ISSN 0798 1015

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Vol. 40 (Nº 40) Año 2019. Pág. 30

Sustitución de importaciones en el complejo agroindustrial de Rusia: problemas y perspectivas

Import substitution policy in Russia's agricultural sector: problems and perspectives

VERSHININA, Irina M. 1

Recibido: 02/08/2019 • Aprobado: 06/11/2019 • Publicado 18/11/2019


Contenido

1. Introducción

2. Marco conceptual

3. Resultados

4. Conclusiones

Referencias bibliográficas


RESUMEN:

Este artícilo analiza la política de sustitución de importaciones en el complejo agroindustrial de Rusia, que fue destinada a garantizar la seguridad alimentaria del país y reducir las importaciones de comestibles que ya habían alzanzado un nivel crítico. Para poder comprender que desafíos enfrentó el gobierno ruso, en la investigación se considera la situación en el sector después de la desintegración de la URSS y las reformas de los años 90 del siglo pasado, que se habían resultado destructivas para la agricultura. Se analizan los mecanismos y harramientas, que el Estado está usando para promover este importante sector económico, así como las ramas directamente relacionadas con éste. El trabajo está basado sobre las fuentes oficiales, declaraciones de los dirigentes del país, investigaciones de los expertos en la agrucultura, en primer lugar, del Instituto de Investigaciones Científicas de Economía Agricola de FR, así como sobre las ideas del eminente economista latinoamericano Raul Prebish respecto a la sustitución de importaciones.
Palabras clave: Sustitución de importaciones, complejo agroindustrial, Rusia, maquinaria agrícola, inversiones, apoyo financiero

ABSTRACT:

The paper deals with the import substitution policy in Russia's agricultural sector. The adoption of this policy has been brought about by the necessity of establishing country's food security and the reduction of food import that had achieved a critical level. For understanding the challenges Russia's government faced, the paper discusses the situation in the sector after the collapse of the USSR and the reforms of 1990s, which both were devastating for the agriculture. It analyzes the mechanisms and instruments designed to support agriculture and the related sectors. The researchсh is based on the official data and the statements of the country's leaders as well as the studies of Russian agricultural experts (first and foremost the members of the All-Russia Research Institute of Agricultural economics) and the import substitution concepts of the distinguished Latin American economist Raúl Prebish.
Keywords: import substitution policy, agricultural sector, Russia, agricultural machinery industry

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1. Introducción

Teniendo en cuenta la situación internacional actual, la competencia global, que no excluye, sino, por el contrario, induce a algunos países a poner barreras proteccionistas para proteger sus propios mercados. Estas barreras pueden, entre otras cosas, incluir algunas sanciones, por lo que surge el problema de enfrentarse a estos desafíos.

En este sentido, un tema importante para la investigación resulta ser el complejo agroindustrial y la agricultura como su núcleo. Esto se debe al hecho de que en la actualidad entre los problemas globales más importantes se encuentra la seguridad alimentaria que está relacionada, en nuestra opinión, no solo con el suministro de alimentos a la población, sino también con la necesidad de organizar en el país la producción de alimentos básicos para el mercado interno y reducir importaciones de éstos.

Según estimaciones de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), 821 millones de personas, es decir, una de cada nueve personas en el planeta, está desnutrida (FAO, 2018, p. 2). El problema de la desnutrición lo enfrentan los países del Asia sur, tampoco se ha resuelto en África y Sudamérica. No sin razón, la ONU puso la seguridad alimentaria en el segundo lugar, en la lista de objetivos de desarrollo sostenible. Y si en Rusia el problema de la subnutrición, en principio, está resuelto, todavía queda la cuestión de proporcionar a la población los alimentos que correspondan a los estándares de consumo racionales y a los requisitos actuales de alimentación saludable. El país tiene problemas con el consumo de verduras y frutas (el consumo es 1,4 y 1,7 veces menos de la norma recomendada por el Ministerio de Sanidad), de leche y productos lácteos (1,4) (Ministerio de Salud, 2017).

El problema de sustitución de importaciones no es nada nuevo para Rusia, pero su solución se tornaba cada vez mas acuciante si tenemos en cuenta las restricciones financieras y tecnológicas que los países occidentales han impuesto a nuestro país. Ellas tuvieron repercusiones negativas en las condiciones financieras y de inversión del desarrollo del complejo agroindustrial. En julio de 2014, el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo con la participación de empresas francesas y estadounidenses, congeló las inversiones en proyectos agrícolas de Rusia por un monto de 271 millones de dólares, que representaban el 45% de la inversión extranjera directa (IED). Las sanciones afectaron el crédito agrícola ruso. La introducción de sanciones contra los bancos más grandes, Rosselkhozbank y Sberbank, que concedían créditos para trabajos agrícolas estacionales (respectivamente 65% y 30% de todos los préstamos al sector) llevó a un déficit de recursos financieros externos atraídos. Como resultado, las tasas de interés se duplicaron debido a una reducción en los “préstamos internos” para el sector agrícola.

