ISSN 0798 1015


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Vol. 41 (Nº 18) Año 2020. Pág. 25

El aprendizaje de la historia en los estudiantes del Cantón Girón, Ecuador

The learning of history in the students of Cantón Girón, Ecuador

CALVAS, María G. 1; ESPINOZA, Eudaldo E 2 y HERRERA, Lázara 3

Recibido: 07/01/2020 • Aprobado: 30/03/2020 • Publicado: 21/05/2020


Contenido

1. Introducción

2. Metodología

3. Resultados y discusión

4. Conclusiones

Referencias bibliográficas


RESUMEN:

Este artículo es resultado de la experiencia en la práctica pedagógica en escuelas de Cantón Girón, en Ecuador; el objetivo compartir reflexiones y ofrecer referentes teóricos y metodológicos acerca de las particularidades que caracterizan el aprendizaje de la Historia en los estudiantes de décimo grado de la región mencionada. Se efectuó un estudio cualitativo, se aplicó el método de observación. Como resultados se ofrecen reflexiones, caracterizaciones y propuestas didácticas que pudieran pautar transformaciones metodológicas y conceptuales para lograr un aprendizaje significativo.
Palabras clave: Aprendizaje de la historia, apreciación de los estudiantes, motivación hacia la historia, didáctica de la historia, método histórico.

ABSTRACT:

This article is the result of experience in pedagogical practice in schools of Cantón Girón, in Ecuador; The objective is to share reflections and offer theoretical and methodological references about the particularities that characterize the learning of history in the tenth grade students of the mentioned region. A qualitative study was carried out, the observation method was applied. As results are offered reflections, characterizations and didactic proposals that could guide methodological and conceptual transformations to achieve meaningful learning.
Keywords: Learning of the history, the students' appreciation, motivation toward the history, didactics of the history, historical method.

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1. Introducción

Es indudable que en los años iniciales del siglo XXI en el sistema educacional ecuatoriano ha hecho un esfuerzo en el orden didáctico para potenciar el estudio de la historia como componente esencial en la formación de valores ciudadanos que propicien el sentido de pertenencia e identidad nacional (Espinoza & Ricaldi, 2019).

A pesar de lo anterior, en la actualidad se observan carencias pedagógicas y vacíos epistemológicos (Silvera, Correa & Garcés, 2018), dada la poca sistematicidad en la enseñanza de tan importante disciplina de las Ciencias Sociales. La escasez de estudios, eventos teóricos, investigaciones en las escuelas, dan fe de lo anteriormente dicho.

Tal es el caso de los estudiantes de décimo grado de las escuelas del Cantón Girón, provincia del Azuay, Ecuador, donde la apreciación que estos poseen con respecto al aprendizaje de la historia, da muestra de insuficiencias pedagógicas en el tratamiento de los contenidos, dando lugar a la desmotivación y al desinterés de los mismos.

Es hacia las reflexiones que se derivan de esa situación, que se enfoca este artículo, posesionado desde la perspectiva de la didáctica de la enseñanza de la Historia y de las Ciencias Sociales, tomando en consideración que el décimo grado sienta las bases de la educación básica y de la futura enseñanza superior, es una etapa de la vida en la que comienzan a madurar las concepciones, la cosmovisión, la conciencia, las convicciones y los valores  de los estudiantes, por lo que el aprendizaje de la historia debe constituir un objetivo central de este nivel.

2. Metodología

Para la confección del artículo se realizó un estudio previo basado en el paradigma de la investigación cualitativa, en el que predominó el método de observación, además de la revisión bibliográfica y documental y se obtuvo información a partir de la aplicación de cuestionarios, entrevistas y muestreos estratificados a 100 de los 196 estudiantes de las 7 escuelas que cuentan con décimo grado, para lo que se tuvo en cuenta el consentimiento de los padres de familia, a los que se les explicitó en reuniones organizadas para el efecto, las características, propósitos y carácter anónimo de dichos instrumentos y a 10 profesores de Historia del Cantón Girón.

