Centro América, gracias a los altos precios de las materias primas (commodities [3]) que se registraron desde el 2004 a 2014. Esta situación permitió lograr crecimientos económicos, sustentados en el elevado gasto público, mayor endeudamiento y la fuerte injerencia del Estado en sus economías. A. Kaiser y G. Alvarez, afirman que el socialismo del siglo XXI es una doctrina que nutre el populismo, porque muestran un desprecio por la libertad individual, una correspondiente idolatría por el Estado y catalogan al neoliberalismo como el origen ultimo de muestra miseria (Kaiser Alex y Álvarez Gloria, 2016). 

Hay que anotar, que el auge de la República Popular China tuvo una gran influencia en el fortalecimiento de estos países (NNUU-CEPAL, La República Popular China y América Latina, 2012). El crecimiento de China en estos 25 años, más que todo en la última década,  le permitió a América Latina ser partícipe de este desarrollo, China tuvo crecimientos sostenidos del 9 y 10%, tal es así, que China en el período 2008-2011, llegó a un promedio del 9,6% (CEPAL, 2015). Es decir, que la república Popular China pasó de convertirse en un socio secundario a transformarse en un actor de enorme importancia para Latinoamérica y más aún para los países llamados progresistas (Bolivia, Venezuela, Ecuador y Argentina)

No obstante, la situación en la actualidad es diferente, los precios de los commodities han disminuido, y las economías que forman el Socialismo del Siglo XXI presentan diferentes matices, mientras Bolivia, conserva crecimientos positivos, Argentina con un cambio de gobierno con tinte liberal, se recupera de a poco, después del legado “kichnerista”. En Ecuador, la economía se desacelera y los niveles de subempleo son alarmantes, 6 de cada 10 ecuatorianos no tienen trabajo o tienen un trabajo precario (INEC, 2017) y finalmente Venezuela, se ubicada como la economía de la región con un decrecimiento de -16,5% al 2016 (Datos macro, 2018).

Los precios de los commodities, que sufrieron un desplome, se mantuvieron  bajos en el año 2016, sin un horizonte de claridad por recuperarse en niveles más favorables. Para América Latina será dificultoso afrontar esta situación, puesto que no posee una matriz productiva con capacidad tecnológica, por lo que tendrá que optar por emprender nuevas estrategias en materia de ingresos.

1.5. Efectos del denominado período “neoliberal” en el Ecuador

En este período se establecieron los llamados fondos petroleros y el nivel de endeudamiento disminuyo en $ 675,5 millones al pasar de $ 14.167,9 en 2000 a $ 13.492,4 millones en 2006. En lo que respecta al gasto, el promedio entre los años 2000-2006 fue del 25,1% en relación al PIB, todo según datos del Banco Central del Ecuador. Con este manejo ortodoxo, la economía tuvo crecimientos positivos y el promedio de los 7 años se ubicó en el 4,9%.

Figura N° 1
Crecimiento del PIB 2000-2006 (En porcentajes)

Fuente: Banco Central del Ecuador

Nótese que en este período el gasto promedio fue de 25,1% del PIB, es decir que el Estado no era el eje de la economía, sin embargo, el dinamismo económico fue muy importante y la pobreza disminuyó muy considerablemente.

Figura N° 2
Pobreza 2000-2006 (En porcentajes)

Fuente: Instituto Nacional de Estadísticas y Censo, INEC.

Por lo visto, la pobreza disminuyó en 27,7 puntos porcentuales. No obstante, existieron muchos opositores a la dolarización, entre ellos estuvo el ex Presidente R. Correa, quien manifestó que: “el fracaso y la insostenibilidad de la dolarización son cada vez más claros” [4] (p. 4) tema que se lo puede analizar en un dossier publicado en la revista Iconos.

Ahora bien, si se mide la desigualdad económica en términos de distribución de la riqueza, medida a través del Coeficiente de Gini [5], en el período 2001-2006, se redujo la desigualdad de ingresos en apenas 6 puntos, al pasar de 0,62 a 0,56 en 2006 (Banco Central del Ecuador, 2009). 

1.6. Efectos del esquema socialismo del siglo XXI

A lo largo de 10 años, el gobierno del Econ. R. Correa, dejó dos legados, uno económico y otro político muy difíciles de olvidar para la sociedad ecuatoriana. En lo económico, a pesar de los altos ingresos petroleros y tributarios –cerca de  $ 300 mil millones-, jamás recibidos por gobierno alguno en toda la historia republicana, dejó un nivel de endeudamiento de $ 65.000 millones equivalente al 65% del PIB (Emanuele Carlos Julio, 2018) y la reducción de la pobreza disminuyó a menos velocidad que en el supuesto modelo neoliberal.