Claro que esto afectó el mercado de productos agrícolas y alimenticios, por lo que una de las tareas más importantes que enfrenta la Federación de Rusia (FR) fue la elección de una estrategia para el desarrollo del sector agrícola. El desarrollo de éste no solo determina el nivel de seguridad alimentaria en Rusia, sino también propicia el desarrollo económico del país y contribuye al crecimiento del bienestar de la población. Teniendo en cuenta lo dicho, se puede argumentar que el desarrollo del complejo agroindustrial va convirtiendose en la base de la política de sustitución de importaciones en Rusia. Esto es aún más importante porque justamente en el ámbito de alimentos y materias primas agrícolas, la FR depende en gran medida de las importaciones.

2. Marco conceptual

Es necesario apartarse de la comprensión tradicional de la sustitución de importaciones como una estrategia de industrialización aplicada principalmente a los países en desarrollo (Vázquez Maggio, 2017), o decir que es sinónimo de la autarquía y del deseo de aislar completamente el país de los mercados extranjeros, como intentan hacer algunos científicos y políticos de orientación liberal en la FR. La experiencia de Rusia muestra que la sustitución de importaciones en las condiciones modernas debe ser definida como un modelo de estrategia económica del Estado dirigida a proteger las prioridades nacionales del desarrollo socioeconómico y su realización basada sobre el apoyo de su propio productor en el mercado interno nacional. Al mismo tiempo, la sustitución de importaciones debe tener un carácter manejable, que consiste principalmente en elegir las áreas más prioritarias de acuerdo con la estrategia económica nacional. Estamos de acuerdo con los científicos rusos, especialistas del Instituto de Investigación Científica de la Economía Agrícola de Rusia que consideran que la globalización tiene alternativa, y que es posible llevar a cabo transformaciones nacionales contrarias a las tendencias globales, y que no se puede solo adaptarse a éstas (IICEAR, 2015, p. 14).

3. Resultados

La necesidad de brindar una atención especial al conjunto agroindustrial, y a la agricultura, en particular, se debió principalmente a la situación en que se había encontrado el sector sin poder recuperarse después del colapso de la URSS y la desintegración del espacio económico del país antes común. El problema se ha agravado en las últimas dos décadas del funcionamiento de la economía rusa. Sus causas están asociadas con una profunda recesión en la producción agroindustrial en la década de 1990, durante la cual se desbarataba el potencial productivo del sector agrícola y los ingresos monetarios reales de la población disminuían. La apertura del mercado interno a factores externos en las condiciones de fuerte debilitamiento, y en algunos casos de extinción de los productores nacionales, llevó a que en el mercado nacional comenzaron a dominar productos alimenticios importados.

Según diversas estimaciones, los alimentos importados representaron más del 50% del consumo en la década de 1990, mientras que en las grandes ciudades, por ejemplo, en Moscú alcanzó casi ¾ (Vershínina, 2009). Esta situación hizo que el país dependiera no solo de las fluctuaciones del mercado mundial, sino también de las decisiones políticas de los países que eran proveedores de alimentos al mercado ruso, esto muchos años después mostró la crisis en las relaciones con los países occidentales siendo éstos en aquel momento proveedores principales de alimentos al mercado ruso.

3.1.  Antecedentes históricos

Para el inicio de las reformas (1989), en la República Socialista Federal Soviética de Rusia (RSFSR, fue entonces una parte de la URSS) hubo 25,4 mil empresas agrícolas, incluidas 12,9 mil granjas del Estado soviético (sovjoses) y 12,5 mil granjas colectivas (koljoses). El área total de tierras agrícolas fue 204,4 millones de hectáreas, de las cuales 113,8 millones eran terrenos arables (55,7%) (Kara-Murza, Glázyev, Bátchikov, 2008, p. 321, 323).

En 1991, después del colapso de la Unión Soviética, se iniciaron reformas en Rusia. Cabe señalar especialmente que la reforma tenía un carácter sin precedentes, ya que estaba relacionada con transformaciones en todo el sistema socioeconómico. Las últimas afectaron todos los sectores de la economía sin excepción y tuvieron un impacto muy negativo en la agricultura. Durante los primeros 10 años de la reforma, de la utilización agrícola se retiraron 33 millones de hectáreas de superficie en cultivo (el territorio de dos Francias). La producción de empresas agrícolas ha disminuido considerablemente: para 1999, esta cifra se eqivalía al 37% del nivel de 1990. El área de tierras agrícolas disminuyó 1,3 veces, cabezas de ganado bovino – 2,7 veces, la producción de grano – 2,3 veces, de papas - 5 veces, de carne de ave - 7 veces, de leche - 2,7 veces, de lana – 11,2 veces. Al mismo tiempo, la cantidad de personas empleadas en el sector disminuyó 2 veces (Cuadro 1).

