ISSN 0798 1015

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Vol. 40 (Nº 31) Año 2019. Pág. 10

Programa de entrenamiento para desarrollar habilidades sociales en estudiantes universitarios

Training program to develop social skills in university students

RIVERA, Jacob 1; LAY, Nelson 2; MORENO, María Elena 3; PEREZ, Alfredo 4; ROCHA, Grac 5; PARRA, Margel 6; DURAN, Sonia E. 7; GARCIA, Jesús 8; REDONDO, Osman 9 y TORRES RIVAS, Elizabeth 10

Recibido: 19/05/2019 • Aprobado: 15/08/2019 • Publicado 16/09/2019


Contenido

1. Introducción

2. Metodología

3. Resultados

4. Conclusiones

Referencias bibliográficas


RESUMEN:

El estudio, tuvo como objetivo determinar los efectos de un programa de entrenamiento para desarrollar habilidades sociales en estudiantes universitarios, se destacó por ser de tipo descriptivo con un diseño experimental de campo. Seleccionando una muestra de veinticinco estudiantes. Se aplico un instrumento, denominado escala Multidimensional de Expresión Social Parte Motora y Parte Cognitiva. Los datos se analizaron mediante estadísticas descriptivas, se determinó que los estudiantes tenían deficiencias en algunas habilidades sociales y posterior a la puesta en práctica del programa fueron adquiridas o descubiertas por ellos.
Palabras clave: Habilidades sociales, Competencias personales, integración, desarrollo social, comportamiento interpersonal

ABSTRACT:

The study was aimed at Determine the effects of a training program to develop social skills in college students, was noted for being of descriptive type with a design experimental of Field. Selecting a sample of twenty-five students. Is Apply a instrument, callo Multidimensional scale of Social expression part motor and cognitive part. Data were analyzed Through descriptive statistics, it was determined What Students were deficient in some social skills And after the implementation of the program were acquired or discovered by them.
Keywords: Social skills, Personal competences, integration, social development, interpersonal behavior

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1. Introducción

Dado que el comportamiento interpersonal se aprende por asociación y por aprendizaje instrumental, se sustenta que el refuerzo social en un elemento importante para la adquisición y reforzamiento de la conducta interpersonal. El aprendizaje por observación requiere de procesos tales como: percepción, atención y memoria, además, implica un conjunto de comportamientos adquiridos y aprendidos, no un rasgo de personalidad. Son un conjunto de comportamientos interpersonales complejos que se ponen en juego en la interacción con otras personas.

En este sentido, (Hernández et al, 2018), reflexionan que las relaciones que se establecen y la habilidad social debe considerarse dentro de un marco cultural determinado, y los patrones de comunicación varían ampliamente entre culturas y dentro de una misma cultura, dependiendo de factores tales como la edad, el sexo, la clase social y la educación. La conducta considerada apropiada en una situación puede ser, obviamente inapropiada en otra.  Uno de los medios más afectivos de aprendizaje es la conducta social, vinculada a los aspectos de los valores y la convivencia ciudadana, tal y como o expresan (Duran et al., 2018)

Dentro de este marco, se genera un medio para aprender repertorios conductuales, modificarlos, fortaleciendo las habilidades sociales de interacción, logrando que los participantes se beneficien al desarrollar y optimizar las habilidades y destrezas de interacción con sus pares, con el adulto, comunicándose de forma efectiva, expresando sus emociones, opiniones y sentimientos, habilidades que les permitan hacerse competentes al interaccionar con los otros.

En este sentido, (Caballo y Verdugo, 2005) plantean que la capacidad de ejecutar una conducta de intercambio con resultados favorables (habilidades sociales) entraña una serie de factores, se refiere a la capacidad de ejecutar la conducta, la conducta en sí, el resultado y lo favorable de esta. Este intercambio debería realizares con resultados favorables.  Asi, (Caballo & Irurtia 2011), sostienen que la acción de la persona se determina en una o varias conductas interpersonales relacionadas entre sí (intercambio), siendo la conducta empleada un medio para alcanzar una meta que intenta resolver el conflicto entre el yo y la circunstancias o viceversa.

Estas formas de relacionarse los seres humanos, estudiantes en este caso, (Duran y Parra 2014), consideran que el hecho de conocer las habilidades existentes, inciden en la capacidad o disposición para integrar nuevos conocimientos y experiencias, partiendo de la conciencia de este evento será posible aplicar programas dirigidos a estudiantes universitarios para optimizar su desarrollo integral.

En virtud de que la educación tiene por objetivo último el desarrollo integral del hombre, favoreciendo la actualización de todas sus potencialidades, la estimulación de la capacidad creativa debe ser considerada dentro de los objetivos del sistema educacional. Al respecto los programas psicoeducativos son una herramienta que por varios años ha resultado útil en la instrumentación de programas generales de promoción y prevención para el individuo.