El cuestionario constó de 10 preguntas, para su aplicación se consideró la validación por 4 expertos, quienes consintiron con su experticia la pertinencia de las preguntas propuestas para la obtención de la información que se pretendia recoger. 

3. Resultados y discusión

La simple observación de la práctica pedagógica en lo que respecta a la enseñanza de la historia en las escuelas del Cantón Girón, provincia del Azuay, Ecuador, muestra una serie de insuficiencias didácticas, pues es generalizado el papel protagónico de los profesores, conocedores de relatos y personajes históricos, mientras que los estudiantes asumen un rol pasivo, receptivo, lo que evidentemente entorpece el aprendizaje.

Lo anterior se evidencia en las respuestas obtenidas de los 10 profesores de Historia cuando fueron entrevistados acerca de su preparación didáctica para enseñar esa asignatura (gráfico #1):

Gráfico 1
Preparación didáctica de
los profesores de Historia

Fuente: Creación Propia

Según los resultados de las entrevistas y cuestionarios contenidos en la tabla, es importante destacar que el 60% de los profesores de Historia entrevistados pertenecientes a las escuelas del Cantón Girón, no ha sido formado en didáctica de la Historia durante la carrera de esta asignatura en el pregrado y el 80% no ha recibido formación postgraduada de didáctica, el 90% no emplea métodos participativos en las clases y el 80% desconoce el método histórico de enseñanza de esta disciplina.

Además, se obtiene como resultado que el 40% de los profesores entrevistados no vinculan la enseñanza de la Historia con el contexto social, el 80% no utiliza las oportunidades que ofrecen los museos y sitios o lugares históricos como escenario docente para la enseñanza de esta materia, el 60 % no nutre sus clases con las vivencias de personalidades históricas, el 50 al 60% no emplean medios de enseñanza como los mapas, gráficas, escalas del tiempo, tablas cronológicas y medios tecnológicos informáticos, que permitan visualizar los hechos y acontecimientos históricos para su análisis crítico por parte de los estudiantes, todo lo cual imposibilita la participación de estos y obstaculiza su motivación para conocer antecedentes, causas, consecuencias de los hechos históricos para la mejor comprensión de las realidades no solo pasadas, sino actuales y asumir una posición futurista de transformación.

Se infiere que la docencia de la historia está permeada por prácticas pedagógicas tradicionales, basadas en las clases magistrales propias del método exegético narrativo que coloca al profesor como protagonista del proceso y a los estudiantes como meros receptores de información.

Los estudiantes solo se sienten atraídos por lo anecdótico, no así por profundizar en los hechos históricos, sus causas y consecuencias. Por otro lado, no están en condiciones de apreciar cómo esos conocimientos históricos pueden servir para comprender los procesos sociales que existen en su entorno y menos aún, de su influencia en su futura vida profesional, o como ciudadanos conscientes de un comportamiento cívico, humanista, pertinente con los objetivos nacionales e identificados con el origen, la evolución y el futuro de su localidad.

En los estudiantes de décimo grado del Cantón Girón se manifiestan desconocimientos de la historia local y en ello, es fundamental el hecho de que no todos los docentes poseen una preparación metodológica que estimule la necesidad de visualizar cómo se interrelacionan la historia nacional y local, como señala Flores (2015), a partir de la cotidianidad, las relaciones sociales, los aspectos culturales y axiológicos contenidos en las comunidades. Lo anterior supone que el aprendizaje de la historia local debe asentarse en el enfoque histórico-cultural (López, 2015).

Como lo menciona Ortiz (2015), “el contenido aprendido con la práctica social, al ser utilizadas las vivencias de los alumnos, y su realidad más próxima, cultural y social, pues esta exigencia tiene el propósito de convertir el aprendizaje de la historia en un proceso vivo…” (p.6).