La base técnico-material de la agricultura se vio destruida, lo que se reflejó en disminuir la producción de maquinaria agrícola, fertilizantes, la contracción de los trabajos  de selección, etc. Fue arruinada la esfera social del campo a la cual en la época soviética se destinaron muchos recursos y esfuerzos para acercar la aldea a la ciudad por el nivel de vida (no solo material sino también cultural).

Cuadro 1
Cambios en los indicadores principales
de las empresas agrícolas

 

1990

2001

Número de empresas, mil

25,8

24,8

Número de empleados en la agrícultura, millones

7,5

4,2

Tierras agrícolas, millones de hectáreas

202,4

146,1

Superficie en cultivo, millones de hectáreas

112,1

66,4

Ganado, millones de cabezas

  Ganado bovino

45,3

15,7

  Cerdos

27,1

8,4

Producción, millones de toneladas

  Cereales (acabado final)

113,5

69,5

  Patatas

10,1

1,9

  Ganado y aves (peso de sacrificio)

7,0

1,8

  Leche

41,4

15,7

  Huevos (mil millones)

36,6

25,1

Promedio por una empresa

  Trabajadores

322

171

  Superficie en cultivo, mil hectáreas

4,3

2,6

  Cabezas de ganado bovino

1756

600

  Cerdos

1050

311

Porcentaje de las empresas deficitarias

3

46

Fuente: Kara-Murza, Glázyev
Bátchikov, 2008, р. 325

A fines de 1999, el número de empresas agrícolas en la FR aumentó hasta 27 mil, debido a los cambios en las relaciones agrarias y el surgimiento de nuevas formas de empresas. Además de los koljoses y sovjoses (su número se redujo a 3,6 mil y 1,2 mil, respectivamente), aparecieron sociedades en comandita (3,5 mil), unidades productivas autónomas pertenecientes a las personas jurídicas (4,5 mil), cooperativas productivas (8 mil) y otras. Por lo tanto, se observó fragmentación y cambio del carácter organizativo de más de 2/3 de las explotaciones agrícolas grandes: antiguos koljoses y sovjoses. Los recursos notables se vieron transladados a las unidades productivas pequeñas – granjas y pequeñas propiedades. Podemos decir que con la disolución de los koljoses y sovjoses, “el campo se retiró a los huertos familiares”.

De 1990 a 1999, la superficie de huertos familiares aumentó de 3,25 millones de hectáreas a 6,14 millones de hectáreas, y el tamaño promedio de una parcela de 20 centésimos (de hectáreas) a 40. La participación de los hogares en la producción agrícola aumentó considerablemente en comparación con las empresas. En 1990 las empresas producían el 73,7% de los productos agrícolas (a precios reales) y los hogares - el 26,3%. En 1999, el panorama cambió: las empresas ya producían el 40,3%, mientras que las familias - el 57,2% (en la producción de patatas su participación relativa subió hasta el 92%) (Kara-Murza, Glázyev, Bátchikov, 2008, p. 335). La aparición de pequeñas granjas no hablaba en absoluto del desarrollo de la agricultura, sino, por el contrario, de su arcaización. Los campesinos recibieron las tierras de los antiguos koljoses, pero no recibieron ninguna ayuda del Estado, no hubo equipo y maquinaria, fertilizantes y no tan solo por haber caído su producción, sino también por la falta de recursos para comprarlos. Al orientarse a la ideología liberal, según la cual el Estado no debería interferir en la economía, el gobierno dejó de apoyar la agricultura, considerando que nuevas empresas agrícolas debían actuar en el marco de la economía de mercado por cuenta y riesgo, y que el mercado desecharía las empresas no rentables. Sin embargo, en ningún país la agricultura se desarrolla sin ser apoyado por el Estado, de una forma u otra. Por ejemplo, a mediados de los 80 en los países de la OCDE (en aquel entonces había 24), solo las asignaciones presupuestarias a la agricultura representaban sobre la mitad de los gastos de población en alimentos (en Japón y Finlandia hasta el 80%) (Kara-Murza, 2005, p. 371). A esto se sumaban las medidas proteccionistas por parte del Estado y barreras aduaneras. En la URSS, el mecanismo principal de apoyo al sector agrícola fue la planificación de precios de equipos y materiales para koljoses y sovjoses, así como del costo de la compra de productos agrícolas. Las subvenciones se utilizaban para comprar equipos, maquinaria y fertilizantes. Cabe señalar que el apoyo se proporcionaba también a las granjas no rentables. Esto se explicaba por el hecho de que en una economía socialista el funcionamiento de la agricultura estaba determinado no por el beneficio, sino por la necesidad de proporcionar alimentos a la población, y era importante el efecto general, por eso el apoyo de las empresas no rentables no afectaba la producción total de productos agrícolas. Sin embargo, esto contribuía a la preservación del campo como un determinado modo de vida y tradiciones de una parte importante de población. El fuerte descenso, y con frecuencia una falta de apoyo estatal, fue uno de los factores que influyeron en haber caído la rentabilidad de las empresas agrícolas. Para 1998, el 68% de todas las granjas no fueron rentables, de ellas el 12% se encontraron al borde de la bancarrota. El 80% no recibió ayuda estatal (Kara-Murza, Glázyev, Bátchikov, 2008, p. 339).