A este respecto, (Paz et al., 2016) manifiestan que, en el sector académico, ademas del compromiso por forjar desde su rol la sociedad con principios éticos-morales que conlleve a un ejercicio profesional transparente en la realización de sus actividades diarias de gestión, los docentes tienen la responsabilidad de aportar a los estudiantes los elementos para desarrollar sus habilidades sociales.

En tal sentido un programa de entrenamiento puede promover el desarrollo de las habilidades sociales en el individuo, en virtud de plantear y llevar a cabo una serie de actividades específicas esperando resultados concretos a través de la utilización de indicadores susceptibles de ser medidos. El objetivo de este programa es sensibilizar a los estudiantes en el desarrollo de habilidades para identificar algunos indicadores y consecuencias conductuales, así como problemas relacionados con ella. Bajo este contexto, se involucra la Universidad Rafael María Baralt, específicamente la escuela de Educación, donde se ha percibido diferenciaciones en la conducta del estudiante a lo largo del desarrollo del programa, lo que conllevo a una práctica observacional sobre las habilidades sociales.

Aunado a ello, (Duran et al., 2018), manifiestan que se ha vinculado el proceso educativo, generando así procesos orientados a formar al sujeto de forma amplia, con aptitudes para la aplicación de procesos organizacionales, con calidad, para insertarse a la sociedad generadora de organizaciones que brinden la posibilidad de nuevas empresas o negocios. Se destaca que la aplicación de un programa de entrenamiento puede incidir en el desarrollo de habilidades sociales debido a que en el ámbito académico los estudiantes universitarios muestran falta de interés y motivación hacia los contenidos y luego de aplicar diversas estrategias de aprendizaje se observa que existen aspectos del área psicoemocional que inciden en este proceso.

En este mismo sentido, (Duran et al.,2017) consideran que es deseable promover la cooperación y el trabajo en equipo en todos los miembros de la comunidad; fortalecer en los estudiantes la capacidad de conseguir y conservar un empleo, acceder a diferentes alternativas laborales y a posibilidades de autoempleo; consolidar procesos de articulación del establecimiento educativo con el sector productivo, la educación superior y la educación para el trabajo. 

Este estudio surgió con la idea de conocer los efectos de un programa de entrenamiento en las habilidades sociales que poseen los estudiantes, el mismo germinó de la interacción a lo largo de varios semestres con alumnos que manifiestan apatía y desarrollan acciones orientadas a la desvinculación social y emocional con sus necesidades psicosocial a lo largo del desarrollo de su carrera de pregrado, donde la interacción era mínima, no había trabajo en equipo y el aislamiento era la acción que predominaba.

1.1. Habilidades sociales aspecto relevante para la integración del estudiante.

Las habilidades sociales deben considerarse dentro de un marco determinado, esto se debe a las marcadas diferencias que establece cada país, donde existen sistemas de comunicación distintivos, que van a tipificar la cultura: los hábitos, costumbres y la propia idiosincrasia crea con el pasar de los años, e influenciados por las situaciones externas, asimismo se conciben como un conjunto de comportamientos eficaces en las relaciones interpersonales, aunado al proceso de socialización, en tal sentido, (Matson et al.1983), estas conductas son aprendidas y facilitan la relación con las otras personas, el poseer estas capacidades evita la ansiedad en situaciones difíciles o novedosas, facilitan la comunicación emocional y la resolución de problemas.

En opinión de (García et al., 2018), los individuos están inmersos en un proceso continuo de desarrollo y aprendizaje, desde la perspectiva holística con amplias posibilidades de desarrollo. No obstante, el medio ambiente donde se va desenvolviendo, es básicamente su medio social, tornándose como un ser social por naturaleza. De ahí surge el proceso orientado al desarrollo de las habilidades que permitan relaciones interpersonales satisfactorias y efectivas.  Bajo este contexto, las habilidades sociales son un conjunto de hábitos (a nivel de conductas, pero también de pensamientos y emociones), lo cual permite al individuo mejorar las relaciones interpersonales, sentirse bien, obtener lo que quiere, y conseguir que los demás no le impidan lograr los objetivos.

Para promover dichas habilidades se deben vincular diferentes elementos afines tales como; asertividad, la autoestima y la inteligencia emocional, dicho elementos son inducidos o proporcionales a las habilidades sociales con las que cuenta una persona. Por otro lado, deben relacionarse con los factores cognitivos (creencias, valores, formas de percibir y evaluar la realidad) y su importante influencia en la comunicación y las relaciones interpersonales.

En esta esfera, (Duran et al., 2015), afirman que las habilidades sociales se conciben como un conjunto de comportamientos eficaces en las relaciones interpersonales, la cual se ha vinculado al proceso educativo, para generar procesos orientados a formar al sujeto de forma amplia, con aptitudes para la aplicación de procesos organizacionales, con calidad, para insertarse a la sociedad generadora de acciones integradoras.