Encuestas aplicadas a 100 estudiantes de décimo grado de las 7 escuelas del Cantón Girón indican que los docentes del mencionado grado deben tener presente que el aprendizaje de la historia está mediado por las concepciones que sostienen sus alumnos de esta como asignatura, pues consideran que las fuentes históricas informan de manera directa, absoluta y acabada; les cuesta trabajo entender la cualidad interpretativa e inferencial del conocimiento histórico, por tanto, desconocen la importancia de este conocimiento y de la investigación histórica para su formación integral como ciudadanos y futuros profesionales (Gráfico #2).

Gráfico 2
Concepciones de estudiantes del Cantón
Girón acerca de la asignatura Historia

Fuente: Creación Propia

Las opiniones y concepciones de los estudiantes de décimo grado con respecto a la Historia son contundentes y preocupantes a la vez, si se toman en consideración las altas cifras expuestas en el gráfico, las cuales hablan por sí solas de estos criterios negativos, sobre todo si el 55% de los encuestados desconocen la importancia del aprendizaje de la Historia y el 70% desconocen la importancia de la investigación histórica, en contraste con la importancia de este componente para su formación como ciudadanos dignos, identificados con su país y con su localidad.

Se deduce que es urgente transformar este estado de opiniones, para lo cual se requiere transmutar previamente las insuficiencias que también son alarmantes de acuerdo a las cifras de profesores que presentan en su preparación en cuanto a métodos, técnicas y medios didácticos, según se pudo constatar en la tabla uno. Dicho de otro modo, esta situación de los docentes trae consigo estas concepciones de los estudiantes.

Todo esto, acompañado del desinterés y la desmotivación por el estudio de esta materia. Si no se transforman las concepciones que el alumno suele tener acerca de la historia y la sociedad, así como de la manera de afrontar su estudio, no es posible lograr un aprendizaje significativo.

Dicho cambio pasa por una actualización integral del currículum, que le otorgue al aprendizaje de la historia el lugar cardinal que debe tener en función de la construcción del conocimiento y de la formación de valores, cuya exigencia radica en la actualización de la formación del profesional que imparte Historia y Ciencias Sociales.

Esto supone rupturas con esquemas curriculares, con actividades rutinarias y, sobre todo, con concepciones tradicionales arraigadas y obsoletas que se resisten a los cambios, aun en un contexto en el que la globalización y las TIC traen consigo nuevos problemas, contradicciones y relaciones conflictuales, como las inequidades, exclusiones, discriminaciones y los propios efectos medioambientales antropogénicos.

Lo tradicional consiste en el aprendizaje de los acontecimientos históricos de manera aislada, inmóvil, mecanizada y memorizada, carente de interpretación y comprensión de los procesos, vistos integralmente, en su dinámica e interconexión, sin embargo, “el conocimiento histórico debe adquirirse principalmente a través de la indagación y de métodos de análisis social que vayan más allá de la simple erudición y la memorización de fechas y datos” (Gómez & Rodríguez 2014, p.315).

Un currículo que satisfaga las necesidades actuales del aprendizaje de la historia, que rompa con el aprendizaje memorístico, repetitivo, debería contener características como las que se relacionan en la tabla #1:

Tabla 1
Características del currículo para el aprendizaje de la historia a la
luz de los tiempos y las necesidades actuales de la enseñanza.

No.

Característica

Esencialidad

1

Significativo

Aprender el nuevo contenido en profundidad, a partir de las experiencias y conocimientos vividas y obtenidos anteriores

2

Integrador

Aprender desde la  realidad de vida cotidiana y de las diversas disciplinas sociales

3

Basado en valores

Aprender a comportarse como ciudadano ética y moralmente

4

Exigente

Aprender a reflexionar rigurosamente los acontecimientos históricos

5

Activo

Aprender a participar activamente en la vida social.

