ISSN 0798 1015

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Vol. 40 (Nº 21) Año 2019. Pág. 25

Una reflexión necesaria sobre comunicación y políticas de producción científica de algunas universidades latinoamericanas

A necessary reflection on communication and some Latin American universities science production policies

BARBÓN PÉREZ, Olga Gloria 1; ARELLANO ERAZO, Jaime Andrés 2; MENDEZ CABRITA, Carmen Marina 3; CARRILLO PALACIOS, Martha Cecilia 4 y ÁLVAREZ TAPIA, Milena Elizabeth 5

Recibido: 03/02/2019 • Aprobado: 02/06/2019 • Publicado 24/06/2019


Contenido

1. Introducción

2. Resultados y discusión

3. Conclusiones

Referencias bibliográficas


RESUMEN:

Este artículo está centrado en el análisis del modelo comunicativo actuante en las políticas de producción científica de algunas universidades latinoamericanas y se aboca al estudio de los fenómenos asociados a estas como procesos de comunicación. Su propósito es reflexionar críticamente, en el marco de comunicación y desarrollo, sobre las políticas de producción científica de algunas universidades de la región, para proponer finalmente un modelo comunicativo que toma como referente el modelo de Harold Laswell.
Palabras clave: modelo comunicativo; políticas de producción científica; algunas universidades latinoamericanas, desarrollo científico, políticas públicas

ABSTRACT:

This article focuses on the analysis of the acting communication model in some universities science production policies and turns to the study of the phenomena associated with these as communication processes. It aims at reflecting critically, in the context of communication and development, about Latin American universities science production policies, finally proposing a communication model that takes Harold Lasswell model as a reference.
Keywords: communication model; science production policies; Latin American universities; scientific development; public policies.

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1. Introducción

La universidad latinoamericana que tenemos hoy es el resultado de un nutrido y largo proceso histórico; cuyo perfil se configura a la par de las políticas públicas y constantes reformas en la educación superior, las cuales han servido de escenario para el desarrollo científico en este contexto.

En consideración a que las políticas públicas son aquellas que determinan el direccionamiento estratégico de los programas, las políticas, los proyectos y la toma de decisiones en la educación superior, se requiere, en primer lugar, que estas se conviertan en objeto de investigación, de reflexión y de análisis (Henao e Isaza, 1999). De ahí nuestro interés por derivar de los alcances de las políticas públicas el análisis de las políticas de producción científica de algunas universidades latinoamericanas, lo cual supone el desafío de modelar su implementación –y comunicación-.

La investigación en la educación implica renovación, transformación, calidad en la enseñanza y generación de conocimientos, metas que el docente necesita asumir como imprescindibles en su labor profesional, y en la vida estudiantil.  Pero esto no es suficiente; tan importante como la labor investigativa lo es su visibilidad más allá del marco académico local, pues no solo se prestigia el trabajo del docente universitario, sino también la institución generadora de publicaciones indexadas. Las publicaciones de impacto constituyen un indicador importante del éxito del devenir académico. La innovación y los aportes teórico-prácticos de los resultados de investigación se divulgan a mediante publicaciones oficiales, y pasan a formar parte del acervo científico de la comunidad nacional e internacional. (Martelo, Jaramillo y Ospino, 2018)

Ahora bien, enmarcar los alcances de las políticas públicas de la educación superior, implica reconocer algunas categorías inherentes a estas, las cuales se relacionan de manera dialéctica, es decir; su integración favorecería una mejoría de los indicadores de desarrollo y su contradicción generaría lo opuesto; estas categorías son comunicación y desarrollo.

Por consiguiente es conveniente reparar en una cada vez más amplia comunidad de investigadores, que mediante sus aportes ha contribuido en la comprensión de lo que la comunicación significa, centra sus intereses investigativos en las causas, los principios, las consecuencias y los impactos de la misma; dando a luz de esta manera a los diversos géneros de estudio de la comunicación, a saber: comunicación social, comunicación política y comunicación pública, comunicación mediada, comunicación y educación, comunicación y cultura, comunicación comunitaria, comunicación en las organizaciones, comunicación y desarrollo, entre otros (Velásquez, López y Gómez, 2009).