Atendiendo a estas consideraciones, Monjas (2007) ha realizado estudios que le han permitido afirmar que, para conceptualizar las Habilidades Sociales se deben relacionar estas con algunas particularidades, pues ellas por sí sola no se implantan en las personas; Caballo (2007), piensa que son un conjunto de conductas emitidas por un individuo en un contexto interpersonal que expresa los sentimientos, actitudes, deseos, opiniones o derechos de ese individuo. La figura 1 muestra algunas cualidades asociadas a las habilidades sociales, que enriquecen el proceso. 

Figura 1
Cualidades asociadas a las habilidades sociales

Fuente: Monjas (2007)

En consecuencia a lo planteado, las habilidades sociales son las capacidades o destrezas sociales específicas requeridas para ejecutar competentemente una tarea interpersonal. Al hablar de habilidades, se refiere a un conjunto de conductas aprendidas. Son algunos ejemplos: decir que no, hacer una petición, responder a un saludo, manejar un problema con una amiga, empatizar o ponerte en el lugar de otra persona, hacer preguntas, expresar tristeza, decir cosas agradables y positivas a los demás. Cabe destacar que el desarrollar las habilidades sociales favorece en los individuos promover y desarrollar los siguientes aspectos. (Figura 2)

Figura 2
Aspectos que favorecen el desarrollo de habilidades sociales

Fuente: Elaboración propia (2018)

Para Monjas (2012), las habilidades sociales son las conductas o destrezas sociales específicas requeridas para ejecutar competentemente una tarea de índole interpersonal. Implica un conjunto de comportamientos adquiridos y aprendidos y no un rasgo de personalidad. Son un conjunto de comportamientos interpersonales complejos que se ponen en juego en la interacción con otras personas.  En este orden de ideas, las habilidades sociales se relacionan directamente con la capacidad del individuo de integrarse y socializar con los grupos, la familia y la sociedad, de acuerdo con los patrones de conductas establecidos en el espacio donde se esté desarrollando. Como por ejemplo como desarrolla las competencias y actividades en el espacio académico, pero ademas se debe precisar cuáles son las condiciones psicosociales en las cuales se desenvuelve el individuo en diferentes ambientes y grupos.

1.2. Modelos de habilidades sociales

El uso explícito del término habilidades significa que la conducta interpersonal consiste en un conjunto de capacidades de actuación aprendidas. La probabilidad de ocurrencia de cualquier habilidad en cualquier situación social está determinada por factores ambientales, variables de la persona y la interacción entre ambos. En este orden de ideas, los modelos se justifican partiendo de lineamiento de corte psicológico y social.

 Considera Caballo (2007), que no existen datos definitivos sobre cuándo y cómo se aprenden las habilidades sociales, pero la niñez es sin duda un periodo crítico. Así, los niños pueden nacer con un sesgo temperamental y su manifestación conductual se relacionaría con un sesgo fisiológico heredado que podría mediar la forma de responder.

De este modo, un sujeto emocionalmente expresivo tiende a crear para él un ambiente social y emocional más rico. En concreto, el niño expresivo proporciona más información a los demás sobre su estado emocional, obtiene más retroalimentación de los demás sobre su estado y consigue más información sobre los demás. Esto facilitaría el desarrollo de las habilidades sociales y fomentaría la competencia social. Dentro de este orden de ideas, (Duran y Parra 2014), indican que el aprendizaje social asume que el funcionamiento psicológico y el desarrollo social responden a la interacción de múltiples factores ambientales, individuales y de conducta de la persona.

En tal sentido el comportamiento interpersonal se aprende por asociación y por aprendizaje instrumental, siendo el refuerzo social uno de los reforzadores más poderosos para la adquisición y mantención de la conducta interpersonal. Por otro lado, el desarrollo de las habilidades sociales depende principalmente de la maduración y de las experiencias de aprendizaje en opinión de (Zamora et al., 2017), no es una manifestación de rasgos internos y estables de personalidad. A lo largo de la vida, las personas van aprendiendo de sus propias experiencias sociales y de la observación de los demás, en definitiva, de las interacciones con su ambiente social. Los mecanismos de aprendizaje de las habilidades sociales son los mismos que los responsables del aprendizaje de otras conductas. Así, como indica (Monjas 2007), es posible distinguir cuatro mecanismos de aprendizaje principales.

Aunado a ello, las habilidades sociales han sido descritas por (Liberman 1995, citado por Monjas 2012), como conductas interpersonales instrumentales, para mantener y mejorar la independencia y la supervivencia en la comunidad y socioemocionales para establecer, mantener e intensificar las relaciones de apoyo personal. Lo expuesto anteriormente facilita la configuración de un modelo sustentado en los modelos propuestos por Caballo (2007), en base a diferente modelo de habilidades sociales entre los cuales están;   

Modelo centrado en el sujeto: las dificultades son propias del sujeto puesto que el proceso que haya vivido o desarrollado cada individuo puede provocarle un complejo flujo de sentimientos y emociones intensas y ambivalentes hacia uno mismo y hacia los demás, pudiéndose ver afectados el autoconcepto, la autoestima y los sentimientos de eficacia.  