6

Teórico-práctico

Aprender a construir su propia explicación y el significado transformador de los acontecimientos históricos

7

Carácter interdisciplinar

Aprender a interrelacionar la historia con las aportaciones de otras disciplinas al saber humano

8

Productivo

Aprender a aprender, a hacer y a ser mediante el método histórico

9

Innovador

Aprender de las lecciones de la historia para estar en capacidad de crear nuevas situaciones

10

Enfoque Sociocultural

Aprender que la historia es resultado de la evolución social y cultural que se hereda del pasado y enriquece el presente y el futuro

11

Inclusivo

Aprender que la historia es patrimonio de todos

Fuente: Creación propia

En la enseñanza-aprendizaje de la historia lo esencial es comprender el devenir histórico, visualizando cómo influyen unos hechos en otros, tanto en el mismo tiempo histórico como a lo largo del tiempo, haciendo análisis sincrónicos y diacrónicos (Mora & Paz, 2013).

Es clave para el aprendizaje de la historia el método histórico como rector del conocimiento de esta ciencia social y método de trabajo del historiador. El mismo sigue la estructura metodológica que se aprecia en la tabla #2:

Tabla 2
Estructura del método histórico
para el aprendizaje de la historia.

No.

Fases

Fuentes históricas y análisis

1

Recogida de información

Trabajos, informes, documentos, testigos, protagonistas o testimoniantes

2

Hipótesis

Posibles explicaciones lógicas adelantadas por investigar

3

Análisis de las fuentes

Contrastación de la hipótesis con las fuentes históricas

4

Crítica de las fuentes

Análisis crítico y valoración de la información proporcionada por las fuentes históricas

5

Causalidad

Análisis de las causas que motivaron los procesos históricos en estudio

6

Explicación histórica

Elaboración de una teoría explicativa que incluya qué ocurrió, cuándo, cómo, por qué, en qué contexto, quiénes intervinieron, cuáles fueron sus motivaciones, para finalmente interpretar lo ocurrido.

Fuente: Creación propia

3.1. Discusiones

En opinión de diversos autores en el aprendizaje de la historia el enfoque social es determinante:

Lo anterior evidencia que es indispensable la habilidad del profesor para vincular los contenidos históricos que se imparten a los estudiantes con el contexto social, interconectar estructuras del contenido con las experiencias, conocimientos y vivencias anteriores de los estudiantes y con la realidad que se vive en dicho contexto (Gómez & Miralles, 2013, p.4)

Igualmente, el profesor debe conducir el aprendizaje de tal modo que los estudiantes adquieran habilidades que les permitan construir su conocimiento histórico.

Desde esta perspectiva, algunos autores señalan que:

La didáctica de la historia debe enfocarse de manera holística y sistémica hacia las actividades productivas, de reflexión crítica, de búsqueda de lo desconocido, por lo que el docente debe proporcionar las herramientas para que estos accedan de manera independiente y significativa a lo nuevo, comprenderlo e incorporarlo a su existencia (Pla, 2013, p.7).

La clase de historia debe caracterizarse por ser integradora del material histórico dialógica, de intercambio, reflexiva y de construcción colectiva de los saberes.

Las visitas a los museos, archivos históricos, galerías, instituciones de investigación, orientadas por el profesor mediante una guía de observación, el análisis de documentos, las entrevistas o conversatorios son testimonios efectivos, al igual que la observación de objetos, filmes, monumentos, tarjas, obeliscos, fotografías, el empleo de mapas, diapositivas, láminas, son fuentes inagotables para que las clases sean motivadas y “despierten el interés de los estudiantes por la historia nacional y local” (Jiménez, Tejeda & Quincoses, 2018, P.70).

En el caso de las visitas a los museos se está en presencia de una de las vías más importantes para el aprendizaje de la historia, pues estas instituciones atesoran una herencia histórica que pudiera hacer revivirla, lo que da lugar a un aprendizaje no solo significativo, sino, además, motivador, placentero.