Figura N° 3
Pobreza 2007-2016 (En porcentajes)

Fuente: Instituto Nacional de Estadísticas y Censo, INEC.

El gráfico evidencia, una caída de la pobreza, de apenas 13,8 puntos porcentuales. De acuerdo a lo anotado en líneas anteriores, entre los años 2000-2006 la pobreza disminuyó en 27,7 puntos. Es decir, que al período descrito neoliberal le fue mejor en relación a este rubro. Si bien el nivel de pobreza presentó un resultado poco halagador, la desigualdad de ingresos medida por el Coeficiente de Gini, en el período 2007-2016, se redujo en 10  puntos, al pasar de 0,55 en 2007 a 0,45 en 2017. Esta mejora se debió principalmente con toda certeza, al elevado gasto social que se implementó a partir de 2008.

En el aspecto político, dejó una herencia perniciosa y muy pesada. El retorno de un Estado fuerte sin limitaciones que se concretó en un sinnúmero de regulaciones, desde las 22 reformas tributarias, en la que se crearon y se modificaron ciertos impuestos y que tuvo como premisa aumentar la recaudación de acuerdo a lo que proclamaba el Plan Nacional del Buen Vivir: “la capacidad de obtener recursos y elevar el potencial recaudatorio para establecer formas progresivas y redistributivas en la asignación de recursos” (P 83).

Las medidas económicas tuvieron su trascendencia en la sociedad, fue un gran paso al “camino de servidumbre” del que hablaba el Nobel F. Hayek, puesto que el gasto era enorme. En 2013 y 2014 alcanzó el 43,7% y 43,5 % del PIB, respectivamente. Según datos del Observatorio de la Política Fiscal (OPF), la última década registró un promedio del gasto del 40,3%, muy superior al período neoliberal.

Figura N° 4
Gasto público (En porcentajes)

Fuente: Observatorio de la Política Fiscal, boletín N° 138, febrero 2018.

Analizando la figura, se evidencia que el gasto casi se duplica desde el 2007 comparado con el año 2013 y 2014. En los años posteriores, el gasto disminuye como consecuencia de la baja cotización del precio del petróleo en los mercados mundiales.

Figura N° 5
Precios de venta promedio del barril del petróleo: 2007-2017

Fuente: Observatorio de la Política Fiscal, boletín N° 138, febrero 2018

La economía ecuatoriana, bajo la administración del Presidente R. Correa, fue muy dependiente del petróleo, la promesa realizada de trascender a una etapa postpetrolera nunca se cumplió. Los altos precios del crudo, entre los años 2007-2014, con excepción del año 2009, apuntalaron el crecimiento de la economía.  En este lapso de tiempo, es importante mencionar que las altas recaudaciones tributarias también contribuyeron a dinamizar la economía. Sin embargo, al caer el precio del crudo en 2015, la economía se desacelera en ese año y en 2016 esta se contrae en -1,6%. En 2017, se recupera hasta alcanzar el 1,5% de crecimiento. Cuando los precios eran altos, hicieron creer a los ciudadanos del “milagro ecuatoriano”, por lo visto, tal premisa no existió, sino que este dependía del valor que se vendía el “oro negro”.

En todo caso, si se hace un análisis comparativo, entre el promedio de crecimiento de los primeros 7 años de los dos modelos, resulta que el período identificado como “neoliberal” tiene un crecimiento promedio de 4,9% y el llamado Socialismo del Siglo XXI implementado por el gobierno correísta registró un crecimiento promedio de 4,4%, a pesar que este último, tuvo un gasto público muy superior, se dio un crecimiento menor. Asimismo, hay que subrayar que el promedio de los 11 años del gobierno de Alianza País el crecimiento promedio fue de 3,1%.

Ante la fuerte caída del crudo, y los compromisos adquiridos para cumplir con el exagerado gasto que se había venido incrementando, los gobiernos de la revolución ciudadana solo bajaron el gasto de capital, más no el corriente. En este punto hay que hacer una disquisición. El gasto corriente se había inflado, tanto que el pago en sueldos y salarios de la burocracia se había incrementado casi 3 veces, al pasar de  $ 3.692 millones en 2007 a $ 10.013 millones en 2016. El problema es que con precios de venta promedio del barril de petróleo de casi $ 100, aumentó la cantidad de empleados del sector público, por lo que era pertinente, ante la caída del precio del crudo, bajar este rubro inmediatamente, pues no era posible mantener este superlativo aparato burocrático con precios del crudo que se habían desmoronado casi en un 60% entre el 2013 y 2015.