De ahí que uno de los más novedosos géneros sea precisamente comunicación y desarrollo, el cual constituye una herramienta clave para promover procesos de cambio no solo a nivel individual sino además a nivel comunitario, social y político (Obregón, s/f).

Si se toma en consideración que actualmente no se discute la estrecha relación entre el desarrollo integral de un país y las políticas de producción científica y tecnológicas que él practica, en efecto, una de las áreas deficitarias de la investigación actual en comunicación y desarrollo es la propuesta de modelos comunicativos que afronten, incluso sin pretender hacerlo exhaustivamente, el problema del cauce de institucionalización del proceso comunicativo en las políticas de producción científica de algunas universidades de la región.

Este tema cobra especial interés en América Latina, región en la cual el diseño y aplicación de políticas públicas que sustentan el desarrollo de la educación superior y de la ciencia y la tecnología, adquieren características singulares en los diferentes países, respondiendo a factores propios de su estructuración social (Chiroleu, 2009). Principalmente se observa un definido liderazgo de Brasil, como único país en la región con una inversión en ciencia y tecnología superior al 1 % del Producto Interno Bruto (PIB); destaca además el caso particular del Ecuador, uno de los países que más invierte en materia de Educación Superior en toda la región, al destinar 9.445 millones de dólares, que equivale al 2,12% del PIB (Sosa, 2015). En segundo lugar se encuentran países como Argentina, México, Cuba, Chile, Costa Rica y Uruguay. Finalmente, sorprende el nivel muy bajo de un tercer grupo de países, como Honduras, Nicaragua y Guatemala, cuyas proporciones de inversión en ciencia y tecnología bordean el 1 por mil del PIB (Larrea, 2006).

En particular en este último grupo de países de la región, si bien son significativos los esfuerzos que han venido desarrollando, la oferta educativa superior aún presenta un perfil heterogéneo y polarizado, que si bien puede responder a las demandas del mercado en el corto plazo, continúa manteniendo un perfil deficiente respecto a las necesidades del desarrollo. A los problemas de heterogeneidad, se adicionan la falta de una estructura consolidada de docencia de postgrado y la débil capacidad nacional de investigación en ciencia y tecnología (Larrea, 2006).

El abordaje de esta temática representa otra mirada al desarrollo mediado por la comunicación, en un contexto en el cual la universidad se enfrenta a una situación compleja: la sociedad le hace exigencias cada vez mayores a la vez que se restringen las políticas de financiamiento de sus actividades.

Específicamente, nuestra perspectiva está centrada en el análisis del modelo comunicativo actuante en las políticas de producción científica de algunas universidades - entendidas como el conjunto de concepciones, normativas, orientaciones y medidas que constituyen los marcos reguladores del manejo de los resultados de las variables ciencia y tecnología y la divulgación del conocimiento científico generado en correspondencia con los objetivos institucionales y las necesidades e intereses sociales- y se aboca al estudio de los fenómenos asociados a estas como procesos de comunicación. De revestir alguna significación, la misma tendría que ver con el replanteo de argumentos que pudieran considerarse como herramientas rudimentarias para rescatar algunas dimensiones y principios, cuya inclusión en el género comunicación y desarrollo sería provechosa, teniendo en cuenta que aunque tradicionalmente al alma mater las políticas públicas le han asignado como objetivos cardinales la investigación, la docencia y la extensión, en la actualidad se ha atrofiado su dimensión cultural y se ha privilegiado su contenido utilitario (Souza y Menezes, 2014 y Universidad Nacional de Colombia, 2002).

Esta investigación surge de la tentativa de arrojar luz a la oscuridad de lo escasamente dicho sobre la necesidad de problematizar cómo se desarrolla la comunicación al interior de las políticas de producción científica de algunas universidades latinoamericanas y desde qué modelos; asociados a determinados contextos. En este sentido, este trabajo intenta reflexionar críticamente, en el marco de comunicación y desarrollo, sobre las políticas de producción científica de algunas universidades latinoamericanas.

2. Discusión

2.1. Problemas actuales de la comunicación en las políticas de producción científica de algunas universidades latinoamericanas

Como resultado de una investigación preliminar, en términos comunicativos, en las políticas de producción científica de algunas universidades del contexto latinoamericano se ha observado lo siguiente:

En primer lugar, los procesos comunicacionales no se planifican, se conciben a partir de roles de emisión y recepción prefijados y alternados, en tanto la relación comunicativa que se establece es vertical y unidireccional; ya que el emisor domina, posee mayor protagonismo.