Diversos autores resaltan que:

Un uso productivo de esta importantísima aportación del patrimonio a la educación desde un enfoque innovador, presupone repensar el concepto de la visita al museo como actividad extraescolar, por el solo hecho de encontrarse fuera del espacio físico de la escuela, sin embrago, debería considerarse en el décimo grado dentro de la malla curricular y del programa de la asignatura de historia (Suárez, Calaf, & San Fabián, 2014, p. 365).

Allí, los profesores de historia apoyados por los especialistas de las diferentes salas expositoras de los objetos museísticos pudieran impartir una de las mejores clases, a partir de actividades que, más allá del simple recorrido y la observación, potencien el rol protagónico de los estudiantes en su propio aprendizaje.

Así, por ejemplo, los concursos, análisis de mapas históricos, escenificaciones de hechos históricos, interpretación de paneles, visionado de audiovisuales, entre otras, enriquecen extraordinariamente el conocimiento, la comunicación, contribuyen a solucionar deficiencias como las mencionadas anteriormente y, sobre todo, a modificar la apreciación que tienen los estudiantes de la forma en que se enseña en las aulas.

El aprendizaje de la historia tiene inevitablemente un componente ideológico, en tanto esta se enseña en concordancia con los valores dominantes en la sociedad. Esto supone la existencia de interacciones que operan entre la enseñanza de la historia y la formación cívica ciudadana.

Con ese propósito, la enseñanza de la historia se ha enfocado hacia el amor y la defensa de la patria, los asuntos relativos a la democracia, la participación ciudadana en la vida política y social, las normas morales imperantes, entre otros aspectos que forman parte de determinados intereses de clase (Aguilera, 2017).

Por tanto, lo educativo, lo ético y lo cívico están en el centro de esta disciplina. En esa misma dirección, la formación ciudadana pasa por la memoria histórica, la identidad nacional y sociocultural y la participación social.

Estas demandas en la enseñanza y el aprendizaje de la historia requieren de modificaciones en el orden curricular y metodológico, a saber:

1. Considerar los contenidos de historia como problemas en sí mismos que necesitan ser analizados y explicados convenientemente a la luz de los tiempos actuales.

2. Enfocar el aprendizaje de la historia desde la perspectiva de la dialéctica existente entre el pasado y el presente y como orientación hacia el futuro.

3. Aprendizaje mediante el método comparativo y la dinámica entre lo diacrónico y lo sincrónico, así como el estudio de casos

4. Tomar en consideración en el análisis histórico la temporalidad, las fuentes y el patrimonio histórico y cultural que rodean al hecho o personaje objeto de estudio

5. Enseñar y aprender la historia con enfoque de género y de inclusión social, reconociendo el protagonismo de las mujeres, los negros, mestizos, indígenas y de cuantas personas o grupos humanos se hayan destacado en el devenir histórico de la nación o de la localidad o comunidad

6. Dar tratamiento priorizado a las aportaciones a la conciencia histórica y ciudadana de las nuevas generaciones.

La enseñanza de la historia centrada en el método exegético solo proporciona un aprendizaje parcial de la misma, concebida solo como la explicación, narración o historieta de lo pasado.

Sin embargo, una eficiente enseñanza de la historia debería demostrar cómo sus enseñanzas constituyen un pilar esencial para enfrentar y solucionar las problemáticas sociales del presente y cómo prepara a los estudiantes con visión futurista de transformación para mejorar las relaciones humanas en su conjunto.

Frente a tal situación se precisa colocar una didáctica desprejuiciada, que rompa con los cánones de la clase magistral, que se caracterice por el empleo de materiales y medios didácticos modernos, acorde con las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC), por la gestualidad y la pasión que le imprima el docente, por la interrelación con las instituciones y las personalidades históricas, por la realización de actividades atractivas para los estudiantes, por una metodología que estimule la independencia cognoscitiva y el aprendizaje significativo.

