Consuelo Iranzo y Oswaldo Alonso
A partir de las investigaciones realizadas, podemos adelantar algunas consideraciones acerca de las características de la incorporación del CNC en el sector de bienes de capital venezolano.
De manera de poder hacer más gráficos los avances y problemas que han implicado los CNC, tomaremos separadamente cada una de las dimensiones que señaláramos como componentes fundamentales del proceso de producción flexible: la tecnología, la organización de la producción y la gestión de la mano de obra, analizando en cada caso los objetivos alcanzados y los problemas al respecto derivados del use de las CNC, algunos de los cuales suelen pasar desapercibidos pare sus mismos usuarios.
En el caso de la tecnología, el primer hecho que salta a la vista es la mejora sustancial que permiten las CNC en la precisión del mecanizado, lo cual ha permitido no solamente elevar la calidad del producto final, sino además fabricar partes y piezas que por sus características no pueden ser mecanizadas en la máquina convencional. Por esta razón, las CNC han venido asociadas a una importante sustitución de insumos importados, con el consecuente ahorro de divisas pare el. país.
En segundo lugar, las CNC han permitido acortar considerablemente los tiempos de mecanizado gracias a la concentración de operaciones, al cambio automático de herramientas y a la reducción de los tiempos en preparación y programación de las máquinas. Esto ha implicado incrementos en la productividad laboral, particularmente notorios en las casos de fabricación de lotes pequeños y medianos.
En tercer lugar, las CNC han hecho posibles importantes ahorros tanto en material, por efecto de la menor cantidad de desperdicios que genera una mayor precisión en el mecanizado, como en lo relativo al herramental en tanto la versatilidad de las máquinas exige menor herramental dedicado.
Ahora bien, la puesta en marcha de las CNC no ha estado exenta de problemas. Los más relevantes están vinculados al proceso mismo de selección de la tecnología. Parte importante de los inconvenientes en el use de las CNC parecen derivar del hecho que numerosos empresarios adquieren la nueva maquinaria sin una previa y cuidadosa evaluación tecnológica y económica de las diferentes ofertas que existen a nivel internacional, la cual les habría de permitir escoger las opciones más adecuadas de acuerdo a sus propios requerimientos. Esto ha conducido, por ejemplo, a adquirir máquinas innecesariamente sofisticadas en unos canon o ineficientes para los fines perseguidos, en otros.
Un segundo problema que tiene que ver con la selección de la tecnología surge de la falta de suficiente dominio técnico dentro de la empresa para garantizar el soporte necesario en caso de desperfectos. Este problema, si bien en cierta medida es inevitable por un cierto período, se agrava por el tipo de criterios que suelen prevalecer en el momento de la escogencia del equipo: la mayoría de los compradores tienden a preferir aquellos que son de fácil programación y por ende posibles de operar con mano de obra poco calificada, con la contrapartida de una mayor complejidad en la estructura del equipo. En los momentos de fallas la falta de personal especializado pone a depender a la empresa de los escasos técnicos del proveedor local o en el peor de los canon obliga a traer técnicos de fuera del país, con las consiguientes pérdidas a causa de los largos tiempos de parada de las máquinas.
1ún en los canon de las empresas que cuentan con un buen soporte técnico, el problema puede no desaparecer, pues hay casos en que algunos proveedores no suministran los diagramas de tarjetas necesarios para la reparación de los equipos por parte del usuario.
Otro problema que vale la pena mencionar se deriva quizás del sobredimensionamiento de los nuevos equipos. El alto rendimiento de las CNC sacó a la luz nuevos cuellos de botella dentro del resto del proceso no automatizado y en la provisión de insumos por parte de terceros, impidiendo hacer use pleno de las capacidades de las nuevas máquinas. Esta es una traba importante para lograr uno de los objetivos perseguidos, como es disminuir la capacidad ociosa característica de la industria.
Por último en cuanto a la adquisición de nuevas tecnologías, hay que referirse al empleo de equipo computarizados para el manejo de la información. Al respecto llama la atención el hecho que ciertas empresas, habiendo instalado numerosas computadores, las tengan subutilizadas y ocupando, en el mejor de los canon, una función secundaria en la producción.
En lo relativo a la organización de la producción, la incorporación de la CNC está motorizando cambios importantes dentro de las empresas venezolanas. El elevado costo de los equipos, la necesidad de minimizar tiempos muertos, desperdicios, etc., está conduciendo a las empresas a implantar o mejorar sus sistemas de asignación de costos por fase de proceso a medir tiempos y movimientos estableciendo estándares, etc. Esto a su vez ha llevado a un mayor control de los inventarios y de la calidad de los insumos, incentivando en algunos canon el desarrollo incipiente de una política de proveedores.