Por otra parte, las autoridades de investigación cuando rinden cuentas no logran inspirar al colectivo y se refieren más a indicadores que evalúan las instancias superiores que a la integralidad de los logros alcanzados por la comunidad científica.

En segundo lugar se sustenta la comunicación sobre política de producción científica en la necesidad misma del registro de la producción científico-académica, sin embargo carece de suficientes estrategias y herramientas para promover la investigación- incluyendo políticas de incentivo a la publicación científica inexistentes o ineficientes- y como consecuencia no prima una cultura científica entre los docentes y escasean los investigadores que generen producción científica. A ello se adiciona que el discurso de las autoridades, acompañado de reclamos de productividad científica, despierta intereses y dinámicas paradójicas pues al mismo tiempo esgrime el argumento de la estrecha situación financiera de la universidad.

Aunado a lo anterior, la socialización de los resultados científicos en eventos internos y de los investigadores que contribuyen en mayor medida a los puntajes de producción científica constituyen eventos exclusivos o aislados en el mejor de los casos. Cuando finalmente tienen lugar, emerge la figura del investigador pero no como un cultivador de interrogantes, no como un problematizador de los escenarios decisivos de la realidad, no como el emperador del paso de la cultura investigativa a las nuevas generaciones, ni siquiera como el promotor de esta cultura entre otros docentes sino como un valor numérico.

En tercer lugar, dado que sistemáticamente se privilegia la evaluación cuantitativa, las prioridades científicas se encuentran distorsionadas, los instrumentos que se emplean para la revisión y aprobación de productos científicos están orientados al análisis de forma y no de contenido. De igual manera, solo se acreditan o respaldan legalmente algunos tipos de resultados de la actividad científica- por lo general resultados finales y no parciales-. Esto transmite un mensaje tanto en el nivel discursivo, como en el nivel de la representación; traduciéndose en experiencias cargadas de sentido y que se articulan a valores y relaciones lógicas para configurar aprendizajes y prácticas.

2.2. Los modelos comunicativos. Su pertinencia

El análisis seguido hasta aquí invita a hacer referencia a aquello que atañe fundamentalmente a los modelos comunicativos.

En la tradición teórica de las disciplinas comunicativas los llamados modelos de comunicación han posibilitado la construcción de explicaciones y normativas, sobre todo de las funciones sociales asignadas a los medios de comunicación masiva, los métodos de producción y transmisión de los mensajes mediáticos y de las relaciones entre los sujetos en sus roles de enun­ciadores y enunciatarios. No obstante, existen áreas poco exploradas que van originando un desajuste entre el estado actual de la disciplina y sus niveles de integración teórica y aplicabilidad socio-contextual de sus postulados.

En síntesis, la pertinencia de los modelos comunicativos para dar al traste con la situación actual que presenta la comunicación en las políticas de producción científica de algunas universidades latinoamericanas se resume, entre otras, en las siguientes características:

El argumento que sigue responde a dos interrogantes clave: ¿Qué podría aportar un modelo comunicativo en las políticas de producción científica de algunas universidades latinoamericanas?, ¿Cómo debería ser este?

En respuesta a la primera interrogante, desde una óptica sistémica, la comunicación se concibe como un todo integrado de elementos interrelacionados, cuyos comportamientos individuales afectan al conjunto. Diversos autores se han propuesto demostrar el estrecho vínculo entre comunicación y organización para, finalmente, evidenciar la función estratégica de su gestión (Gutiérrez, 2009, Águila y Cortés, 2011 y Barbón, Añorga y López, 2014).

De acuerdo con Álvarez y Lesta (2011) la comunicación es el sistema nervioso central de la organización, el flujo que atraviesa todas sus dinámicas y procesos, y el puente que interconecta la organización, sus productos, servicios y actuaciones con el entorno social y material.