Modelo centrado en el ambiente: donde las habilidades sociales dependen de los estímulos y refuerzos ambientales, sobre todo, sociales. Así, en este modelo, es importante analizar la calidad de las relaciones interpersonales con los compañeros, los profesores, el ambiente educativo, la familia y la comunidad. De acuerdo con el modelo centrado en el ambiente, Garcia (2005) referenció que el interés por el estudio de las habilidades y el clima social y familiar ha aumentado en forma significativa.

Esto se debe probablemente a que estas dos variables son importantes para contar con una adecuada relación intra e interpersonal con el entorno e influyen en la toma de decisiones; ademas considero la autora lo importante que poder desenvolverse de manera óptima en el medio en que uno interactúa cotidianamente, gracias a esta interacción las personas podrán afrontar situaciones difíciles expresándose adecuadamente, siempre y cuando uno tenga la capacidad para hacerlo.

En virtud de ello las habilidades sociales son primordiales en el desarrollo del individuo, dado que la relación con otras personas es la principal fuente de bienestar, no obstante, si no se maneja con cuidado puede convertirse en la mayor causa de estrés y malestar, cuando hay carencia de habilidades sociales. En este sentido, el déficit en habilidades sociales conlleva a sentir con frecuencia emociones negativas como la frustración o la ira, dentro de este marco, la persona puede sentirse rechazada, desestimados o desatendidos por los demás.

1.3. Programa de entrenamiento en habilidades sociales.

En cuanto a los programas de entrenamiento en habilidades sociales, estos se asocian con la conducta interpersonal, dado que esta se aprende, por tanto, puede enseñarse y modificarse. Esto se hace por medio de diversas estrategias de intervención que se han etiquetado como «Entrenamiento en Habilidades Sociales» (EHS). En palabras de Curran (1985, citado por Caballo, 2007), el EHS es «un intento directo y sistemático de enseñar estrategias y habilidades interpersonales a los individuos con la intención de mejorar su competencia interpersonal individual en clases específicas de situaciones sociales. 

Bajo este contexto, Caballo (2007), siguió reafirmando que el entrenamiento en habilidades sociales se basa en los principios conductuales de la terapia de conducta, que proporciona un marco útil para el análisis funcional del comportamiento social, con un conjunto de técnicas de probada eficacia y conocido rigor metodológico. Sostiene el autor que se han desarrollado técnicas a partir de los principios del aprendizaje social de Albert Bandura, que sustenta que las habilidades sociales se aprenden, y que en este proceso juega un papel fundamental la interacción entre factores intrínsecos de la persona y los factores ambientales.

Sus aplicaciones no sólo abarcan el ámbito clínico, sino también se ha visto su influencia en el área social y laboral, es decir, prácticamente en todo tipo de problemas y situaciones, de manera que resulta difícil encontrar algún grupo de diagnóstico para el que no resulte indicado.

Aunque todos estos criterios no sean igualmente atendidos en la misma interacción social, se puede afirmar que cuanto más de ellos sean atendidos, mayor competencia social puede ser atribuida al individuo en una tarea social. en este sentido, al tomar en conjunto, los criterios de competencia social se articulan dos dimensiones de funcionalidad, las cuales están relacionadas, respectivamente, con sus consecuencias inmediatas y con las consecuencias más distantes del momento de interacción, pero ademas con las consecuencias para el individuo y para su interlocutor o grupo social (Del Prette & Del Prette, 2013):

Atendiendo a las consideraciones anteriores, para ejecutar un proceso de desarrollo del individuo en este caso el estudiante de educación superior se requiere en primer lugar el desarrollo del programa Entrenamiento en Habilidades sociales, con el fin de evidenciar las habilidades a desarrollar en las personas, interesadas en el conocimiento y la cultura, en segundo lugar, la elaboración y puesta en práctica de Programas adecuados para cada área funcional.

Dentro de estas perspectivas, (Moreno et al., 2018) confirman que el sistema educativo es considerado como el medio más propicio para desarrollar la capacidad creativa, y la integración de conocimientos, además de las habilidades sociales partiendo de los aprendizajes, la educación tiene por objetivo último el desarrollo integral del hombre, favoreciendo la actualización de todas sus potencialidades. Por ende, es importante la medición de los efectos de este programa para propiciar las habilidades sociales en estudiantes de educación superior.

