Espacios. Vol. 18 (3) 1997

Globalidad y universalidad. 2/4

Globalization and universality

Maritza Neris, Evelyn Lobo y Mercedes Anato


Crecimiento y desarrollo

Crecimiento y desarrollo no son indicadores de situaciones similares el primero mide cantidad, el segundo calidad. Por lo tanto que las cifras revelen una situación de crecimiento en un país no implica una mejora en la calidad de vida de su población. La abrupta entrada al sistema de mercado ha significado para las economías emergentes la adopción de medidas heroicas que han traído un deterioro de la calidad de vida de su población. "El modelo económico que tenemos permite el crecimiento de la producción pero no implica incremento del empleo" (Moneta, 1997).

"Las naciones no van todas a la misma velocidad, existen naciones veloces y naciones lentas" (Toffler, 1994). Ello implica distintos enfoques para el mismo problema, - el logro de un mejor nivel de vida para la población-. Surge el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), como indicador del nivel de vida de cada país, esperanza de vida, educación e ingreso real. Según las cifras del Informe 1991, al comparar el Producto Interno Bruto (PIB) y el Indice de Desarrollo Humano (IDH) encontramos que no siempre crecimiento y desarrollo van parejos . La inyección de recursos que realiza el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para América Latina, suma entre 1988 y 1996 a 7.500 millones de dólares, que no vienen solos sino con las recetas de cambios para reestructurar las economías, este monto se ha traducido solo en 1,5% del crecimiento de la región ha sido producto de los cambios en las políticas macroeconómicas, "...sin embargo se ha logrado muy poco para disminuir la desigualdad social acusada por el deficiente nivel de instrucción de la población laboral" (Haussman, l997, D1). Esta situación dificulta aún más el acceso a nuevas tecnologías, pudiendo adquirir el capital bajo la figura de bienes de producción pero no contar con la tecnología como conocimiento.

Para las naciones desarrolladas (la meta es que el resto del mundo adopte su esquema y se rija por sus intereses, y para los países en vías de desarrollo, por ejemplo América Latina, la asimilación al ritmo y a la tecnología de los países desarrollados implica la pérdida de competitividad de sus factores propios -los recursos naturales- ya que la tecnología los ha relegado. Bajo este modelo la división del mundo en civilizaciones distintas no responde al elemental enfrentamiento norte-sur o étnico o religioso sino al valor del conocimiento, la información, la tecnología y sobre todo su aplicación.

Latinoamérica ante un mundo global

Producción real, palabra milagrosa, aunque difícil de encontrar en el territorio latinoamericano. Así como en Europa Oriental, los gobiernos latinoamericanos mantuvieron una posición intervencionista hasta bien entrados los 80.

El mercantilismo feudal regional latinoamericano, surgido luego de la gran depresión de los años treinta asume la sustitución de importaciones como modelo de desarrollo. La ausencia de competencia y la presencia de proteccionismo dejó como resultado: estancamiento económico y descontrol de las variables macroeconómicas -sobreendeudamiento externo, altas tasas de inflación, gasto fiscal, limitado nivel de producción- ; en síntesis, agotamiento del modelo.

Ante la crisis de los ochenta, en los noventa, el cambio ideológico fue tan obvio como violento, el proceso de apertura económica exigía disciplina social y menor injerencia política. La reformulación de una estrategia de desarrollo, basada en globalización, apertura comercial y modernización apoyadas por una élite intelectual formadas en las más importantes escuelas de pensamiento neoliberal con el acuerdo del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial que participan en la construcción de economías de mercado; de tal manera que el manejo de conceptos como privatización y reducción del estado empresario resultan retos evidentes, los bloques imponen las formas de negociación que además de ser bilaterales, se realizan de forma independiente con cada miembro. Lo que da pie a una reflexión en el contexto del nuevo esquema económico latinoamericano: ¿en que escalón nos encontramos? ¿en el camino hacia la globalidad o simplemente al acuerdo de negociaciones bilaterales?