Valga destacar que el aprendizaje de la historia en los tiempos actuales tiene que acudir al empleo de las tecnologías, sin embargo, según Molina, Rodríguez y Sánchez, (2013); Calvas y Espinoza (2017); Calvas, Espinoza y Herrera (2019); Vizer (2018), esto debe ir acompañado de la capacidad para el desarrollo de habilidades, esencialmente, las investigativas.

Las TIC constituyen una nueva forma de producir y acceder al conocimiento, que rompe con el aprendizaje intramuros, sin conexión con el contexto más inmediato conocido y el más lejano desconocido, de repensar la relación asimétrica profesor alumno conocimiento, de aprendizaje más allá del espacio y el tiempo tradicionalmente empleado en el proceso, de nuevas formas, estrategia, técnicas y metodologías para alcanzar el saber.

Algunos autores hacen énfasis en el desarrollo de alternativas que potencien el estudio de la historia local como baluarte del aprendizaje de la historia:

El aprendizaje de la historia vista como cultura general o como asignatura que potencie la identidad nacional, tiene su anclaje referencial esencial en el estudio de la historia local, mediante la observación, investigación y reflexión del origen y evolución del mosaico cultural, social, económico y político del territorio y su población, de sus costumbres y tradiciones, de sus prácticas sociales, como elementos componentes de los rasgos de la historia de la nación (Mora, Cordero & Guerrero, 2015, p.5).

El estudio de la historia local tiene la posibilidad de colocar al estudiante en un rol social activo, al ser protagonista en la búsqueda de información histórica, acompañado por el profesor.

Debido a la edad promedio y las características del desarrollo psicológico y de los rasgos de la personalidad de los estudiantes del décimo grado, se precisa de una estrategia de aprendizaje histórico específica y diferente en comparación con otros grados o niveles escolares.

 Así, por ejemplo, como lo menciona Álvarez (2017) “se les deben orientar actividades encaminadas a desarrollar sus capacidades de noción y ubicación espacio temporal de los acontecimientos, objetos y localidades históricas” (p.10), para luego ascender en el proceso de conocimiento hasta llegar al análisis, caracterización y explicación de épocas, de las causas y consecuencias de los hechos sociales y finalmente, transitar hacia la interpretación y comprensión de los procesos históricos pasados y su impacto en lo que ocurre actualmente y su prospección al futuro.

Hay autores que resaltan la necesidad de transformaciones epistemológicas y metodológicas en función de la eficacia del aprendizaje de la historia:

Pero lo anterior requiere de una actualización en las concepciones epistemológicas y metodológicas de los profesores. Dicha actualización debe enfocarse hacia la capacitación de los profesores en competencias didácticas con una visión interdisciplinar, para que estén en condiciones de teorizar y transformar las prácticas pedagógicas (Gómez, Rodríguez & Mirete, 2018, p. 240).

El conocimiento didáctico es específico y está relacionado con el análisis y la reflexión, la investigación, sobre la metodología y la práctica pedagógica.

Se trata pues, de las transformaciones necesarias en el “pensamiento (creatividad), modelo cognitivo y en los métodos de aprendizaje de la historia” (Arteaga & Camargo, 2013)

El cambio epistemológico sobre lo que significa la historia, presupone según afirman Lévesque y Zanazanian (2015), “cambiar en los futuros maestros un gran lastre epistemológico: esa concepción de la historia que identifica el conocimiento de esta materia con la memorización del pasado” (p. 45).

Requiere, además, de la formación y desarrollo de habilidades de interpretación y análisis crítico del pasado histórico en su interacción con el presente (Zhicay, Once, Crespo & López, 2019).