Es asi como, el conjunto de actividades planificadas que estructuran procesos de aprendizaje puede caracterizar diferentes modelos de programas de EHS. En este orden de ideas, el presente estudio se presentó como una propuesta para ser ejecutada en el área educativa de las universidades venezolanas, con el fin de optimizar las conductas de los estudiantes universitarios en su proceso de interacción social, orientados a maximizar la probabilidad de asegurar o mantener el reforzamiento o decrecer la probabilidad de castigo o extinción contingente sobre el comportamiento social propio.

2. Metodología

La presente investigación se desarrolló atendiendo al criterio experimental, en el cual se manipulan deliberadamente las variables independientes (supuestas causas) para analizar las consecuencias que esa manipulación tiene sobre una o más variables dependientes (supuestos efectos), asimismo se perfeccionó en un nivel explicativo, puesto que buscó la relación causal entre el programa de entrenamiento en las habilidades sociales de los estudiantes, con un diseño experimental de campo, porque ella se efectuó en el lugar y tiempo en el cual ocurrieron los fenómenos objeto de estudio. 

Seguidamente se presenta la población, para esta investigación, se seleccionaron como base de los sujetos 2 secciones de psicología educativa del turno de la tarde. Cada sección está compuesta por 52 estudiantes, asimismo fue utilizado un tipo de muestreo por conveniencia o intencional. Concebido como aquel tipo de procedimiento no probabilístico en el cuál la selección de los elementos se deja a los investigadores y a quienes aplican el cuestionario, éstos seleccionan los elementos, dada la facilidad de acceso o conveniencia. Los criterios de selección se orientaron hacia los estudiantes de III semestre de Educación, secciones vespertinas, y cursantes de la materia Sociología, tomando como base muestra intencional 25 estudiantes, los cuáles fueron distribuidos de forma estratificada, según las características asignadas por las investigadoras, como un grupo denominado Grupo Experimental.

La técnica de recolección de datos fue un instrumento de dos escalas de habilidades sociales realizado por (Caballo 2007), denominadas escala Multidimensional de Expresión Social Parte Motora (EMES−M) y Parte Cognitiva (EMES−C). Para dar respuesta a los instrumentos se puntúa del 0 al 4 en la hoja de respuestas correspondiente a cada auto registro.   

Para la corrección de la escala, se realizó una sumatoria de todos los puntajes para dar una idea al evaluador de la frecuencia de las diversas situaciones sociales del individuo, para ubicar los puntajes de los sujetos evaluados en cada una de estas dimensiones de la variable se empleó el baremo indicado. El mismo fue construido a partir de los puntajes máximo y mínimo de cada ítem, además de involucrar el promedio generando de esa forma, los valores totales para cada ítem, y para cada sujeto.

Estos elementos se comprobaron a través del siguiente baremo de interpretación, una vez aplicados los instrumentos y tabulada la información.

Cuadro 1
Baremo de la variable habilidades sociales

Clasificación

Puntajes

Bajo

0-64

Medio-Bajo

65—129

Medio

130-193

Alto

194-256

Fuente: Elaboración Propia (2018)

Para clasificar, los valores obtenidos para la variable general considerando las puntuaciones de los componentes cognitivos y conductual se utilizó el Baremo, constituido por los puntajes mínimos y máximos de cada ítem, por sujeto. Luego se procedió a evaluar los resultados, en cuanto al instrumento de escala Multidimensional de Expresión Social Parte Motora (EMES−M) se sumaron los puntajes de todos los ítems obteniendo de esta forma una puntuación global que estimara la habilidad social del individuo en lo que respecta al aspecto motor. En este sentido a mayor puntaje, mayores son las habilidades sociales motoras del individuo.

Se ejecuto un plan para la aplicación del instrumento pretest y pos-test la figura 3 muestra paso a paso como se realizó el proceso, además cuales fueron las características que resaltaron y sus tendencias.

Figura 3
Características de la aplicación de instrumentos pretest y postest

Fuente: Elaboración propia (2018).  

3. Resultados

A continuación, se presentan los resultados del estudio, para ello se utilizó una prueba paramétrica estadística que facilito el análisis e interpretación de los datos, luego de su tabulación y clasificación.

Tabla 1
Pretest EMES-M

Clasificación

Componente conductual

Resultados

Bajo

0,00 – 51,20

0

Medio-Bajo

51,21 – 102,40

0

Medio

102,41 – 153,60

52%

Medio-Alto

153,61 – 204,80

48%

Alto

204,81 – 256,00

0

Total

 

100%

Fuente: Elaboración propia (2018) 

La tabla 1 muestra el comportamiento de la población con respecto al componente conductual en el pretest, en tanto la clasificación sustenta que las habilidades sociales del estudiante integrante de la población están en un nivel medio, puesto que el 52 % de ello se ubicó entre 102 y 153 puntos, asimismo un 48% de la población está ubicado en un nivel medio alto para sus habilidades sociales.