3.2. Giro a la sustitución de importaciones

A fines de la década de 1990 - principios de 2000, en el desarrollo del sector se produjo una vuelta y comenzó la etapa de “recuperación” del sistema alimenticio. La crisis financiera mundial y casi doble devaluación del rublo en 1998, que hizo las importaciones demasiado caras y provocó sesgo en la demanda hacia los alimentos más baratos, principalmente de producción nacional, dieron impulso al desarrollo de la industria alimentaria rusa y, en consecuencia, de la agricultura. La quiebra financiera de 1998, ofreció a los productores rusos de alimentos básicos ventajas competitivas de precios en comparación con los importadores.

En 2001-2003 el gobierno ruso planteó medidas de protección y subsidios estatales a la agricultura que se hicieron un motor a largo plazo para su desarrollo. Primero, se introdujeron restricciones duras en forma de cuotas y aranceles a la importación de varios productos clave - carne de cerdo, de aves, azúcar, arroz y otros, debido a que en el mercado nacional se formó una prima alta sobre el precio para los principales productos agrícolas. Segundo, se adoptó el Proyecto Nacional para el Desarrollo de la Agricultura, que brindaba apoyo de inversión al sector (Snitkó, Rubánov, Fomín, 2015). Como resultado, para los años 2001-2007 fueron atraídas grandes inversiones en la agricultura; comenzaron a formarse grandes empresas agrícolas - agroholdings. El crecimiento estable de la ganadería, que se basaba en los subsidios para construir nuevos complejos, aseguró el desarrollo de todo el complejo agroindustrial haciédolo una de las ramas más atractivas en la economía fuera del sector de recursos minerales. Agroholdings invirtieron grandes recursos no solo en el sector ganadero, sino también en la producción de forraje y el cultivo de cereales (un elemento importante de la rotación de cultivos), así como en los sectores que servían al complejo agroindustrial, importantes para el funcionamiento sostenible de su negocio.

En 1999-2008, no hubo ni un solo año de mala cosecha en Rusia, y el crecimiento socioeconómico general contribuyó al desarrollo de la agricultura. El PIB creció un 90%, el crecimiento de la industria fue el 80% y la agricultura - 47%. En el período 2009-2018, el crecimiento agrícola fue 4 veces mayor que la dinámica del PIB y 7 veces mayor que la tasa de crecimiento industrial. Si tomamos en cuenta el efecto multiplicativo, resulta que del crecimiento del PIB en el 8%, la agricultura, que desarrollaba en los últimos tiempos muy dinámicamente, garantizó 4-5% (Aganbegyán, 2017).

Sin embargo, la política de sustitución de importaciones en el sector de alimentación se formó finalmente en 2013 con la implementación en julio de 2012 del Programa Estatal para el Desarrollo de la Agricultura hasta 2020. En febrero de 2019, el Programa sufrió modificaciones y su funcionamiento se extendió hasta 2025. El monto total de la cobertura financiera del programa asciende a 8,2 billones de rublos (en el momento de adoptar el programa en 2012, según la tasa de cambio del Banco Central, equivale a más de US$270 mil millones), de los cuales el 43% son asignaciones del presupuesto federal, cerca del 6% son fondos de los presupuestos consolidados regionales, el 51% son fuentes extrapresupuestarias (cálculos de la autora basados en Disposición de la Federación de Rusia, 2019). El programa reflejaba el hecho de que el gobierno ruso comprendía la necesidad de un apoyo financiero integral al sector agroindustrial, es decir, a la agricultura y a las industrias conexas, al regular los mercados de productos agrícolas, materias primas y alimentos. Se estableció la meta de desarrollar su propia producción, reduciendo gradualmente las importaciones de alimentos sin crear un déficit en el mercado interno.

Además, se planificó aumentar las exportaciones de productos agrícolas llegando a US$45 mil millones para 2024. Se estipuló desarrollar la base técnico-material de la agricultura y proporcionar a las empresas de la industria maquinaria agrícola, materiales de siembra, fertilizantes, realizar crédito para mejoras de tierras y otras obras con el objetivo de evitar retirada de tierras agrícolas de la producción.

El elemento importante del programa consistió en que éste consideró la sustitución de importaciones no solo desde el punto de vista económico, sino también incluyó políticas sociales, especialmente en términos del desarrollo de los territorios rurales. Lo evidencia la inclusión en el dicho Programa de un tipo de subprograma titulado “Desarrollo sostenible de territorios rurales”, dirigido a crear “las condiciones cómodas de vida en las áreas rurales” y “formar una actitud positiva hacia las áreas rurales y modo de vida rural” (Programa, 2019).

