Espacios. Vol. 32 (1) 2011. Pág. 9

Conocimientos científicos, utilidad social y definición de problemas locales en el caso de la aplicación de un desarrollo tecnológico para la eliminación de arsénico en aguas de consumo

Scientific, social utility and define local issues in the case of the application of technological development for the removal of arsenic in drinking water

Mariana Eva Di Bello


3. El caso: grupo de investigación dedicado al estudio de una alternativa tecnológica de bajo costo para la remoción de arsénico en aguas subterráneas

3.1. Conformación y trayectoria

El equipo de trabajo interdisciplinario dedicado al estudio de una alternativa tecnológica de bajo costo para la remoción de arsénico en aguas subterráneas se conforma como tal en el año 2004, aunque su origen está asociado a contactos previos. En efecto, durante más de dos décadas investigadores del área de química inorgánica de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) y de geología y mineralogía de la Facultad de Ciencias Naturales y Museo de la misma universidad generaron líneas de investigación conjuntas referidas al estudio de sólidos inorgánicos naturales para su aplicación tecnológica. Dentro del espectro de estas aplicaciones se encuentra el control del medio ambiente a través de la utilización de diferentes minerales con potencial para reducir la toxicidad de elementos contaminantes a partir de su modificación mediante procesos químicos vii. El surgimiento del interés por estudiar la contaminación ambiental provocada por la presencia de altas dosis de arsénico en el agua subterránea se encuentra, según los investigadores, en el contacto informal con personas ajenas al laboratorio. Dichos contactos con pobladores del interior de la provincia de Buenos Aires se establecieron a partir del trabajo de campo de los investigadores del área de geología y mineralogía, y refieren principalmente a charlas con médicos locales que señalaron su inquietud por el aumento de personas con lesiones físicas supuestamente provocadas por la ingesta crónica de agua contaminada viii.

La presencia de arsénico en aguas subterráneas de la región no es algo nuevo. Por el contrario, remite a procesos geológicos como la formación de la Cordillera de los Andes y a la actividad volcánica que ello produjo, cuyos sedimentos, compuestos en gran medida por cenizas de tipo ácido y con elevado contenido de arsénico, crearon la base sobre la cual luego se formaron las napas de agua. Es ésta la principal causa de la presencia de arsénico en aguas subterráneas en Argentina, aunque existen otras fuentes de contaminación derivadas de actividades antrópicas como la minería o su uso en pesticidas, su incidencia local es muchísimo menor ix. La presencia de altas dosis de arsénico en aguas y sus posibles consecuencias sobre la salud humana está documentada en Argentina desde principios del siglo XX. Hasta 1913, el hidroarsenicismo se conoció como “Enfermedad de Bell Ville” puesto que en esa localidad de la provincia de Córdoba se documentaron los primeros casos. Luego de esa fecha se sumaron estudios realizados por médicos en la provincia de Santa Fe quienes asociaron el consumo de aguas con arsénico a la aparición de enfermedades y por el Dr. Ayerza quien en una comunicación en la Academia Nacional de Medicina en el año 1918 denominó a la enfermedad con su nombre actual: Hidroarsenicismo Crónico Regional Endémico (HACRE) (Galindo et al, 2005). Como ocurre con muchos elementos químicos, la toxicidad del arsénico es relativa a su concentración. La Organización Mundial de la Salud (OMS) fijó un límite máximo de 0,01 mg/l o 10ppb (partes por billón) para aguas potables al que adscribe el Código Alimentario Argentino desde julio de 2007 (anteriormente era de 0,05 mg/l) x. Según un informe de la OMS, la ingestión prolongada de agua con arsénico en proporciones mayores a los límites máximos establecidos está asociada a efectos crónicos, entre los que se destacan varios problemas cutáneos. En Argentina, la presencia de arsénico en aguas de consumo ha ocasionado la diseminación del HACRE, enfermedad crónica que se manifiesta principalmente por alteraciones dermatológicas y en algunos casos agudos de cáncer (Bundschuh, et al, 2008). Un cuadro de intoxicación por arsénico (arsenicismo) se manifiesta de forma característica a lo largo de un período de 5 a 20 años. Esta es una de las razones que explican que los llamados de atención sobre el tema sean relativamente recientes. Otra explicación, proviene del aumento del consumo de agua subterránea por crecimiento poblacional y por su mayor uso en actividades agropecuarias. Esto constituye una variable fundamental puesto que la presencia de arsénico en el agua subterránea disminuye mediante un proceso natural de fijación a las paredes arcillosas del suelo, proceso que se ve interrumpido por una mayor extracción. La mayor proporción de la población afectada por la presencia de arsénico en agua y alimentos habita en regiones rurales o en núcleos de población rural dispersa, en donde están ausentes las plantas de tratamiento y se consume agua de pozo. Es por ello que varios artículos e informes señalan como prioridad el desarrollo y puesta a punto de tecnologías económicas de remoción de arsénico que sean eficientes y económicas para su uso en estas comunidades de países subdesarrollados. (Bundschuh, et al, 2008, Castro de Esparza, 1999, Mohan y Pittman, 2007, OEA, 2008).