Sin embargo dado que la transferencia del Know how organizativo no es tan fácil de realizar como la transferencia técnica, la mayoría de las empresas organizan la producción automatizada con los criterios propios del modelo de la mecanización, mientras que, como vimos inicialmente, la optimización de la flexibilidad productiva requiere de nuevos conceptos organizativos.
De tal manera que nos encontramos con que la mayoría de las empresas no ensayan, ni antes de la incorporación de las CNC ni después, fórmulas organizativas distintas a la clásica organización del layout por proceso, al mantenimiento de inventarios preventivos (por escaso desarrollo de proveedores) o a la departamentalización rígida de las diferentes funciones de la organización. De esto se deriva, por una parte, que se mantengan altos tiempos de espera y capital inmovilizado en los stoks en proceso acortándose escasamente los tiempos de entrega ; por otra parte, que resulte muy elevado el costo de creación de un turno adicional. dada la cantidad de personal indirecto que implica la funcionalización de la organización.
Adicionalmente, muchas empresas aún presentan dificultades para asignar y controlar con precisión costos por fase de proceso. La excesiva diversificación del producto final opera en el sentido de dificultar adicionalmente la organización y la carga de máquinas.
En cuanto a la gestión de la mano de obra, se observa que son numerosas las empresas que tienden a establecer, aunque en la mayor parte de las veces de manera informal, mecanismos que favorezcan la flexibilidad del proceso. En tal sentido se tiende a crear trabajadores polivalentes que puedan rotar entre las máquinas y se les asigne cierta responsabilidad en el control de calidad de su trabajo en particular. Igualmente, con la entrada de las CNC a la planta, se suele poner más atención al entrenamiento de la mano de obra para adecuarla al manejo de equipos programables.
Pero los cambios que están teniendo lugar son aún insuficientes. A1 igual que en el caso de la organización de la producción, predominan todavía criterios que no se corresponden con las características de los nuevos equipos. La mayoría de las empresas separan las funciones de programación y operación, y en algunos casos el empeño por especializar el trabajo ha llevado a subdividir las tareas frente a la máquina en numerosas categorías, impidiendo una actuación rápida y ágil en el proceso. Igualmente prevalece la creencia que las CNC deben ser operadas por trabajadores sin experiencia para evitar los “vicios” de los torneros tradicionales. Sin embargo, esto, si bien resulta lógico dada la escasez de mano de obra calificada, resta eficiencia a los mismos operadores de las máquinas para atacar los materiales, mejorar los programas y resolver problemas propios del mecanizado.
En este sentido el entrenamiento suele ser deficiente y anárquico, pues a pegar de considerar que los trabajadores no deben programar ni necesitan conocer particularmente del oficio de tornero, se les permite forzosamente modificar programas y resolver problemas de mecanizado. Esto que podemos denominar flexibilidad a nivel informal, si bien contribuye, no permite un pleno use de las capacidades de la mano de obra en función del proceso de trabajo y coloca límites a la participación de los operadores en el control de calidad y en la resolución de problemas cotidianos. Por otra parte, el entrenamiento adquiere un carácter heterogéneo ya que, la falta de un centro de formación oficial para el manejo de los CNC, deja la responsabilidad de éste al criterio particular de las firmas suplidoras y usuarias de la tecnología.
Igualmente, la filosofía organizativa predominante, impone trabas al establecimiento de esquemas de trabajo grupal y de responsabilidad colectiva. El ensayo de este tipo de mecanismos se ve también limitado por la ausencia de políticas de integración y motivación del personal y por la existencia de escalas salariales.
Sin embargo, hay que anotar que si existen en el país empresas que conjuntamente con la modernización técnica están modernizando sus criterios de organización y gestión, introduciendo sistemas de control total de la calidad, justo a tiempo a implantando fórmulas de participación laboral, como lo son los círculos de calidad.
En síntesis se puede señalar que la incorporación de las CNC está implicando una mejora sustancial en la calidad de los productos y un aumento en la productividad laboral en el sector automatizado, pero que la flexibilidad está en la mayoría de los casos restringida a la máquina, estableciéndose límites al incremento en la productividad del capital. Esto debido a que las formas de organización de la producción y del trabajo conducen a una baja utilización de las máquinas y al mantenimiento del nivel de stocks, al tiempo que no permiten acortar notoriamente los plazos de entrega.
REFERENCIAS