Con respecto al pago de sueldos y salarios, para tener una idea básica y hacer las ponderaciones respectivas, en 2016 el Servicio de Rentas Internas (SRI) recaudó $ 13.223 millones y el pago a la burocracia alcanzó los $ 10.013 millones. Es decir, que el 75,7% de los ingresos tributarios se utilizaron para pagar sueldos y salarios a la burocracia, esta también fue la tónica de los años anteriores.

Por lo visto, en el gobierno de la revolución ciudadana se volvió omnipresente y omnisciente, se forjó una sociedad muy dependiente del gobierno, se crearon ministerios, superintendencias, organismos de control, etc., todo gracias, en los primeros años a los altos precios del petróleo y después al mayor endeudamiento (tabla N° 2). El aspecto económico confluía con el político, a mayor gasto más intervención del Estado. Es decir más discrecionalidad por parte del funcionario, las obras en la última década se caracterizaron por realizarse con decretos de emergencia en carreteras, obras hidroeléctricas, aeropuertos, hidroeléctricas, etc.,

El exceso de obras, realizadas de esta manera, trajo como consecuencia una corrupción sistematizada desde el mismo Estado, en las que se han formado mercaderes de la política, nunca antes vista en los anales de la historia del país. En el Ecuador existe un Vicepresidente y altos funcionarios como ex ministros en la cárcel. Lo señalado en el párrafo anterior, tenía que suceder, pues conforme con la Teoría de la Elección Pública de James Buchanan, se podría prever que la corrupción estallaría en cualquier momento. Buchanan citado por Stiglitz, señalaba que: “La economía está dirigida por políticos que deben competir entre ellos para ganar simpatizantes, para lo cual, deben ofrecer a la ciudadanía políticas y programas que faciliten su reelección” (Stiglitz Joseph, 2000). Enfatizaba además, que la función de asignación del gobierno estaba ligada a los intereses de los políticos y burócratas, más no al interés general de la colectividad.

Tabla N° 2
Deuda pública total en millones de dólares
y porcentajes en relación al PIB

Fuente: BCE, Observatorio de la Política Fiscal, boletín N° 138, febrero 2018.
*Hasta noviembre 2017

Como el techo de la deuda había llegado a su límite [6] -2016 representó el 38,5% del PIB-, el régimen correísta se inventó una nueva forma de cálculo de la misma, con el propósito de tener capacidad de maniobra para contraer más acreencias, tal es así que en octubre de 2016, emite un decreto ejecutivo donde establece el concepto de “Deuda Consolidada” que se lo efectuará en base a los Estados consolidados de la deuda pública de conformidad con el manual de Estadísticas de Finanzas Públicas del Fondo Monetario Internacional. Con este mecanismo los compromisos adquiridos del Ecuador no superaba el 26% a diciembre de 2016.

A pesar de las advertencias que registraban las cifras, el nuevo gobierno presidido por el Lcdo. L. Moreno, siguió incrementando sus obligaciones, en menos de un año, ésta aumentó en $ 7.500 millones. Se colocaron $ 2.000 millones en mayo de 2017; $ 2.500 millones en octubre y $ 3.000 millones en enero de 2018. Con los primeros $ 4.500 millones el régimen logró un crecimiento de 1,5% en 2017, según datos del Banco Central, lo que en buen cristiano quiere decir que el país tuvo un crecimiento artificial, en función de los préstamos realizados y no en base a la producción, característica de los dos gobiernos de Alianza País.

Al término de 2017, la deuda consolidada, registraba 32,5% del PIB, mientras que la deuda agregada total, se ubicaba por encima de $ 65.000 millones, es decir el 64,6% del PIB (Emanuele Carlos Julio, Mitos y realidades, competitividad, libertad económica y calidad de vida: el caso Ecuador, 2018).

Evidentemente que en el ámbito económico los indicadores son alarmantes, y si se analiza desde la perspectiva política y moral, el resultado es aún más cuestionable, el deterioro de las instituciones y una desmedida corrupción, tanto por la alta concentración de poder en el ejecutivo y la falta de los contrapesos políticos que permitan controlar a las diferentes funciones del Estado. Hoy se observa que la corrupción ha corroído el sistema institucional del país y se presenta como una de las naciones más corruptas del planeta, según Transparencia Internacional, Ecuador (120) comparte esa lista con México (123), Paraguay (123) y Venezuela (166) (Transparencia Internacional, 2016). Se debe recordar que la corrupción socava el Estado de Derecho y la democracia.