Tabla 2
Medida pretest EMES-C

Clasificación

Componente Cognitivo

Resultado

Bajo

0,00 – 35,20

0

Medio-Bajo

35,21 – 70,40

8%

Medio

70,41 – 105,60

88%

Medio-Alto

105,61 – 140,80

4%

Alto

140,81 – 176,00

0

Total

 

100%

Fuente: Elaboración propia (2018)

Para sustentar el estudio, el baremo de interpretación muestra los resultados generales de la aplicación del instrumento, con respecto al proceso cognitivo, ahí puede observarse que el 88% de la población se concentra en la categoría medio, dado que los puntajes totales de 22 sujetos se ubicaron entre 70,41 y 105,60, por otra parte, un 8% se ubica en un nivel de habilidades cognoscitiva medio bajo, solo un 4% se categorizo en un nivel medio alto.

Esta información puede ser asociada con los lineamientos de Caballo (2007), quien plantea que las habilidades sociales son aprendidas, que la capacidad de respuesta tiene que adquirirse, además asume que es una característica específica de la persona y de la situación, por ende, no es universal, por otro lado, está basada en la capacidad de un individuo de escoger libremente su acción. En tal sentido para el desarrollo de las HH. SS, se requiere trabajar la percepción social, la atracción interpersonal, la comunicación no verbal, el desempeño de roles.

Tabla 3
Postest EMES-M

Clasificación

Componente conductual

Resultado

Bajo

0,00 – 51,20

0

0

Medio-Bajo

51,21 – 102,40

0

0

Medio

102,41 – 153,60

0

0

Medio-Alto

153,61 – 204,80

25

100%

Alto

204,81 – 256,00

0

0

Total

 

25

100%

Fuente: Elaboración propia (2018)

Observando la tabla 3, el resultado después de la aplicación del programa fue que el 100% de los estudiantes subieron su nivel de asimilación de habilidades sociales, se asume que a competencia social debe ser base para la educación, en forma sistemática. En las instituciones educativas, se presenta el proceso como una transmisora de los valores dominantes en la sociedad, por ende, no debe focalizar su atención en los aspectos intelectuales más relacionados con el éxito académico, debe retomar como elemento importante la enseñanza sistemática de comportamientos de bienestar interpersonal y personal.

En este sentido para Monjas (2007), las instituciones educativas, se presenta como una transmisora de los valores dominantes en la sociedad, por ende, no debe focalizar su atención en los aspectos intelectuales más relacionados con el éxito académico, debe retomar como elemento importante la enseñanza sistemática de comportamientos de bienestar interpersonal y personal.

Tabla 4
Medida postest EMES-C

Clasificación

Componente Cognitivo

Resultado

Bajo

0,00 – 35,20

0

Medio-Bajo

35,21 – 70,40

0

Medio

70,41 – 105,60

0

Medio-Alto

105,61 – 140,80

96%

Alto

140,81 – 176,00

Total

 

100%

Fuente: Elaboración propia (2018)

 La tabla 4 permite observar que el 96% de los estudiantes se les ubicó en un promedio medio alto, en la corrección de sus instrumentos, posterior a la aplicación del programa, este se concibió como un programa cognitivo-conductual, centrado tanto en la enseñanza de comportamientos sociales manifiestos y directamente observables (conducta verbal, comunicación no-verbal) como en la de comportamientos cognitivos (auto lenguaje) y afectivos (expresión de emociones). Se utilizaron técnicas y estrategias de intervención conductuales y cognitivas. 

Esto indica que posterior a la aplicación del programa las habilidades sociales las posiciones de los estudiantes mejoraron por la instrucción directa del facilitador. Por tanto, se tiene claro que determinadas habilidades, por ejemplo, algunas relacionadas con la solución de problemas cognitivo-sociales, no se adquieren si no se llevan a cabo actividades educativas de forma intencional. Como la aplicada en el presente estudio.

Bajo este contexto, (Curran 1985, citado por Caballo 2007), considera que el entrenamiento en habilidades sociales, es un intento directo y sistemático de enseñar estrategias y habilidades interpersonales a los individuos con la intención de mejorar su competencia interpersonal individual en clases específicas de situaciones sociales. De acuerdo con ello, la competencia social, ha sido una de las áreas que más interés ha suscitado, por ende, ha experimentado un notable desarrollo en los últimos años, de forma que, hoy en día prácticamente cualquier intervención psicológica conlleva algún componente de entrenamiento o modificación del comportamiento interpersonal.

En este orden de ideas, Duran (2014) sostiene que la comunidad educativa constituye un delicado equilibrio de intersubjetividades, las decisiones deben ser cuidadosamente evaluadas como alternativas que, bajo un juicio ético, tendrán un impacto social tendiente a satisfacer necesidades humanas dentro de un proceso de mejoramiento continuo y por encima de todo a preservar los valores de la persona, centro de todo accionar. Es ahí donde se involucra la interculturalidad como un elemento base de toda sociedad globalizada constituida por diferentes, razas, sistemas de creencias, valores, religión, entre otras.  