En 2014 llegó la comprensión definitiva de que el curso elegido era correcto y fue relacionada con las sanciones contra Rusia por parte de los países occidentales y las medidas de retorsión de nuestro país (se introdujo un embargo a la importación de varios productos alimenticios de países que habían consentido imponer sanciones). La respuesta del gobierno de la FR creó condiciones favorables para los productores nacionales que continuaron aumentando la producción ya en las condiciones de protección del mercado local.

Además, las medidas de retorsión del gobierno llevaron al hecho de que los productores extranjeros (por ejemplo, Valio finlandés y Arla Foods danesa-sueca especializados en productos lácteos), adaptando su negocio en Rusia a nuevas condiciones y tratando de reemplazar las importaciones, comenzaron a trasladar su producción a las plantas rusas, arrendando instalaciones a otros jugadores o construyendo nuevas plantas, aumentando el volumen y el surtido de productos. Esto es beneficioso no solo para estas empresas, que economizan en transporte y otros costos, sino también para el consumidor que tiene el precio más bajo. Otro resultado positivo de dicho traslado de producción es el aumento en el uso de materias primas locales en vez de las importadas.

En general, desde 1999 (el inicio del período de recuperación) hasta 2018, aumentó el rendimiento de todos los cultivos principales. El crecimiento máximo se observó para el maíz - 2,6 veces, papas - 2,5 veces, lino - 2,4 veces, el rendimiento del arroz y la remolacha azucarera aumentó más de 2 veces, el rendimiento del trigo, girasol, soja aumentó casi el doble (cálculos de la autora).

Durante tres años del funcionamiento del programa (2013-2016) las importaciones de alimentos disminuyeron de US$43 mil millones a US$25 mil millones (Ministerio de Agricultura, 2017). El crecimiento de la producción permitió aumentar las exportaciones agrícolas que en 2018 ascendió a US$19,9 mil millones, superando los ingresos de la exportación de armas y equipo militar (US$15 mil millones). El crecimiento de las exportaciones agrícolas se debió al aumento en la producción de grano, principalmente trigo. En 2017, la cosecha de cereales alcanzó el nivel récord de 135,4 millones de toneladas, lo que permitió a Rusia convertirse en el principal proveedor de trigo para el mercado mundial, adelantando tales países como Estados Unidos, Australia, Canadá.

Cabe mencionar el hecho de que todavía no se conoce ningún ejemplo de los países desarrollados donde la agricultura se aventaje significativamente el desarrollo de otros sectores económicos. Se puede decir que Rusia está experimentando una experiencia única: la agricultura paso a paso se está transformando en el sector líder de la economía. El complejo agroindustrial dio un fuerte impulso al desarrollo socioeconómico del país en su conjunto. En el período de 2007-2016 el crecimiento de la producción agrícola fue del 35%, en la industria y el transporte - 5%, el PIB aumentó el 8% durante el mismo período (Aganbegyán, 2017).

3.3. Mecanismos y herramientas de la estrategia de sustitución de importación

El mecanismo principal de apoyo de la agricultura por parte del Estado es la asistencia financiera. Además de las inversiones directas, también se proporcionan ciertos beneficios a los productores agrícolas: compensación de la parte de préstamos a largo plazo, subvenciones para la creación de una granja, subsidios del aporte del agricultor para el leasing de técnica. Recientemente, se introdujo un nuevo método: compensación de la parte de los costos directos del inversionista para la construcción de capital por un monto de 20-35% de todos los recursos. Es una innovación importante, dado que las inversiones en activos fijos en la agricultura se encuentran a nivel muy bajo: en 2016 representaron solo el 4.1% de todas las inversiones de este tipo en la economía; y su dinámica fue extremadamente baja: desde 1999, la proporción de la agricultura ha crecido solo un 0,8%.

Sin el apoyo estatal constante y completo, el complejo aagroindustrial ruso no podrá cubrir altos precios del combustible; compensar por su cuenta el desgaste de la maquinaria agrícola, que supera el 50%; aumentar la disponibilidad de equipos para los productores agrícolas; incrementar la productividad y eficiencia de los equipos utilizados.  Esto es muy importante si se tiene en cuenta que hasta ahora, las pérdidas de grano, por ejemplo, durante la cosecha alcanzan el 30%, y las frutas y verduras, hasta el 40% (Samoródsky, Isáeva, 2017).

Las herramientas para implementar la sustitución de importaciones son programas y estrategias de desarrollo que definen metas, objetivos, plazos y responsabilidades. Dicha política, que contiene elementos de planificación, ayuda a los productores; ellos van a saber con qué pueden contar y quién es responsable de tomar decisiones y a quién apelar en caso de problemas.