En este sentido, en los últimos años en América Latina se han puesto en marcha investigaciones en un marco de cooperación científica multinacional referidas al estudio de la distribución regional de aguas y suelos contaminados con arsénico y la implementación de tecnologías económicas para la descontaminación de aguas en zonas rurales. Uno de ellos es un proyecto de la Organización de Estados Americanos (OEA) ejecutado entre los años 2002 y 2006 en 6 países de la región cuyo objetivo primordial radicó en la adaptación de tecnologías simples de remoción de contaminantes en aguas, desarrolladas en laboratorios suizos, y en su aplicación sustentable en comunidades rurales xi. Asimismo, en el año 2006 se creó, por un plazo de 3 años, la red IBEROARSEN en el marco del Programa Iberoamericano de Ciencia y Tecnología para el Desarrollo (CYTED) en la cual participaron grupos de investigación de 17 países de América Latina y la península ibérica con el propósito de crear y sistematizar información sobre la distribución de arsénico e implementar tecnologías económicas de remoción del mismo xii. En Argentina, participaron de estos proyectos investigadores de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y de universidades nacionales del centro y norte del país xiii.

Visualizando un horizonte de aplicación, el grupo incorpora el tema dentro de su línea de investigación referida a la protección del medio ambiente, luego de realizar una búsqueda bibliográfica acerca de las alternativas tecnológicas utilizadas para la remoción de arsénico. La revisión bibliográfica arroja una multiplicidad de métodos de remoción xiv y materiales usados como adsorbentes xv entre los cuales se encuentran elementos minerales sólidos como los manejados por los investigadores. Esto permite al grupo orientar su investigación hacia el hallazgo de un mineral de bajo costo, presente en el medio ambiente afectado, con el cual se pueda desarrollar una alternativa tecnológica sencilla para la disminución de los niveles de arsénico en aguas subterráneas de la zona chaco pampeana. Los miembros del grupo dedicados a investigaciones geológicas comenzaron el análisis de los suelos de la región identificando reservorios de minerales arcillosos ricos en hierro xvi, mientras que los investigadores en química inorgánica evaluaban su potencial para ser utilizados como adsorbentes xvii. Las primeras pruebas a escala de laboratorio arrojaron resultados exitosos en relación a la capacidad de retención en las arcillas ferruginosas de una proporción significativa del arsénico contenido en el agua, mediante su acción como adsorbente natural xviii. Ante estos resultados, el grupo decide iniciar un proyecto de investigación y de extensión que traspase la escala de laboratorio y genere un desarrollo tecnológico aplicable en comunidades puntuales. Se estimaba que el método desarrollado presentaba ventajas respecto a otros posibles métodos por adsorción. Según los miembros del grupo, esto es así porque, por una parte, el elemento utilizado como adsorbente, las arcillas ferruginosas, no sufren ninguna modificación química para su empleo en el proceso, lo cual lo hace de fácil manejo para personas sin experiencia en este tipo de procedimientos. Por otro lado, en vastas zonas de la región chaco pampeana, y en especial en la provincia de Buenos Aires, se cuenta con abundantes y accesibles depósitos de arcillas ferruginosas de bajo costo. Otra ventaja la constituye el hecho de que el residuo generado por la separación del arsénico del agua puede ser inmovilizado por un método de cocción, por ejemplo transformando las arcillas en ladrillos o diferentes cerámicas. De esta forma el residuo contaminante no vuelve al medio y adicionalmente el material residual puede ser empleado en la producción de cerámicas manteniendo su valor comercial como materia prima para tal fin. Finalmente, respecto a otros métodos sencillos que trabajan a nivel domiciliario, esta alternativa permite el tratamiento de mayor cantidad de agua y abastecer entonces de agua potable para beber a comunidades más grandes como por ejemplo niños que asisten a una escuela xix.