Tabla 5
Comparación Habilidades
Sociales conductuales  EMES-M

Clasificación

Componente conductual

PRETEST

POSTEST

Bajo

0,00 – 51,20

0

0

Medio-Bajo

51,21 – 102,40

0

0

Medio

102,41 – 153,60

52%

0

Medio-Alto

153,61 – 204,80

48%

100%

Alto

204,81 – 256,00

0

0

Total

 

100%

100%

Fuente: Elaboración propia (2018)

Con respecto a las habilidades sociales conductuales, se observa en el pretest, que un 52% de los estudiantes se les clasifico en un nivel medio de habilidades sociales, un 48% en un nivel medio alto, no obstante, posterior a la aplicación del programa se logró ubicar al 100% en un nivel medio alto, permite permitiendo a la investigadora comprobar su hipótesis, donde se planteó que con la aplicación del programa psicoeducativo se modificarían las habilidades sociales de los estudiantes (Tabla 5). 

Tabla 6
Comparación Habilidades
Sociales cognitivas EMES C

Clasificación

Componente Cognitivo

Pretest

Postes

Bajo

0,00 – 35,20

0

0

Medio-Bajo

35,21 – 70,40

8%

0

Medio

70,41 – 105,60

88%

0

Medio-Alto

105,61 – 140,80

4%

96

Alto

140,81 – 176,00

0

4

Total

 

100

100%

Fuente: Elaboración propia (2018)

En cuanto, a las habilidades sociales cognitivas, antes de la aplicación del programa psico educativo, el 88% de la población se le ubico en un nivel medio, un 8% en un nivel medio bajo, y solo un 4% en un nivel medio alto de habilidades sociales. Sin embargo, posterior a la aplicación del programa, un 96% logro modificar sus habilidades sociales en un promedio referido al nivel medio alto, además un 4% se ubicó en un nivel alto (Tabla 6).

Esto permite aseverar la eficacia del programa aplicado, concibiéndolo como un programa cognitivo-conductual de enseñanza sistemática de habilidades sociales, centrado tanto en la enseñanza de comportamientos sociales manifiestos y directamente observables (conducta verbal, comunicación no-verbal) como en la de comportamientos cognitivos (auto lenguaje) y afectivos (expresión de emociones). En consecuencia, es un modelo de entrenamiento e instrucción directa de las distintas habilidades sociales que se esperaba modificar.

Al hablar de desarrollo social se hace referencia habitualmente al grado en que el sujeto ha adquirido una serie de habilidades comportamentales que posibilitan su adaptación a las exigencias del medio social. Entre tales habilidades se incluyen tanto las relacionadas con autonomía e independencia personal, como las que tienen que ver con la capacidad de relación interpersonal.

Bajo este contexto, Caballo (2007) considera que la competencia social se desarrolla y aprende a lo largo del proceso de socialización, merced a la interacción con otras personas y posibilitada principalmente por los siguientes mecanismos: a) aprendizaje por experiencia directa, b) aprendizaje por observación, c) aprendizaje verbal o instruccional y d) aprendizaje por feedback interpersonal.

Esto indica que posterior a la aplicación del programa las habilidades sociales las posiciones de los estudiantes mejoraron por la instrucción directa del facilitador. Por tanto, se tiene claro que determinadas habilidades, por ejemplo, algunas relacionadas con la solución de problemas cognitivo-sociales, no se adquieren si no se llevan a cabo actividades educativas de forma intencional. Como la aplicada en el presente estudio.

Tabla 7
Medida posttest EMES-C

Clasificación

Componente Cognitivo

Resultado

Bajo

0,00 – 35,20

0

Medio-Bajo

35,21 – 70,40

0

Medio

70,41 – 105,60

0

Medio-Alto

105,61 – 140,80

96%

Alto

140,81 – 176,00

Total

 

100%

Fuente: Elaboración Propia (2018)

La tabla 7 permite observar que el 96% de los estudiantes se ubicaron en el promedio en la calificación medio alto, en la corrección de sus instrumentos, posterior a la aplicación del proceso, este se concibió como un programa cognitivo-conductual, centrado tanto en la enseñanza de comportamientos sociales manifiestos y directamente observables (conducta verbal, comunicación no-verbal) como en la de comportamientos cognitivos (auto lenguaje) y afectivos (expresión de emociones). Se utilizaron técnicas y estrategias de intervención conductuales y cognitivas. 

