Espacios. Vol. 14 (2) 1993

C

omo lo señala Carlos M. Correa, en su artículo que forma parte de este número, América Latina busca actualmente un nuevo sendero de desarrollo a través de la apertura de sus economías. Para que las empresas de la región mantengan sus mercados locales e intenten con éxito la conquista de mercados internacionales, tendrán que realizar un adicional y sostenido esfuerzo por fortalecer sus aparatos científico-tecnológicos. Ya no es suficiente "adaptar y mejorar" tecnologías existentes; producir a bajo costo y con calidad es solo una "condición de entrada" a los nuevos mercados. Se hace necesario innovar, introducir nuevos conocimientos convertidos en productos, en bienes y servicios.

En el caso venezolano, es prematura cualquier evaluación sobre las consecuencias de la aplicación del nuevo modelo económico; luego de cinco años se observa algunos indicios que, como señala Ignacio Avalos en su trabajo incluido también en este número, indican que las empresas nacionales, en su mayoría, no pueden por sí solas hacerse más competitivas. Han descuidado aspectos tales como el mejoramiento de su capital humano, y, en general., su capacidad tecnológica desviando los recursos disponibles a resolver problemas coyunturales comprometiendo seriamente su competitividad a largo plazo.

Se hace necesario reformular las estrategias de desarrollo reconociendo las limitaciones del mercado y la importancia de la intervención del Estado en materia de desarrollo tecnológico.