El procedimiento finalmente aplicado a escala piloto consiste en la utilización de tres tanques de 2000 o 5000 litros de capacidad cada uno. En el primer tanque se efectúa durante 30 minutos el proceso de adsorción mediante el uso de las arcillas. Luego el material sólido en el agua decanta con la ayuda del agregado de una pequeña cantidad de coagulante. Esto demora aproximadamente dos horas. El líquido pasa a continuación a un segundo tanque en donde se ajusta el contenido de coagulante para facilitar la total decantación y eliminar la turbidez. También este proceso demora unas dos horas en total. En el último paso, el agua se transfiere al tercer tanque en condiciones aptas para ser consumida. Para pasar de la escala de laboratorio el grupo xx incorporó a investigadores especializados en catálisis xxi y para el desarrollo de prototipos se sumó al proyecto a técnicos e ingenieros de una planta piloto en donde se realizan tareas de desarrollo, puesto que cuenta con el espacio necesario para la construcción de los tanques. Los miembros del grupo original lograron asimismo interesar e incorporar al proyecto a miembros de un laboratorio dedicado a ensayos con materiales, encargados de la transformación del residuo en cerámicas y de un laboratorio del área de hidrología de la universidad para que realicen el análisis de las muestras de aguas de diferentes localidades xxii. El establecimiento de contactos y la coordinación general de los diferentes investigadores estuvo a cargo principalmente de la directora del proyecto y miembro del grupo de investigación original dedicado a estudios de química inorgánica. La primera prueba experimental a escala piloto en una localidad rural de la provincia de Buenos Aires se realizó a cuatro años de la conformación del grupo interdisciplinario y la presentación del proyecto.

3.2. Construyendo utilidad

Durante esos años una de las principales limitaciones consistió en la falta de financiamiento para la construcción de prototipos y desarrollo de pruebas a escala piloto. En busca de apoyo económico, investigadores del grupo iniciaron contactos con una empresa minera de la provincia de Buenos Aires y con legisladores y funcionarios municipales y provinciales. Finalmente, obtuvieron su primera fuente de financiamiento sustancial a través del aporte económico de la empresa minera que les suministró en forma gratuita material arcilloso y se encargó de la construcción y traslado del primer prototipo xxiii, así como de solventar el pago de un pasante de investigación dedicado al tema. Sin embargo, el apoyo a las actividades del grupo de parte de actores ligados a la esfera de las políticas públicas y de la política parlamentaria generaba más controversias. Si, por un lado, legisladores nacionales y provinciales declararon al proyecto de interés xxiv, en otras ocasiones las actividades del grupo fueron objeto de discusiones entre oficialistas y opositores en el ámbito de la gestión municipal en relación a la presencia o no de aguas contaminadas con arsénico. En este sentido la presentación de una comunicación del grupo en una reunión científica, la cual luego fue parte de una nota periodística realizada por un diario local, en donde se exponía el tema señalando en un mapa zonas afectadas por la presencia de arsénico en sus aguas generó una serie de controversias entre funcionarios de diferentes localidades de la provincia. En algunos casos, instalando el tema como parte de la agenda de discusión política de cara a incipientes elecciones legislativas y en otros, motivando la reacción de algunos intendentes quienes enviaron cartas documento al grupo a través de la universidad comunicando su disgusto ante la divulgación de datos que ellos declaraban falsos. Asimismo, dicha comunicación y sus repercusiones en la prensa generaron declaraciones en contra de parte de dueños de empresas distribuidoras de agua envasada, quienes manifestaron que su producto era objeto de controles de calidad y estaba exento de cualquier tipo de contaminante xxv.