La principal herramienta de este tipo es el Programa Estatal para 2013-2020 que se mencionó anteriormente. En el programa hay 2 bloques, uno está hecho de acuerdo con el método de proyectos y el segundo de acuerdo con el método de procesos. El primer bloque incluye proyectos federales y departamentales:

- proyecto federal “Exportación de productos agrícolas”;

- proyecto federal “Creación de un sistema de apoyo a los agricultores y a la cooperación agrícola”;

- proyecto departamental “Desarrollo de las ramas del complejo agroindustrial que promuevan la sustitución acelerada de las importaciones de principales productos agrícolas, materias primas y comestibles”;

- proyecto departamental “Estimulación de la actividad de inversión en el complejo agroindustrial”;

- proyecto departamental “Modernización técnica del complejo agroindustrial”;

- programa departamental “Desarrollo del crédito para mejoras de tierras”;

- proyecto departamental “Agricultura digital”.

El segundo bloque del programa estatal incluye programas departamentales con destinación especial:

- “Desarrollo sostenible de los territorios rurales” destinadoa subir el nivel de vida en áreas rurales, construir infraestructura, carreteras, escuelas, hospitales, etc.

- “Mantenimiento de las condiciones generales para el funcionamiento de las ramas del complejo agroindustrial”. El objetivo es regular mercados, sequías y malas cosechas, sistemas de información, etc.

- “Organización de supervisión veterinaria y fitosanitaria” sobre la fiebre de porcina africana, mejora de la calidad y seguridad de los productos de origen animal, etc.

- “Mantenimiento técnico-científico del desarrollo del complejo agroindustrial”, es sobre el fitomejoramiento.

En 2017 se elaboró el Programa técnico-científico hasta 2025 con el fin de estimular el sector agrícola. El objetivo es garantizar el crecimiento estable de la producción agrícola usando semillas de nuevas variedades locales y producción semental, tecnologías de producción de foraje de alta calidad, aditivos alimenticios para animales y medicamentos veterinarios, pesticidas y agroquímicos de origen biológico, procesamiento y almacenamiento de producción agrícola, materias primas y comestibles, medios modernos diagnósticos, métodos de control de calidad de productos agrícolas y  peritaje del material genético.

Cabe señalar que en el Programa Estatal para 2013-2020, las tasas de crecimiento para el período 2018-2020 se estimaron en 1,7-2,1%. Al mismo tiempo, consideran dos escenarios del desarrollo de la agricultura para el año 2020.

El optimista: la tasa de crecimiento del sector agrario durante la década de 2020-2030 aumentará 1,4 veces. El indicador alcanzará el 3% debido a avance tecnológico en la producción como resultado de la intensificación  de actividad de inversión. La tasa de crecimiento relativamente alta del sector agrícola conllevará el incremento de la producción: cereales, aceites, azúcar y carne. Será necesario encontrar mercados para estos productos. El consumo interno de alimentos debería incrementar debido al aumento de los ingresos de la población. Esto garantizará la seguridad alimentaria en el país. Después, el excedente de productos ??se puede exportar al extranjero, por lo que ya vale la pena invertir en el desarrollo de los mercados de ventas.

El Inercial. Este escenario está centrado en la sustitución de importaciones, cuyos límites se calculan partiendo de la demanda interna. De acuerdo con este escenario de desarrollo, las tasas de crecimiento aumentarán 1,1 veces durante los años 2020-2030, lo que equivale al crecimiento de un 1%. La mayoría de las agencias internacionales pronóstican justamente este escenario.

3.4. Problemas del complejo agroindustrial

A pesar de los importantes éxitos del complejo agroindustrial, hay una serie de problemas que frenan progreso en el sector. En primer lugar, se trata de la debilidad de la base técnico-material y el atraso tecnológico de la agricultura, así como de las dificultades financieras debido al financiamiento insuficiente, lo que a su vez no permite a las empresas agrícolas, especialmente pequeñas y medianas, comprar equipo y maquinaria y otros materiales.

Durante las reformas liberales de mercado de los años 90, Rusia perdió varias industrias que estaban directamente relacionadas con la agricultura, en primer lugar, estamos hablando de maquinaria agrícola. El parque de ésta se caracteriza por un malo pertrechamiento técnico y alto grado de desgaste. El número de tractores, por ejemplo, de 1990 a 2018 disminuyó más de 6 veces, cosechadoras de cereales - 7 veces, cosechadoras de remolacha - 12 veces. Esto conllevó el aumento fuerte de la carga sobre una unidad técnica, lo que intensificó el desgaste. En 2018 por 1000 hectáreas de tierra cultivable había solo 3 tractores, 2 cosechadoras de cereales y 2 cosechadoras de remolacha. Cosechadoras de maíz las había solo unas pocas, y resulta que una cosechadora se ve obligada a cosechar en la superficie de 2366 hectáreas. Para comparar, en Canadá, (similar por las condiciones edafoclimáticas, rendimientos de cultivos y campos en contorno), había 16 tractores por cada 1000 hectáreas de tierra cultivable. Al mismo tiempo, la proporción de máquinas agrícolas con los plazos de amortización y explotación más de 10 años (es decir, que ya no corresponden al estándar) alcanza el 70%, lo que conduce a su baja productividad, al incumplimiento de plazos establecidos y al aumento de las pérdidas de producción durante la cosecha (según el Ministerio de Agricultura, las pérdidas alcanzan el 10-20% de la cosecha bruta). Esta situación lleva a la necesidad de importar equipos y maquinaria, pero las importaciones suben el precio final del producto. Además, las maquinas importadas no siempre corresponden a las condiciones edafoclimáticas de Rusia.