El punto es que la ausencia de institucionalidad, fue debido principalmente a los cambios legales que se hicieron en la Constitución en 2008, al dejar de lado los tres poderes del Estado, y crear cinco funciones: Ejecutivo, Legislativo, Electoral, Judicial y Transparencia y Control Social, este último sin antecedentes en la jurisprudencia ecuatoriana y que permitió al ejecutivo tener plena discrecionalidad en la designación de las autoridades de control: Contralor, Fiscal, Superintendentes, Corte Constitucional, Procurador, etc., esto les aseguró a los “revolucionarios” amplios márgenes de impunidad y al Econ. Correa concentrar el poder, pues los debidos contrapesos políticos no existieron, la Asamblea perdió su facultad de fiscalización y se neutralizó el control.

2. Metodología

Se utiliza el método cuantitativo-cualitativo. Además, se recurre al método histórico, el análisis de las cifras de años anteriores permitirá un estudio comparativo de los dos modelos aplicados en el Ecuador en estos 17 años de dolarización.

3. Resultados

3.1. Recomendaciones

La sociedad ecuatoriana necesita conocer su historia, tal es así, quienes promueven el Estado de Bienestar en el Ecuador,  no lo hacen en el contexto de un mayor desarrollo industrial y generación de riqueza, tal como sucedió en los países de Europa Occidental, donde el Estado Benefactor se desarrolló sobre la base de una industria pujante, creada justamente en lo que se podría llamar el período liberal. Al respecto, el autor chileno Mauricio Rojas y radicado en Suecia afirma: “Esta fue la base económica que le daría a la socialdemocracia los recursos necesarios para la realización de sus ambiciosos programas de reformas sociales” (Rojas Mauricio, 2005). Por lo tanto, quienes predican la adopción de un Estado providente sin una base productiva industrial, no hacen más que proponer una quimera.

Ante la vorágine de acontecimientos este dossier pretende relacionar otros valores y dimensiones que van más allá de la economía, la misma que no solo estará supeditada a la búsqueda del bien común, y el crecimiento económico, sino a otros valores fundamentales, como la confianza a nuestras instituciones y la participación democrática, mecanismos imprescindibles para un mejor desarrollo económico, de tal manera que se consolide un buen gobierno o buena gobernanza, concepto que deja entrever que la sociedad per se es compleja en su accionar, dinámica y heterogénea, y que necesita de mejores formas de gobierno para alcanzar el bienestar de la sociedad en su conjunto. Por tal motivo en este accionar es importante el concurso de la administración pública, el mercado y las organizaciones civiles, tanto en el diseño político y la implementación de la política económica.

3.1.1. En la política fiscal

Se requiere un nuevo pacto fiscal que conlleve un cambio de rumbo y la inclusión del Estado, el mercado y la sociedad civil. La política económica tiene que ser pragmática.

Lo ideal sería que en nuestro país se comience por desmantelar el exagerado aparato burocrático que se formó en la década pasada, puesto que consume demasiados recursos fiscales, la gobernanza inteligente per se es antiburocrática (Berggruen Nicolás y Gardels Nathan, 2013).

3.1.2. En el ámbito político

En este sentido, lo que se busca con el paradigma de la gobernanza, es una nueva forma de gobernar, con principios y valores, en el que se incluya la participación de la ciudadanía y el fortalecimiento institucional, para hacer frente a los fallos del Estado (Stiglitz, 2000).

Asimismo, se debe urgentemente revisar la Constitución e instaurar nuevamente una separación de poderes efectiva, que permita mayores niveles de gobernabilidad y control.

En todo caso, las bases de cualquier Estado democrático están constituidas por la solidez de sus instituciones, y complementadas con la participación de la sociedad, este vínculo es fundamental en el modelo de gobernanza (Guy Peters, 2000).

Por lo visto, el manejo del Estado, también está supeditado a lo que haga o deje de hacer la sociedad, esa sociedad identificada en el último cuarto del siglo XX como “sociedad civil”, que es un término que no tiene un concepto claro y unívoco, surgió como contradictor de gobiernos autoritarios. Pero ahora, los grupos denominados “sociedad civil” se apuntalaron para establecer su disconformidad a la estructura social dejada por los gobiernos liberales y se puede decir que en cierta forma, también se formaron para establecer una línea de lucha contra gobiernos autoritarios y populistas del siglo XXI en América Latina, especialmente en Venezuela, Argentina, Bolivia y Ecuador.