A similitud de los países del Sudeste asiático, luego de la Segunda Guerra Mundial y con el apoyo de Estados Unidos y Japón; el crecimiento latinoamericano no puede ocurrir desvinculado de la economía global, es decir sin las condiciones favorables de comercio, crédito y transferencias de tecnologías, porque su realidad de países signados por el apartheid tecnológico y exportadores de materias básicas, impiden que su desarrollo sea autónomo. El objetivo es el incremento de las exportaciones no tradicionales incorporando alto valor agregado nacional que arrastre en positivo al resto de la economía a través de la diversificación de la producción, permitiendo un lugar competitivo y sostenido en los mercados internacionales. Crecimiento del ahorro interno canalizado como Inversión productiva, reestructuración educativa, incentivo a la innovación tecnológica, acceso a mercados externos a través de una coherente y realista política i: integracionista. Sería difícil decidir si la globalización motiva la reorientación de : las economías hacia la exportación o si es el crecimiento de las exportaciones lo que lleva a la globalización.

El sector agrícola es el más riesgoso y estratégico de las actividad productiva, motivo que justifica su protección, como lo hacen las potencias mundiales. "En 1992 el subsidio público a la agricultura en Estados Unidos y la Comunidad Económica Europea habría llegado a 100 mil y 44 mil millones de dólares respectivamente. En cuanto al Japón el elevado proteccionismo ha distorsionado los precios relativos de su economía, su tasa de autosuficiencia alimentaria -sobre bases calóricas- es la más baja del mundo y los precios de los alimentos 26% superiores a los de otros países. (Falck, 1994).

El subsidio al sector agrícola se justifica por dos vías, "la agricultura como recurso estratégico de seguridad alimentaria, generación de empleo y contribución al crecimiento económico del país y segundo el recuerdo de la crisis de mediados de los años 80, cuando se presentó en el mundo un retraso en el crecimiento de la demanda mundial de productos agrícolas y una capacidad agrícola excesiva en los países desarrollados, lo que ocasionó la caída progresiva y sostenida de los precios internacionales" (Ortiz Ramírez, 1992).

La globalización impone atenuar los conflictos que implican los desniveles de desarrollo, el conocimiento, la investigación, la ciencia y la tecnología como , requisito indispensable dentro del nuevo ambiente, pero contrario a esto, los bloques económicos en el hemisferio norte del planeta a pesar de la retórica de la apertura despliegan toda una estrategia neoproteccionista.

América Latina ocupa un lugar muy bajo en la escala de prioridades de las relaciones externas de la Unión Europea, quien como los demás bloques desarrollados otorga primacía a las relaciones intracomunitarias, -el bloque asiático realiza entre sus miembros el 70% de su comercio-; posteriormente concede importancia a las relaciones con la EFTA (European Free Trade Association) luego a Estados Unidos, Japón, Europa Central y del Este, al norte de África y solo después a América Latina. En 1990 el 22,5% de las exportaciones de América Latina y el Caribe fueron destinadas a Europa, pero esa relación significó para ellos solo el 2% de sus importaciones totales (Guerra Borges, 1992). A pesar de ello en los noventa, Latinoamérica avanza en la ruta de la internacionalización de sus economías a través de la adopción de reformas estructurales e integracionista: Grupo Andino, G-3, Caricom, Mercado Común Centroamericano (MCCA), Asociación de Estados del Caribe, Mercosur. También, han aumentado las negociaciones fuera de la región a través de acuerdos bilaterales y multilaterales con la Unión Europea, el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, la entrada de Chile y México en la APEC (5), actualmente el Gran y el Mercosur discuten la creación de una zona de libre comercio sudamericana que abrirá nuevos caminos y estímulos de inversión.

Globalización y la fábula de la excelencia

El proceso de globalización implica en teoría un nivel de excelencia dentro de la evolución histórica, una transformación de la sociedad y las relaciones internacionales, que si bien es cierto no se limita a lo únicamente económico es la base de fondo de la revolución del siglo XXI, de acuerdo a ella el mundo se hace plenamente interdependiente junto a regirse por valores comunes, se caracteriza por estabilidad y homogeneidad respaldado por la democracia en el aspecto político y el liberalismo en lo económico.

