Innovación tecnológica en Argentina: Uso del sistema de patentes

Technological innovation in Argentina: Use of the system of patents

Hugo M. Rodríguez

2. Evolución del patentamiento en Argentina

El proceso de obtención de una patente según la nueva ley argentina aprobada en 1995, consta básicamente de dos etapas claves, la primera es la presentación formal de la solicitud de patente que culmina con su publicación a los 18 meses de la fecha de presentación y la segunda etapa, que se inicia con el pedido de examen de fondo de la solicitud (los titulares cuentan con un plazo de hasta 3 años para pedirlo), que culmina con la concesión de la patente, su denegación o el abandono de la misma. El derecho propietario efectivo sólo se dispone cuando la patente fue concedida. El INPI difunde información sobre la cantidad de patentes solicitadas y la cantidad de patentes concedidas cada año, y sólo discrimina entre solicitantes residentes y no residentes en el país. Debemos aclarar que muchas solicitudes de patentes jamás alcanzan su concesión por decisión de los propios titulares, dado que los costos asociados a su obtención son crecientes a medida que avanza el proceso de examen de la solicitud, y a veces el objeto de la misma no lo justifica.

2.1 Solicitudes de patente

Comencemos analizando las solicitudes de patentes presentadas en Argentina entre 1990 y 2004. Esta evolución se muestra en el Cuadro 1 y en la Figura 1.

He adoptado el criterio de sumar las patentes y los modelos de utilidad porque ambos representan innovaciones técnicas (aunque las segundas en general tienen menor relevancia) y porque para el Convenio de París ambos son absolutamente intercambiables, es decir, una solicitud de modelo de utilidad en un país puede invocarse como prioridad para una solicitud de patente en otro y viceversa. Esto es una consecuencia de las diferencias de criterio que imperan entre los países para considerar uno y otro tipo de título.

Analizando el período 1990-2004 se observa un comportamiento cambiante. Mientras que en el subperíodo comprendido entre 1992 y 2000 la cantidad total de solicitudes de patentes en Argentina tuvo un importante y sostenido crecimiento que alcanzó al 188%, por el contrario entre el año 2000 y 2004 la cantidad total de solicitudes se redujo también en forma sostenida cayendo aproximadamente de 7000 a 5000 patentes, casi una tercera parte (Figura 1). ¿Qué pudo haber ocurrido en ese ínterin que explique cambio tan drástico? Más adelante intentaremos hallar una respuesta a este interrogante.

El crecimiento total entre extremos del período se debe principalmente al aumento en la cantidad de solicitudes de los no residentes, que pasa de ser en 1990 del orden del 67% del total al 77% en el 2004.

La evolución de ambos tipos de solicitantes es totalmente diferente. Mientras que la cantidad de solicitudes de los no residentes registra entre 1992 y 1999 un crecimiento medio del 16,6 % anual, en tanto que entre 1999 y 2004 una reducción media del 7,2% anual, por su parte, la cantidad de solicitudes de patentes de residentes ha crecido sin grandes altibajos y muy lentamente en el período 1990-2004, aproximadamente a razón de un 3% anual (unas 30 solicitudes por año). Los solicitantes no residentes son los que –por su peso relativo y dada la muy ligera variación en las solicitudes de los residentes- dan la impronta de la evolución de la demanda total de patentes en el período analizado.

2.2 Concesiones de patente

Efectuando un análisis similar con las patentes concedidas se observa la aparente paradoja que, contrariamente a lo que ocurre con las solicitudes, en este caso la tendencia en el mismo período 1990-2004 es levemente decreciente (Cuadro 2 y Figura 2). También aquí el comportamiento es distinto según sea el tipo de propietario. Los titulares no residentes muestran una tendencia levemente creciente (a razón de unas 5,5 patentes por año), en tanto que para los titulares residentes ésta es levemente decreciente (unas 7,6 patentes menos por año). Aunque en términos relativos es más significativa en este último caso dada la menor proporción que representan las solicitudes de residentes respecto del total. Mientras que para los primeros significa un crecimiento medio del 0,7% anual, para los segundos significa una caída media del 5% anual. La cantidad de patentes concedidas naturalmente siempre es menor que la de patentes solicitadas en razón de que no todas las solicitudes dan lugar a una concesión de patente puesto que en el camino quedan muchas solicitudes para las que los titulares –por razones que pueden ser muy diversas- no solicitan jamás el examen de fondo, por lo que una vez transcurrido el lapso que fija la ley, éstas se consideran abandonadas. Otra razón por la que las concesiones son menores es que algunas solicitudes son rechazadas en el examen de fondo. Si comparamos ahora la evolución de la cantidad total de solicitudes de patentes con la cantidad total de concesiones de patentes en Argentina es llamativo que mientras que las primeras crecen considerablemente entre 1992 y 2000, las concesiones de patentes se mantienen en promedio muy estables (aunque con oscilaciones interanuales) (comparar Figuras 1 y 2).