Es necesario construir instituciones que se complementen con un sistema en que converjan los diferentes actores de la sociedad, el Estado y el mercado. Pero el establecimiento de esta sinergia es todavía una tarea pendiente, no solo en Ecuador, sino en toda América Latina. Una prueba de lo sucedido, es el aumento del control estatal, olvidando los contrapesos políticos de los diferentes poderes como un mecanismo de control y de limitación del accionar del Estado.

Respecto a las instituciones de un país, Doran Acemoglu y James Robinson (2017)  norteamericanos y profesores de la Universidad de Massachusetts y Harvard, respectivamente,  sostienen que: “Las instituciones, que en última instancia son elegidas por la sociedad pueden fomentar el crecimiento económico o impedirlo” (p. 106).  Estos autores de la obra “Por qué fracasan los países”, le dan un gran valor a las instituciones como elementos preponderante del desarrollo de los países.

4. Conclusiones

El Socialismo, confía y cree en el Estado más de la cuenta, este es el gran protagonista al conducir los destinos sociales, los mismos que restringen las libertades y las iniciativas individuales. Esta doctrina política, naufragó. Fracasó en el siglo XX en los países de la órbita soviética en una igualdad que nunca llegó, y condenó a la gente en una vida frustrante. Lo mismo se puede decir de su hermano siamés el Socialismo del siglo XXI, después del “boom de los commodities”, la pobreza y la desigualdad, se estancó. Nuestro país y la región, no pudo aprovechar esta bonanza para lograr una diversificación de la producción y oferta exportable, más bien las ventajas comparativas en las que ha transitado la economía latinoamericana, por su especialización en productos primarios se ha potenciado, por lo que se puede decir, que por América Latina pasó la “segunda década perdida”.

Ponderar una calidad en el gasto público, significa que la asignación tiene que ser eficiente, pero con todos los escándalos de corrupción que se están evidenciando en torno a la obra pública ¿Alguien en su sano juicio puede decir que el gasto ha sido eficiente? Pues no. El punto es que el esquema de corrupción va más allá del gasto, este tiene que ver además con la fragilidad del sistema.

Por lo descrito, lo que se ha visto hasta ahora, es la ausencia de institucionalidad y la complicidad de los entes de control, le facilitó al régimen correísta instalar en el país un gobierno corrupto.

En el caso de América Latina, incluido nuestro país, los esquemas económicos aplicados están profundamente arraigados a doctrinas importadas, que no le han hecho nada bien al Ecuador, y que una vez organizada la sociedad estas tienden a persistir.

Los contrarios a las políticas liberales o de mercado, desde el Premio Nobel J. Stiglitz y el laureado autor Thomás Piketty, etc., incluyendo a analistas económicos nacionales y autoridades gubernamentales del gobierno de la revolución ciudadana, que podrán decir ante el nefasto legado de estos diez años, donde el Estado ha sido el alfa y omega de la inversión y propulsor de la dinámica económica. Si antes, la culpa se la endosaron a las políticas neoliberales, hoy definitivamente le toco a la mayor intervención del Estado, recaudando, controlando y redistribuyendo.

Referencias bibliográficas

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1. Decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad ECOTEC, gcornejo@ecotec.edu.ec

2. Ideología impulsada por el alemán Heinz Dieterich, surgió en 1996. En este lado del planeta lo implementaron países como Venezuela, Argentina, Bolivia, Ecuador y en menor grado Brasil. Se caracterizaron por el dispendio de los fondos públicos, la prepotencia, el abuso de poder y la corrupción. En estos países se conculcaron las libertades fundamentales y se controlaron todas las funciones del Estado.

3. Productos básicos incluye materia prima.

4. www.flacso.org.ec/docs/i20correa.pdf

5. Coeficiente de Gini.- Se sitúa entre 0 y 1; es igual a 0 en caso de igualdad completa y 1 en caso de desigualdad absoluta (es decir, si un grupo infinitamente pequeño posee la totalidad de los recursos disponibles (Piketty Thomas, El capital en el siglo XXI, 2013).

6. Art. 124 del Código Orgánico de Planificación y Finanzas señala: El techo permitido para el endeudamiento no puede sobrepasar el 40% del PIB.


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