Algunos autores resaltan que:

El núcleo de la didáctica de las Ciencias Sociales en general y de la Historia en particular radica en el proceso enseñanza aprendizaje y en ella se encuentran los presupuestos epistemológicos, los conceptos y método de la investigación historiográfica para orientar al profesor sobre cómo organizar los contenidos y desde qué objetivos enseñar (Arias, 2015, p. 138).

Forma parte de esas competencias la capacidad del docente para la toma de decisiones objetivamente razonadas para enseñar la historia y las ciencias sociales a partir de la demostración de su utilidad y significado para los estudiantes y para la sociedad (Sáiz, 2013).

Además, la posibilidad metodológica y la habilidad del enseñante para lograr el aprendizaje a partir de la actuación del aprendiz (esencialmente a través de la reflexión, el análisis teórico, la práctica y el desarrollo de las habilidades investigativas).

En particular, el proceso didáctico para un correcto aprendizaje de la historia incluye las capacidades aprender a formular hipótesis; aprender a clasificar las fuentes primarias históricas; aprender a analizar las fuentes; aprender a analizar la credibilidad de las fuentes y, por último, el aprendizaje de la causalidad y como iniciarse en la explicación histórica (Prieto, Gómez & Miralles, 2013).

Además de lo anterior el profesor de historia debe ser el vivo ejemplo de la vinculación de la teoría con la práctica, de la construcción epistemológica de los contenidos de la signatura, de cómo se enseña la historia enseñando a la vez estrategias de aprendizaje y métodos de estudio.

Por otro lado, la enseñanza de la historia exige al docente el dominio de los contenidos y del lugar que estos ocupan en el currículo, así como de los objetivos educativos.

4. Conclusiones

En la sociedad ecuatoriana la historia, su aprendizaje, tiene un papel muy importante. Así se manifiesta en las escuelas del Cantón Girón.

Sin embargo, paradójicamente, allí subsisten insuficiencias del proceso de enseñanza-aprendizaje que tienen que ver, por un lado, con las concepciones que con relación a esta materia expresan algunos estudiantes, y, por otro lado, con deficiencias metodológicas de parte de los claustros docentes.

A pesar de lo anterior, existe claridad en los profesores acerca de que dicha disciplina de las Ciencias Sociales es protagónica para la comprensión de los cambios experimentados por la sociedad desde el pasado y a lo largo del tiempo.

La problemática requiere de la actualización de los métodos de enseñanza empleados por los profesores y de la transformación de las concepciones de los estudiantes, como único modo de colocar el estudio de la historia en el lugar que le corresponde en el concierto de los conocimientos y de la formación integral de los educandos.

Se precisa dejar atrás la enseñanza tradicional, en la que el profesor se destaca por su erudición en el campo de la historia, mientras que los estudiantes asumen un rol pasivo, receptivo y emprender nuevas maneras para motivar y convertir las clases de esta materia en una actividad productiva, de reflexión, análisis y construcción o creación del conocimiento, participativa, de explicación y/o solución de los problemas sociales y culturales de la vida cotidiana mediante el método de indagación o investigativo e histórico, acompañado del uso de fuentes primarias, manejo de las TIC, y una mayor relación del alumnado con su entorno en la búsqueda de una interpretación correcta de los fenómenos históricos y sociales.

La enseñanza de la historia debe aspirar a fomentar un pensamiento crítico a partir de una metodología didáctica alejada de la lección magistral y el uso exclusivo del libro de texto y, sobre todo, que rompa con los lastres epistemológicos que conciben a la historia como un conjunto de conocimientos cerrados.

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1. Profesora titular de Educación Básica, del Ministerio de Educación de Ecuador. E-mail: maria.calvas@educacion.edu.ec  

2. Profesor investigador titular de la carrera de Educación Básica, de la Universidad Técnica de Machala, Ecuador, E-mail: eespinoza@utmachala.edu.ec

3. Profesora investigadora de la Universidad Central de Ciencias Pedagógicas de Cuba, E-mail: lherrera@iccp.rimed.cu


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