Desde esta perspectiva, algunas universidades son, ante todo, organizaciones que han logrado alcanzar una etapa de madurez, la cual a su vez les ha permitido reconocer y asumir el rol estratégico que posee la comunicación. De hecho, apunta Trelles (Trelles, 2008) las algunas universidades, en tanto organizacionales sociales, no podrían prescindir de la comunicación para dar vida a los procesos que constituyen su razón de ser. Relación que se redimensiona al tratarse de instituciones cuyo sentido y fin está vinculado a la formación de seres humanos, a la construcción y socialización del conocimiento. Al respecto Paulo Freire enfatizaba en que sólo a partir de la comunicación se alcanza la necesaria dimensión dialógica universidad-sociedad. Paradójicamente se plantea que la dimensión comunicacional en algunas universidades es dispersa, a pesar de la infraestructura generada para difundir información (Páez y Fuenmayor, 2005).

Por tanto, un modelo comunicativo en las políticas de producción científica de algunas universidades latinoamericanas, las cuales enfrentan el reto de incrementar su producción científica o desaparecer, con indicadores de producción científica que son determinantes centrales para el prestigio de la institución y que representan en los procesos de acreditación institucional un elevado porcentaje, se torna en un eslabón elemental para el desarrollo intrauniversitario y social. No obstante, se hace necesario introducir en el proceso de evaluación la propia percepción de los sujetos directamente afectados o no afectados por esta (Neves, Faro y Schimtz, 2016).

El modelo en cuestión contribuiría a configurar todo un proceso comunicativo que abarca desde la gestión, la promoción, la socialización, el registro y el control de la producción científico-académica, procesos que no están exentos de su propia cuota de peculiaridades.

A nuestro juicio, el mismo puede ser visto como un modelo comunicativo reticular pues se trata de cómo conciben algunas universidades, en el seno de sus políticas de producción científica, la comunicación como una red de difusión o transmisión de influencias, informaciones y significados, a partir de la cual se generan las actitudes, opiniones y acciones de los miembros de una sociedad (Mcquail, 1991; Mcquail y Windahl, 1997).

En respuesta a la segunda interrogante se señalan un conjunto de criterios que, sin constituir un modelo en sí mismos, son una propuesta inacabada de principios para su construcción. De este modo, el modelo comunicativo en las políticas de producción científica de algunas universidades latinoamericanas, a criterio de la autora, habría de caracterizarse por ser:

Reflexivo-mutualista. Pues pasa por ofrecer una perspectiva mixta de reflexión que sitúe a la comunicación entre las comunidades científicas intra y extrauniversitarias, autoridades, estudiantes y sociedad, en primera instancia, en el terreno del intercambio mutuo en tiempo real.

Sistémico. Ya que se convertiría, a partir del enfoque sistémico de la gestión de comunicación organizacional, en constructor y socializador de estrategias retóricas orientadas no solo a la información y difusión sino también -¿por qué no?-a la simplificación de procesos complejos.

Participativo. Vendría a legitimar la participación activa de la comunidad universitaria, como comunicador con un rol estratégico, y de la sociedad no solo en el cumplimiento sino también en la gestación, mutación y monitoreo de las políticas de producción científica de algunas universidades y su repercusión, a corto, mediano y largo plazo, en los valores y los resultados de la institución.

Nivelador. Se encargaría de poner en evidencia si se encuentran en el mismo nivel el carácter del pensamiento comunicacional institucional y las dinámicas de su aplicación en la práctica investigativa universitaria; pues los actores de la actividad científica y los mecanismos de gestión, promoción, socialización, registro y control de esta pueden o no estar vinculados antagónicamente y perseguir objetivos diferentes. Consecuencia directa de esta situación es que en el proceso comunicativo en las políticas de producción científica de algunas universidades el instrumento investigativo y administrativo, lejos de actuar coordinadamente en la consecución de objetivos comunes, en ocasiones se contraponen.

Estable. Tomaría en consideración que las relaciones al interior del proceso comunicativo intrauniversitario modifican su apariencia permanentemente. Los cambios producidos por esta constante transformación tienen consecuencias, en primer lugar, sobre el fondo de la comunicación en este ámbito, lo cual genera que la constelación de emisores y receptores entre en desequilibrio a la hora de construir sus identidades como gestores, promotores, socializadores, registradores o controladores de la producción científica.