4. Conclusiones

Las conclusiones permiten evidenciar que los estudiantes universitarios antes del programa de entrenamiento en habilidades sociales tenían carencias de diferentes habilidades, entre ellas, no les gustaba hablar en público, poca capacidad para socializar, poco autocontrol emocional, baja Interacciones de grupo, sin embargo, a nivel individual mostraron entusiasmo, perseverancia, y capacidad de automotivarse, su autoconocimiento es bajo, su nivel de socialización se limita a su grupo de amigos.  No hay empatía, el arte de escuchar es una habilidad muy débil, además no tienen capacidad para resolver conflictos.

  Asimismo, un nivel bajo de habilidad de solución de problemas, inadecuadas habilidades para ponerse en el lugar de la otra persona, bajas expectativas de auto eficacia, ansiedad, miedo.  Pero, por otra parte, se pudo comprobar que manejan ciertas relaciones interpersonales, tratan de recibir y comprender los sentimientos de los demás, se expresan emocionalmente, pero en procesos aislados, esto permitió a las investigadoras inferir que existía debilidad en habilidades sociales y establecer como promoverlas en el programa. 

Por otro lado, se describieron las habilidades sociales después de la aplicación del programa psicoeducativo; en este ámbito asumieron técnicas de interacción para socializar, adquirieron habilidades de autoconocimiento, auto control emocional en el manejo de conflictos, autorregulación de su estado de ánimo, el manejo de la ansiedad propende a ser controlado, se percibieron conductas que promueven el optimismo. Se conjuga que el programa promueve la posibilidad de generar en el estudiante la aceptación de aprender habilidades que hacen a las personas emocionalmente competentes y capaces de controlar sus emociones.

Finalmente, las habilidades sociales del estudiante antes y después de la aplicación del programa, permite comprobar la eficacia del mismo, puesto que los estudiantes tenían ciertas deficiencias en algunas habilidades sociales, importante para su interacción social en el ámbito universitario, y posterior a la puesta en práctica del programa fueron adquiridas o descubiertas por dichos estudiantes. Se concluye que estas habilidades pueden enseñarse, y se plantea la necesidad de llevar a cabo un proceso continuo de alfabetización emocional que posibilite hacer a las personas emocionalmente competentes y capaces de controlar sus emociones.

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1. Doctor en Ciencias de la Educación, Especialista en Docencia de la Educación Básica, Aspirante a la maestría Gerencia de Empresas Culminación de escolaridad LUZ. Estudios Avanzados en Derecho de la Niñez y la Adolescencia. Email: jeriverah@hotmail.com  Orcid Id.: 0000-0002-7492-8747

2. Doctor en Sociología. Académico de Jornada Completa, Universidad Andrés Bello, Facultad de Educación Humanidades y Ciencias Sociales, Calle Quillota 980, Viña del Mar, Chile. Email: nelson.lay@unab.cl

3. Doctora en Ciencias de la Educación, MSc en Orientación Educativa, Licenciada en Educación Preescolar, Docente - Investigadora de la Corporación Universitaria Rafael Núñez. Cartagena de Indias-Colombia. Email: maria.moreno@curnvirtual.edu.co. orcid.org/0000-0002-2610-1374

4. Doctorando en Estudios Sociales de América Latina. Master en Historia del Mundo Hispánico, Magister en Educación, Historiador, Universidad de Cartagena, Docente de tiempo completo de la Fundación Universitaria Colombo Internacional. Email: aperez@unicolombo.edu.co

5. Psicóloga maestría en desarrollo organizacional y procesos humanos Docente universitaria. Universidad de la Costa, Email: grace­_rocha@hotmail.com

6. Investigador Asociado. Doctorante en formación, Magister en Gerencia de Recursos Humanos, Psicóloga, Técnica superior universitaria en Educación Preescolar, Docente e investigadora. Email: Margel.alejandra@gmail.com.  Orcid Id. /0000-0003-3530-8112

7. Doctora en Ciencias Gerenciales. Socióloga. Investigador Senior Docente–Investigadora, Fundación Universitaria Unicolombo Internacional. Cartagena Colombia. Email: Sduran@unicolombo.edu.co. Orcid Id: 0000-0002-0876-7850

8. Doctor en ciencias gerenciales, Magister en gerencia de mercadeo, Ingeniero industrial, posdoctorado en Gerencia pública y gobierno y en Gerencia de las organizaciones, Docente investigador de la Universidad Simón Bolívar Barranquilla-Colombia. Email: jesus.garcia@unisimonbolivar.edu.co. Orcid id: 0000-0003-3777-3667

9. Docente investigador Corporación Universitaria Latinoamericana (CUL), Barranquilla - Colombia. Magíster en Educación, Especialista en Estudios Pedagógicos, Contador Público, E-mail: osman@schallertech.com

10. Doctora en formacion empleo y desarrollo regional, Magister en Estadísticas, Economista. Docente investigadora Fundación Universitaria Unicolombo internacional Cartagena Colombo internacional. Email: Etorresrivas@unicolombo.edu.co


Revista ESPACIOS. ISSN 0798 1015
Vol. 40 (Nº 31) Año 2019

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