Fuentes: Indicadores de CyT – SECYT y USPTO

Si bien es cierto que entre la solicitud de una patente y su concesión puede mediar en promedio unos cinco años, la evolución de las concesiones no guarda relación con las solicitudes que la preceden en ese lapso de tiempo. De haber seguido las concesiones una evolución semejante a la de las solicitudes, ambas curvas deberían tener una forma semejante pero con un defasaje de aproximadamente 5 años, cosa que ostensiblemente no ocurre. De lo dicho se desprende que la relación entre concesiones y solicitudes de patentes, consideradas éstas con una prelación media de cinco años, es francamente decreciente (Figura 3), pasando de 0,64 a 0,14, es decir se reduce casi a una quinta parte.

Esta aparente incongruencia podría explicarse del siguiente modo. Con la modificación de la ley de patentes producida en 1995, pero sometida a debate desde 1990, la demanda de solicitudes de patentes se incrementa significativamente debido fundamentalmente al alto crecimiento de las solicitudes de los no residentes, es decir, corporaciones trasnacionales (ET) y empresas extranjeras en general, que eran los principales impulsores de la modificación de la ley. Luego, ante el fuerte proceso de desindustrialización argentino que condujo a la desaparición de una parte considerable de empresas nacionales sumado a la grave crisis de comienzos de los años 2000, la Argentina fue perdiendo interés para las ET y en general para las empresas extranjeras, lo que indujo no sólo una fuerte reducción en la demanda de solicitudes de patentes, sino también en los pedidos de examen final que son los que conducen a las concesiones de patentes. Es decir que muchos titulares no residentes que habían solicitado patentes entre los años 1992 y 2000, ante la profundización de la crisis argentina, muy probablemente optaron por no solicitar luego los correspondientes exámenes de fondo, siendo ésta una de las causas por la que las concesiones de patentes no sigan la misma evolución y se mantengan relativamente estables.

Cabe otra interpretación para explicar el comportamiento atípico de las concesiones de patentes. Si la capacidad de examinar patentes con que cuenta la Oficina de Patentes Argentina fuese insuficiente para atender la demanda de trabajo que allí se genera, esto produciría una acumulación variable de solicitudes de patentes a la espera de su examen en dicha Oficina. En tal caso, las concesiones estarían determinadas por el ritmo de trabajo de la Oficina y no reflejarían el movimiento real de los títulos en trámite. Si esto ocurriera, lo llamativo sería que el Instituto Nacional de la Propiedad Industrial (INPI), cuya creación se propuso entre otras cosas para dotar al sector de una institución ágil, competente y bien dotada para cumplir cabalmente sus funciones, no lo haya podido lograr luego de diez años de existencia.

Otro hecho destacable es que en el caso de las concesiones de patentes el peso relativo de los titulares residentes en el patentamiento total (16,7%) es menor aún que en el caso de las solicitudes de patentes (19,1%). Esto se puede atribuir a la existencia de una mayor cantidad de rechazos de solicitudes o a que se produce un mayor abandono de las mismas entre los residentes que entre los no residentes.

Una relación interesante es la existente entre la cantidad de patentes que se obtienen en Estados Unidos con prioridad Argentina y la cantidad de patentes que se conceden en Argentina a titulares residentes (ver última columna del Cuadro 2 y Figura 4). Esta relación refleja de un modo no directo (porque en realidad no se trata de patentes correspondientes a las mismas invenciones) cuánto preocupa a los innovadores argentinos el mercado internacional. La relación, aunque levemente creciente entre 1990 y 2004, es muy oscilante y en su mejor momento (año 2002) ha llegado apenas al 19%, para caer en años posteriores hasta el 8,6%. Esto significa que de cada 10 patentes obtenidas en el país por residentes argentinos sólo se obtiene menos de una patente en los Estados Unidos invocando prioridad argentina. Si a esto se le suma la baja cantidad de patentes que se conceden en el país a residentes argentinos, nos formaremos una idea de lo poco significativa que es la participación argentina en el mercado tecnológico global.