ISSN-L: 0798-1015 • eISSN: 2739-0071 (En línea) - Revista Espacios – Vol. 44, Nº 08, Año 2023 • Sept-Oct
LÓPEZ R. et al. «Brecha digital en estudiantes de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez en la pandemia
(COVID-19)»
seleccionó ni bueno ni malo. Esa misma tendencia sobre la elección bueno, se observó en el tratamiento del
tema, la forma de evaluación y el material didáctico.
Sin embargo, a pesar de tener una buena percepción de la didáctica, los jóvenes indicaron problemas en la
compresión de los temas, pues 20% indicó malo, 26% ni bueno ni malo y 14% Pésimo; esa misma tendencia se
mostró en las asesorías, ya que 24% indicaron Ni bueno ni malo, 11% Malo y 10%, Pésimo; ambos indicadores
son los únicos que mostraron resultados superiores al 10 por ciento.
En cuanto a los profesores, los jóvenes mencionaron que contaron con el apoyo de los docentes, pues 39%
expresó Excelente, 40%, Bueno y 19%, Ni bueno ni malo; además la adaptabilidad de éstos fue bien percibido,
pues 29%, lo consideró Excelente, 38%, Bueno y 19%, Ni bueno ni malo; aunque resulta interesante que los
amigos son otro factor importante en las clases a distancia, pues a la interrogante de coordinarse con sus
compañeros para realizar las tareas, 35% señaló Excelente, 40%, Bueno y 15%, Ni bueno ni malo.
Con relación a los resultados de la tabla 10, es importante hacer notar que la encuesta se aplicó casi al final del
semestre enero-junio 2021, es decir, casi dos semestres posteriores a la implantación del programa Microsoft-
Teams como la herramienta neurálgica para la continuación de las clases en la UACJ. Ello permitió una mayor
familiarización de los docentes y alumnos con la plataforma y favoreció un desarrollo de mayores y mejores
secuencias pedagógicas de enseñanza-aprendizaje, razón principal a la cual se puede atribuir la percepción
favorable del alumnado hacia los contenidos de las sesiones, los temas, el material didáctico etc. Sin embargo,
también es preciso señalar que al confrontar si los temas eran comprendidos mejor que en las clases
presenciales, el 40% solo argumento que sí, por lo que, a pesar del avance y mejora en el modelo educativo
virtual, claramente desde la perspectiva del estudiante el modelo educativo presencial tiene ventajas
pedagógicas respecto al virtual.
Para cerrar la exposición de resultados, la autopercepción de rendimiento académico de los estudiantes en el
periodo de pandemia (Tabla 11), fue un tanto dispar, pues la satisfacción respecto a las clases en línea, los
alumnos indicaron estar 16% De acuerdo; 27%, Algo de acuerdo; 24%, ni de acuerdo ni desacuerdo; 16%, Algo
de acuerdo y 17%, En desacuerdo. Con relación al esfuerzo propio, para acreditar las asignaturas, 72%, se
consideró De acuerdo y 20% Algo de acuerdo. De ahí que a la cuestión de sentirse cansado al final del semestre
con 48% De acuerdo, 26%, algo de acuerdo y 13%, Ni de acuerdo ni desacuerdo.
En relación con la familia y su comprensión al tener clases en casa, 36% señaló De acuerdo, 43%, Algo de acuerdo
y 13%, Ni de acuerdo ni desacuerdo. Sin embargo, en lo relativo a la organización de las actividades en casa la
disparidad fue evidente, debido a que 15%, eligió De acuerdo; 24%, algo de acuerdo; 22% Ni de acuerdo ni
desacuerdo, 16%, Algo desacuerdo y 23% Desacuerdo. En el ámbito de la salud física y el impacto perjudicial de
pandemia, 35% respondió de acuerdo; 26%, Algo de acuerdo; 18%, Ni de acuerdo ni desacuerdo; 7%, Algo
desacuerdo y 14%, Desacuerdo. Esa misma tendencia se mostró en la percepción de salud mental, aunque en la
percepción de tranquilidad en el mismo periodo, fue a la inversa, 11% seleccionó de acuerdo; 23%, Algo de
acuerdo; 25%, Ni de acuerdo ni desacuerdo; 19%, Algo desacuerdo y 22%, Desacuerdo. Uno de los aspectos a
resaltar es el cansancio, y los problemas de salud física y mental que aludieron los estudiantes, a pesar de haber
recibido comprensión familiar y de haber hecho su mejor esfuerzo para poder acreditar las materias. Lo anterior,
no es un problema exclusivo del sector educativo, sino que obedeció a un fenómeno más complejo como la falta
de socialización debido a los confinamientos (si bien en el caso de México fue menos estricto que en otros países)
y al temor generado a la posibilidad de contagio. Lo anterior, coincide con Hernández (2020) para quien, la
incertidumbre asociada con esta enfermedad, más el efecto del distanciamiento social, el aislamiento y la
cuarentena, pueden agravar la salud mental de la población. Precisamente, al cerrarse las universidades, los
estudiantes en su mayoría vieron cortados de tajo sus lazos, vínculos y buena parte de la normalidad de su vida