Un mundo globalizado se comporta como la fábula oriental de las dos plantas, según la cual "... juntando dos plantas que crecen por separado se incrementan su crecimiento y su belleza..." los mercados globalizados, al igual que las plantas de la fábula, no son de suma cero: unos no crecen a costas de otros, sino que todos pueden ganar y complementarse" (Villamizar, 1995, p.XXII). La situación sería realmente de fábula si las barreras económicas, tecnológicas y culturales no separaran los espacios en lugar de acercarlos. La globalización ha generado profundos cambios en el entorno mundial, sin embargo esos cambios no se traducen en crecimiento real, y recordamos el 1,1% de crecimiento que reflejó la economía mundial entre 1991 y 1993. (Banco Mundial, 1994)

El Profesor Diego Luis Castellanos, en su escrito "Reto a la globalización en las relaciones económicas internacionales", señala que: "las consecuencias del proceso son: el conquistarlo, tiene costo en divisas; el resistirlo, costo de marginación y el dejarse sumergir en él, costo de soberanía".

La modificación del paradigma implica el juego pendular entre los movimientos del esquema Estado-céntrico (estados naciones como unidades principales con sus interacciones y los organismos internacionales) y el sistema multicéntrico (actores subnacionales y transnacionales no gubernamentales, "ONGs" y empresas transnacionales con objetivos, autonomía y medios propios). (Moneta, 1993).

El reto de la globalización trae consigo el desplazamiento de los recursos naturales por las nuevas tecnologías; las telecomunicaciones eliminan las distancias; la tecnología de procesos desplaza a la tecnología de productos, la conversión del mundo de la era industrial a la era de la información. La tecnología y el conocimiento disminuyen las exigencias de mano de obra, optimiza los inventarios, ahorra energía y materias primas, reduce el tiempo, el espacio y el dinero precisos para la producción. (Toffler, 1994) .

Las compañías multinacionales y transnacionales también se han globalizado, ya no son de ningún país, pertenecen al que brinda la mayor rentabilidad en el menor tiempo y con mayores garantías. El World Investment Report de la ONU, registra que existen 37.000 compañías multinacionales que operan con 200.000 empresas afiliadas y la sumatoria de sus resultados arroja cifras por el orden de 5.5 trillones de dólares. De estos activos el 60% está controlado por sólo cien compañías, y veinte de ellas controlan el 40% de las ventas de bienes y servicios. Si se combinaran en una sola clasificación las 40 mayores "entidades" del mundo, las cinco más grandes serían países y las cinco siguientes serian compañías multinacionales, todas japonesas. ¿Se está hablando de capitalismo privado versus capitalismo estatal?.

"Las empresas no tienen necesariamente un país de origen, la producción se realiza en el lugar que ofrezca más ventajas comparativas, la inversión es por lo tanto totalmente móvil a corto plazo" (Indacochea, 1993). Situación particular, sucede en el caso de industrias de alto nivel tecnológico donde los acuerdos institucionales firmados entre el país origen y país receptor, favorecen el intercambio entre las potencias industrializadas que aseguran reciprocidad selectiva junto al control centralizado de sus decisiones, lo que explica su alto nivel de inversiones .

La globalización recuerda las culturas que dominaron el comercio mundial de hace miles de años, así como el imperio romano de Augusto Cesar; Gengis Kan desde Pekin y Soliman desde Constantinopla.

El momento que vivimos es el intento de la globalidad; regional o mundial, un sistema de industria, comercio y servicios extendido e interdependiente, con dimensiones universales, producción transnacional, finanzas mundiales, comercio mundial, industrias transnacionales. "La interdeperldencia crea lazos entre naciones, a la vez torna el mundo mucho más complejo; más son los países comprometidos y más atadas y ramificadas las consecuencias. Se argumenta que los conflictos militares menguan cuando las naciones se tornan más dependientes en el comercio y las finanzas; sin embargo Alemania y Gran Bretaña, antiguos adversarios ahora en paz; hacia 1914 se lanzaron a la guerra cuando cada uno de ellos era el asociado comercial más importante del otro)' (Toffler, 1994)

La creación de bloques económicos y financieros cerrados, con políticas de subvención, tarifas y cuotas dan lugar a la figura del bien llamado neoproteccionismo, que podría desencadenar enfrentamientos con peligrosas fracturas al sistema global; lo que no asegura que el mundo continúe su teórico proceso de liberalización y apertura hacia el comercio internacional.

Lo más grave seria que el mercado de tecnología se tornara más costoso y de difícil acceso, especialmente porque los países que la poseen la utilicen más política que comercialmente. (Villamizar, 1995) Asumir la propia realidad y desarrollar las ventajas comparativas de la región; como parte de un sistema global.

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