Espacios. Vol. 7 (1) 1986.

Editorial

R
ecientemente se ha extendido la idea que uno de los grandes problemas del país es la falta de capacidad gerencial, tanto en el sector público como privado. Sin pretender convertirnos en defensores de esta tesis, entendemos que existe allí un problema a tomar muy en cuenta.

En el área tecnológica este problema se acentúa, no sólo porque la investigación científica y tecnológica, como “actividad organizada y con conciencia de propósito”, es reciente en nuestro país, sino porque solo contadas empresas han reconocido a la Gerencia de Investigación y Desarrollo como una especialidad bien definida de la Gerencia de Empresas, uniéndose a esta dificultad, por supuesto, la escasez de personal capacitado y experimentado en esta área de importancia estratégica.

Dada la necesidad de contar con este tipo de personal que propicie el desarrollo de la actividad innovativa en las empresas, es inaplazable hacer esfuerzos para el diseño e implantación de programas formales e informales de formación de recursos humanos para esa difícil y complicada tarea.

Hasta ahora solo algunas pocas instituciones pioneras mantienen programas académicos dedicados a la Gerencia de Ciencia y Tecnología; la Universidad del Zulia ofrece una maestría de Gerencia de Ciencia y Tecnología, en la Universidad Simón Bolívar existe la opción gestión tecnología dentro de su maestría de Ingeniería Empresarial y el Cendes tiene uno básicamente orientado hacia la planificación de C y T. Pero a nivel de la formación profesional no existen asignaturas dedicadas al tema, en Universidades y otros centros de educación superior salvo algunas contadas excepciones.

Consideramos de gran interés que en carreras como Ingeniería, Agronomía, Ciencias, Economía, Administración, etc., se incluyan asignaturas donde se discutan la temática general de la gerencia de los procesos de innovación tecnológica, como la base indispensable para una correcta comprensión del papel de la C y T en el desarrollo. De esta forma, pensamos se logra una formación más integral de nuestros profesionales, estimulándolos y orientándolos a que se conviertan en empresarios y no empleados, en innovadores y no pasivos repetidores de experiencias foráneas.

En este sentido, desde la revista Espacios aplaudimos y apoyamos los esfuerzos que comienzan a desarrollarse en CONICIT, a través de su dirección de Política Científica y Tecnológica, y en Fundacite Centro Occidente para la ejecución de un programa nacional de formación gerencial en ciencia y tecnología el cual será dirigido no solamente a funcionarios de instituciones públicas de planificación y programación de C y T sino también a personal adscrito a Centros de Investigación y Unidades de I & D de empresas públicas y privadas.

Igualmente sugerimos a organismos como el Ministerio de Educación, Universidades, etc., a desarrollar programas que incluyan asignaturas que analicen los procesos y mecanismos de la innovación tecnológica y la gerencia de C y T en los pensa de las diversas disciplinas existentes en las instituciones de educación superior del país, como un complemento indispensable del programa anterior que rendirá sus frutos a mediano plazo.

El Comité Editor


Vol. 7 (1) 1986
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