La participación de los productores rusos de maquinas agrícolas en el mercado se mantiene a nivel bajo: a finales de 2016, su participación en el mercado interno fue el 54% en términos monetarios. Con eso, en varios segmentos de la maquinaria agrícola, la participación de la maquinaria rusa en el mercado nacional no supera el 20-30%, y algunos tipos de tractores la agricultura no los tiene en principio. Es asi que la importación de tractores de orugas de tracción de clases 4 y 5 es 100%, de tractores de ruedas con capacidad de motor hasta 100 caballos de fuerza - 98%. Estos datos a la vez indican que los productores rusos tienen a su disposición gran mercdo potencial (Estrategia, 2017, p. 6).

A pesar del apoyo estatal, todavía existe un problema de financiamiento, que se expresa en pocos ingresos de la venta de productos, falta de propio capital corriente para poder financiar la producción yaltos montos pagaderos (Ganyúkhina, Makárova, 2016).

La situación de los agricultores se ve agravada por el hecho de que el sistema tributario, así como el crédito bancario no toman en cuenta un factor tan importante para la agricultura como la estacionalidad. Hoy en día, los ingresos financieros en el complejo agroindustrial no son estables, lo que, a su vez, dificulta el desarrollo de la infraestructura.

A los productores, por lo general, les conceden préstamos a corto plazo y cobrando altos intereses, lo que no permite planificar actividades a largo plazo. Por el nivel de asistencia de la agricultura Rusia aún está muy por detrás de los países desarrollados. Respecto a la proporción del apoyo total en el valor agregado bruto de la agricultura, los países de la UE y los EE. UU. superan a Rusia 2,4 y 1,7 veces, respectivamente, lo que otorga ciertas ventajas competitivas a los productores agrícolas de estos países (Shagaida, Uzún, 2017, p. 68).

Al mismo tiempo, las siguientes cifras hablan de la importancia de tal apoyo financiero: durante los últimos tres años, según el Servicio Federal de Estadística, el 75% de las ganancias el agronegocio se formó a expensas de los subsidios recibidos del estado (esta cifra disminuirá hasta el 54%, si considerar como base imponible de ganacias los datos del análisis de estado de cuentas de empresas realizado por Deloitte) (Deloitte, 2018). Pero esto no cambia el panorama general respecto a la importancia del apoyo finaciero por parte del Estado.

Los subsidios siguen siendo uno de los factores clave para tomar decisiones de inversión en el sector agroindustrial, por eso es muy importante que las empresas comprendan la política de subsidios a largo plazo y estén seguros de que el estado cumplirá sus obligaciones sobre toda la gama de inversión.

Hay varios problemas sistémicos: se aumenta divergencia en el ritmo del desarrollo de varias ramas del complejo agroindustrial, así como en la posición tecnológica y socioeconómica de los productores agrícolas; tiene lugar bajo nivel de inversión en activos fijos. Así, en 2017, la inversión en la agricultura fue un 5% más baja que en 2007. Al mismo tiempo, se observó el crecimiento de la inversión del 10,6% en la economía en la totalidad. El motivo de la insuficiencia de inversión está en el nivel bajo de rentabilidad de muchos productores agrícolas y, como consecuencia, bajo rendimiento y el acceso a créditos muy limitado, incluso debido a la política de bancos que no quieren prestar a los sectores con largo período de recuperación y altamente dependientes de la fuerza mayor.

Entre otros problemas de la esfera agrícola, se destaca el de la “ciudad-campo”, es decir, el desarrollo lento e insuficiente de los territorios rurales en comparación con el desarrollo más rápido de las aglomeraciones urbanas. Los rasgos característicos de los territorios rurales son la creciente diferenciación social entre la población rural y urbana, el aumento del desempleo y pobreza rural.