El episodio suscitado luego de la divulgación periodística de los datos presentados en un congreso científico produjo en el grupo un cambio de estrategia en relación al logro de interés hacia su proyecto con la finalidad de obtener recursos económicos y posibilidades de implementación. Decidieron no generar más contactos con funcionarios políticos ni ahondar en las consecuencias para la salud humana del consumo de aguas contaminadas o generar contactos con médicos. Sin embargo, en la concepción de los investigadores, la legitimidad del proyecto descansaba en su demanda social, esto es, en la posibilidad de que el proyecto interese y se convierta en una alternativa de aplicación viable. Y para ello se necesitaba de un cierto grado de concientización por parte de los potenciales usuarios. Este diagnóstico no se circunscribe al grupo de investigación estudiado, puesto que en diversas publicaciones se señala que una de las dificultades para la implementación sustentable de alternativas tecnológicas en poblaciones rurales es un grado relativamente bajo de concientización referida a caracterizar la presencia de arsénico en aguas como un problema de salud pública xxvi. Esto puede deberse a distintos factores: la demora en la manifestación de síntomas, la ausencia de alteraciones físicas del agua (color, sabor, olor), la falta de datos o subnotificación de contaminantes o la creencia más o menos difundida acerca de las bondades intrínsecas de las aguas subterráneas por encontrarse en estado natural “puro”, ajena a la presencia de desechos industriales o cloacales y por ser rica en sales minerales.

De este modo, el grupo decidió acotar el espectro de potenciales usuarios a niños que estudian en escuelas rurales de la provincia de Buenos Aires y enfocar sus acciones a captar el interés de funcionarios de la Dirección General de Cultura y Educación con quienes ya habían mantenido contactos previos, para realizar la instalación de los prototipos en estas escuelas. Personal perteneciente a este organismo provincial, a través de su Programa Gestión Integral del Riesgo Escolar (GIRE), se había acercado al grupo mostrando su inquietud sobre el tema de la contaminación con arsénico de aguas subterráneas a partir de una serie de expedientes que llegaban desde diferentes localidades rurales por casos de presunta intoxicación de niños que bebían agua de pozo en la escuela. Así, en un nuevo proyecto presentado a la universidad, los investigadores sumaron la colaboración del GIRE xxvii, cuyo personal actúa como nexo entre el grupo y las escuelas rurales, decide en cuáles de ellas se instalan los prototipos e inician las conversaciones con los directores para que avalen el ingreso del grupo. Con esta nueva conformación y dinámica de implementación, el grupo presentó el proyecto al organismo de ciencia y tecnología de la provincia (la Comisión de Investigaciones Científicas –CIC-) y consiguió que dicha institución financie la construcción de 5 prototipos a través del otorgamiento de un subsidio especial de 300.000 pesos xxviii.

Presentar el proyecto de esta manera generaba según los investigadores ciertas ventajas con respecto a la anterior forma de plantear la cuestión. En principio, ya no eran quienes señalaban el problema puesto que en las escuelas elegidas había algún antecedente, registrado por expedientes oficiales, de intoxicación de chicos por ingesta de aguas presuntamente contaminadas con arsénico. Del mismo modo, de esta forma podían eludir las instancias políticas partidarias de diálogo y alejarse de la posibilidad de ser objeto de confrontación política. Por otro lado, de esta manera se logró acotar el proyecto a localidades rurales de la provincia de Buenos Aires y focalizar en niños que asisten a escuelas de dichas zonas. Además, incluir a un programa de un organismo provincial generó un marco de mayor viabilidad de implementación que facilitó la obtención de un subsidio por parte del organismo de ciencia y técnica de la provincia. Asimismo, a través de las escuelas, el grupo estima que logró presentar el tema de la contaminación de aguas subterráneas con arsénico desde un punto de vista educativo y distanciarse en parte de los aspectos médicos y políticos de la cuestión. Los investigadores del grupo entienden que las actividades y charlas de divulgación en la escuela son un factor efectivo de concientización de la población afectada. Y que esta manera de proceder permitiría situar a la cuestión como un problema a solucionar mediante un proceso de concientización ‘de abajo hacia arriba’, en donde el tema comienza a instalarse a partir de acciones generadas en la escuela, con el grado de legitimación social que ello supone. Así, ya no es exclusivamente el grupo el responsable de transmitir información vinculada a la contaminación de aguas subterráneas con arsénico sino la escuela y a través de ella, las familias asentadas en zonas rurales que beben agua de pozo. Los investigadores esperan que sus acciones devengan en una sucesión de procesos que desemboquen en la instalación de la problemática como un problema de salud pública que necesita ser resuelto. De este modo, mantienen como expectativa que la dinámica de concientización desde un colectivo social de base hacia esferas de decisión política que promueven entre la población genere una demanda de soluciones dirigida a los responsables municipales y provinciales de políticas públicas referidas a la salud pública y al medio ambiente.

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