Visibilizador. Incluso apuntaría a hacer visibles aquellos procesos comunicacionales que muchas veces se naturalizan y entronizan en el ámbito universitario, amén de su pertinencia o calidad, convirtiéndose en verdaderos círculos viciosos.

Transparente. Debido a que pavimentaría el camino de regreso a los estatutos y reglamentos de redacción clara, precisa e inclusiva que no dé cabida a interpretaciones personales, subjetivas o sesgadas.

Planificado. Supondría la gestión de comunicación como parte de su sistema de gestión. Sin asumir, de facto, que la comunicación es un proceso natural, espontáneo, que puede muy bien desenvolverse de manera empírica a partir de la experiencia y quizás la intuición o el buen juicio. Esto evitaría el común desconocimiento de la complejidad que caracteriza a los procesos comunicativos, evitando además afectaciones en los flujos comunicacionales, desencuentros y desinformación sobre procesos sustantivos universitarios.

Por último, desde Harold Lasswell, precursor en la investigación de la comunicación desde la ciencias sociales, en el estudio de la comunicación a partir de las preguntas: "Quién dice qué, por qué canal, a quién y con qué efectos" se han enfocado las aproximaciones de la sociología a la comunicación en aquella que hace referencia a los efectos (Moragas, 1985).

¿Cuáles podrían ser estos efectos en el caso de las políticas de producción científica de algunas universidades latinoamericanas?

Un modelo que tome como referente el modelo de Laswell y se aproxime a la realidad de algunas universidades, en el aspecto estudiado pudiera estructurarse a partir de las siguientes dimensiones (Figura 1):

• Comunicación con fines de la gestión de la producción científico-académica

• Comunicación con fines de la promoción de la producción científico-académica

• Comunicación con fines de la socialización de la producción científico-académica

• Comunicación con fines del registro y el control de la producción científico-académica

Fuente: Elaboración propia (2016)

Figura 1
Modelo reticular de comunicación en las políticas de producción
científica de algunas universidades latinoamericanas

3. Conclusiones

La universidad latinoamericana contemporánea; cuyo perfil se configura a la par de las políticas públicas y transformaciones en la educación superior, no debe desconocer que estas se hallan estrechamente vinculadas al desarrollo.

Actualmente se reconoce la estrecha relación entre el desarrollo integral de un país y las políticas de producción científica y tecnológicas que este practica, por ello se ha identificado la propuesta de modelos comunicativos que afronten el problema del proceso comunicativo en las políticas de producción científica de algunas universidades de la región - la cual ha adolecido de modelos comunicativos concretos- como una de las áreas deficitarias de la investigación actual en comunicación y desarrollo.

Un modelo comunicativo, que tome como referente el propuesto por Laswell, y se aproxime a la realidad de algunas universidades contribuiría a configurar todo un proceso comunicativo que abarca desde la gestión, la promoción, la socialización, el registro y el control de la producción científico-académica; estructurándose en torno a un conjunto de principios que le otorgan carácter reflexivo-mutualista, sistémico, participativo, nivelador, estable, visibilizador y transparente.

Referencias bibliográficas

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1. Doctora en Ciencias Pedagógicas (PhD) y Post doctorada en Educación Avanzada. Docente investigadora de la Universidad Nacional de Chimborazo (UNACH). Ecuador. Email: olgagloria29@yahoo.com ogbarbon@unach.edu.ec

2. Magíster en Gerencia de Servicios de Salud. Docente de la carrera de Enfermería de la Universidad Regional Autónoma de los Andes. Extensión Tulcán. Email: ut.jaimeerazo@uniandes.edu.ec

3. Doctora en Filosofía. Docente de la carrera de Derecho de la Universidad Regional Autónoma de los Andes. Extensión Tulcán. Email: ut.carmenmendez@uniandes.edu.ec

4. Magíster en Derecho Procesal. Mención Derecho Penal. Docente de la carrera de Derecho de la Universidad Regional Autónoma de los Andes. Extensión Tulcán. Email: ut.marthacarrillo@uniandes.edu.ec

5. Magíster en Derecho Administrativo. Docente de la carrera de Derecho de la Universidad Regional Autónoma de los Andes. Extensión Tulcán. Email: ut.milenaalvarez@uniandes.edu.ec


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Vol. 40 (Nº 21) Año 2019

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