Pero, se  debe tener en cuenta que el proceso de atenuar las diferencias entre la ciudad y la aldea tiene un carácter relativo, lo que implica la preservación de particularidades rurales en el modo de vida. Para esto es necesario hacer las cosas de tal manera que la ciudad y el campo compensen sus debilidades a costa de cada uno. Entonces, las aldeas tienen un ambiente ecológico más limpio, están ubicadas más cerca de la naturaleza, la población es pequeña y bastante dispersa. Por su parte, la ciudad tiene una infraestructura bien desarrollada y una amplia gama de servicios.

La diferenciación socioeconómica entre lo urbano y lo rural se debe a los bajos ingresos de la población rural, que exacerban el problema de la pobreza rural. En los últimos cinco años se ha observado una tendencia firme de desplazar la pobreza hacia las aldeas. El umbral de pobreza en las aldeas es el 30,7% (los que tienen ingresos por debajo del mínimo de subsistencia vital), con el promedio nacional de un 13%.

Otra tendencia negativa que influye en el desarrollo agrícola es la demanda relativamente inestable de alimentos por parte de la población, que se asocia con la disminución de los ingresos reales de aquella: por ejemplo, en 2015-2017 ellos disminuyeron en un 10,4%, lo que, a su vez, afectó la oferta y demanda.

4. Conclusiones

A pesar de todas las dificultades, la política de sustitución de importaciones, que comenzó en 2013, dio sus resultados, evidenciados por los siguientes fenómenos:

• crecimiento estable de la agricultura, cuyas tasas superan las tasas de crecimiento del PIB (por ejemplo, en 2017, respectivamente, 2,5% y 1,5%);

• sustitución de importaciones en el mercado interno, en particular, en la producción de alimentos estratégicos: carne de res, leche, azúcar y mantequilla;

• reducción del saldo comercial negativo en el comercio de alimentos;

• aumento de la disponibilidad tanto económica como física de los productos alimenticios para la población.

Sin embargo, a pesar de la dinámica positiva del crecimiento de la agricultura rusa en la última década, es demasiado temprano decir que el sector agroindustrial ha salido de una crisis sistémica.

La empresa internacional de asesoramiento Deloitte, que opera en Rusia, realizó en 2018 una encuesta del mercado agrícola del país y destacó tres desafíos principales para el sector actual, a saber: el alto costo de los recursos energéticos, el apoyo y la financiación estatales insuficientes y la escasez de personal calificado. En nuestra opinión, al centrarse precisamente en estos desafíos, es necesario priorizar la estrategia de sustitución de importaciones en el complejo agroindustrial.

La efectividad del complejo agroindustrial y su elemento principal - la agricultura, sienta las bases para el bienestar socioeconómico del país y garantiza un mejor nivel de vida de la población. Esto se debe al hecho de que, según la estructura del mínimo de subsistencia vital de los ciudadanos de la FR en 2018, los alimentos representaron aproximadamente la mitad del costo del mínimo de subsistencia entre todas las cuatro categorías principales de la población.

Por lo tanto, suministrar a la población productos alimenticios sigue siendo el problema más importante y la base de su seguridad alimentaria. Al mismo tiempo, la estrategia de desarrollo del sector agroindustrial implica no solo la producción de alimentos reduciendo al mínimo las importaciones, sino también aumenta la eficiencia del sector agrícola en su conjunto.

La estrategia de desarrollo del sector agroindustrial ruso debe estar orientada a lograr un equilibrio entre los intereses nacionales, la soberanía económica y la seguridad alimentaria, a la integración exitosa en el mercado mundial a través de productos agrícolas competitivos con alto valor agregado.

Resumiendo lo anterior, podemos decir que Rusia ha pasado por dos etapas en el desarrollo del complejo agroindustrial:

La primera (desde aproximadamente el comienzo de la década de 2000 hasta 2013), se alcanzó la seguridad alimentaria en términos de alimentos de importancia estratégica y de aquellos en los que Rusia se especializa, y también se garantizó la disponibilidad física y económica de los alimentos.

La segunda (2014 - presente) – comenzó con la entrada de productores nacionales de alimentos a los mercados mundiales y una participación de las exportaciones de alimentos en el crecimiento del PIB.

La experiencia de Rusia muestra que el modelo de sustitución de importaciones se puede comenzar precisamente con la agricultura, que tiene alto efecto multiplicativo. Su desarrollo resuelve no solo el problema de la seguridad alimentaria, sino que también es un factor del desarrollo de otros sectores productivos. Sin embargo, se debe tener en cuenta que el principal mecanismo de estimular la agricultura es el apoyo del Estado, lo que comprende el papel activo del éste en la política de sustitución de importaciones en el complejo agroindustrial, que no pude ser dominado solo por el mercado.

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1. Dra. en Ciencias Económicas, Instituto de Latinoamérica de la Academia de Ciencias de Rusia, vice-directora del Centro científico-editorial, profesora de la Universidad Estatal Lomonósov de Moscú, contact e-mail: versh-im@yandex.ru (MGU)


Revista ESPACIOS. ISSN 0798 1015
Vol. 40 (Nº 40) Año 2019

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